Y la obra habló: la contemplación en el VIII Encuentro de Pueblos Negros de Guerrero y Oaxaca, México.

Francisco Ziga.  21 de marzo del 2004

He pensado en alguna ocasión que, a propósito de la distinción entre “ver” y “mirar”, cuando uno “ve” una obra de arte y en especial un gráfico, es como asomarse por una ventana que da al interior del alma del artista; y mucho mas, uno se puede perder, entrando por un intersticio, en los laberintos de la verdad que el artista pone a descubierto, en la multiplicidad de interpretaciones que logra despertar en lo que Heidegger[i] llama la contemplación de la obra de arte. A tal recurso luminoso de las contemplaciones-interpretaciones, recurrió el Padre Glyn en el segundo día del VIII Encuentro de Pueblos Negros de Guerrero y Oaxaca efectuado en Huehuetán, Guerrero del 11 al 14 de marzo del 2004 convocado por el H. Ayuntamiento de Azoyú, Guerrero, las autoridades y comunidad de Huehuetán y la organización México Negro. A.C.

El motivo de la reflexión la proporcionó el cartel alusivo al evento, cuyo autor es Mario Guzmán Olivares, con la técnica de Xilografía (grabado en madera), integrante del Centro Cultural El Ciruelo y a quien se deben diversos trabajos de educación artística en varios pueblos de Costa Chica. Y el arte glyniano de la re-suscitación de las imágenes crea en los asistentes una revivificación de los mensajes y significados y el cartel, en blanco y negro, empieza a hablar por la boca de los que ven: que es un grupo de mujeres y hombres morenos, cuyas caras de algunos están tristes y de otros contentos; que forman dos grupos, uno de los cuales mira hacia un solo lado y el otro de manera poco ordenada; que dos levantan sus manos en señal de lucha; que en el centro aparece una mujer morena con los brazos extendidos levantando unas redes; que ha roto sus cadenas de esclavitud y que una de sus esposas vira hacia arriba donde está la gente y la otra, en su mano derecha, hacia la red; que en la red aparecen ocho pescados y rostros de gente anciana; que en el pecho de la mujer aparece un pescado mas; que es la mujer negra, la que mantiene el orden en la familia y la que nos da de comer; que la mujer lleva a horcajadas un niño desnudo a su derecha y una niña a su izquierda; alguien ve una vaca a la derecha del cartel, en referencia a la actividad ganadera de la zona. De allí la lluvia de las interpretaciones y las ideas. La cosa es verse en el cuadro. Pero esto no es posible sin la intervención de Mario Guzmán, en donde está el origen de lo que se contempla. Pero el cuadro en sí mismo no es nada sin la contemplación que permite su revivificación colectiva, en donde seguramente aparecen cosas que Mario no se imaginó, como también quedarán soterradas, en la reinterpretación colectiva, cosas que Mario quiso decir. En esto reside el secreto del arte y también su riqueza.

Hay otro espejo que se trató de construir –con menos fortuna que la de Mario- que tiene que ver con lo que nos dicen las cifras censales de doce municipios mayoritariamente afromestizos de Guerrero y Oaxaca[ii] que indican que somos 143, 776 habitantes para el año dos mil; y de allí resulta que el 46% tiene un rango de edad entre 0 a 14 años. ¿Que implicaciones está teniendo esto en lo referente a la presión sobre los recursos naturales que en vez de mejorarse se degradan rápidamente, mas aún cuando el 58% de la Población Económicamente Activa desarrolla sus actividades en el sector primario?, son respuestas para pensarse bien.

Otros datos que multiplican los espejos movedizos son las revelaciones siguientes: en promedio, 26 de cada 100 personas mayores a 15 años, no sabemos leer y escribir y 49 de cada 100 no tenemos primaria completa. O sea que hay una baja calificación y especialización de nuestra mano de obra. Cualquier proyecto de desarrollo tiene que empezar desde allí.

Si les preguntamos a esos números como vivimos, pues resulta que 49 de cada 100 habitantes vivimos sin servicios de drenaje y excusado, es decir que la mitad hacemos defecación al aire libre; el 20 % del total no contamos con agua entubada en nuestras viviendas; 59 de cada 100 personas vivimos en condiciones de hacinamiento y el 45 % del total vivimos en casas con piso de tierra.[iii]

Pero estas son las cifras oficiales –las únicas, por cierto. Y no necesariamente las respuestas tienen que ir para allá. Lo señala Nadia Alvarado. ¿Acaso para mejorar en nuestras condiciones de vida debemos de tener excusados y drenajes para seguir contaminando nuestros arroyos y ríos? ¿O como dar respuestas adecuadas al fecalismo al aire libre?. Esas respuestas son las que se tienen que construir.

Y el juego de las contemplaciones sigue. La riqueza la está dando la diversidad de interpretaciones; pero el problema es pasar de allí a las acciones, sin las cuales ninguna interpretación cobra sentido, como en el caso del arte y los números.

[1] Publicado en el Periódico OPINION. No. 4. Pinotepa Nacional Oaxaca.

[i] M. Heidegger. 1995. Arte y poesía. FCE. 148 pp.

[ii] En Guerrero, Azoyú, Copala, Cuaji, San Marcos y Florencio Villareal; en Oaxaca, Mártires de Tacubaya, La Estancia, Soto, Cortijos, Llano Grande, Tapextla y Santo Domingo Armenta.

[iii] La fuente de los datos está en www.cedemun.gob.mx con cifras del INEGI.

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Acerca de zigga

Hacktivista ambiental. Estudios sobre realidades en Afroindoamérica.
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