Cultura y fricciones interétnicas en la Costa de Oaxaca.

J. Francisco Ziga Gabriel. Año 2000

INI. CCI Mixteca de la Costa.Santiago Jamiltepec, Oaxaca.

I N D ICE

1. Introducción. 2. Datos generales. 3. Actividades productivas. 4. Manifestaciones culturales. 5. Instituciones culturales.6. Problemática y propuestas para el desarrollo cultural. 7. Anexos. 8. Bibliografía.

 

1.- INTRODUCCIÓN.

El presente diagnóstico cultural del área de influencia del Centro Coordinador Indigenista de Jamiltepec, Oax, es una base que permitirá la caracterización de las manifestaciones culturales de los Mixtecos de la Costa, los Afromestizos, Amuzgos y Tacuates de Ixtayutla; es un modesto aporte para contribuir al conocimiento que se tiene de las manifestaciones de estas etnias y el diseño de las políticas y estrategias para una mejor atención a los grupos culturales que existen en la zona. Se considera un primer esfuerzo, ya que en el pasado no se ha procedido a describir estas manifestaciones, solo abordadas en ciertos aspectos por algunos autores, en los cuales nos apoyamos y cuyas referencias aparecen en la bibliografía.

La información se nutre de autodiagnósticos comunitarios, información recabada para la elaboración de proyectos, conversaciones informales, participación en fiestas indígenas y seguimiento y evaluación de proyectos financiados por el Centro Coordinador en pasadas emisiones del programa Fondos para la Cultura Indígena y Fondos Regionales de Solidaridad

2.- GENERALIDADES.

2.1.- UBICACIÓN GEOGRAFICA Y CONDICIONES FISIOGRÁFICAS.

El área de influencia del Centro Coordinador Indigenista de la Mixteca de la Costa se ubica en la región geográfica denominada “Costa de Oaxaca”, específicamente en el distrito de Jamiltepec y los municipios de Tututepec, distrito de Juquila y de San Pedro Amuzgos, distrito de Putla.

La zona presenta algunas condiciones fisiográficas que junto con el clima, suelo e hidrografía determinan los procesos productivos y culturales de cada étnia. las condiciones fisiográficas son las siguientes:

a) Planicie costera. Comúnmente denominada “los bajos”, ubicados en la parte colindante con el litoral marítimo y de suelos de origen aluvial. Se encuentra entre 10 a 40 metros sobre el nivel del mar (msnm). Estas tierras son habitadas principalmente por afromestizos.

b) Lomerío suave. Está ubicado arriba de la planicie y es menos húmeda que esta, debido a su relieve. Es habitada mayoritariamente por indígenas mixtecos.

c) Pié de monte. Esta localizado arriba del lomerío, entre los 300 y 600 msnm, con lluvias más abundantes que en los lomeríos y con una temperatura menor. Se ubica aquí gran cantidad de población indígena.

d) Sierra. Se acomoda arriba del pié de monte y con alturas entre 700 y 2000 msnm, presenta las menores temperaturas y las mayores pricipitaciones (2400 mm) y tiene como característica distintiva la vegetación de pino-encino.

e) Sabana. Se ubica al occidente de Jamiltepec, limita con la planicie costera y el lomerío y se encuentra a una altura de 40-80 msnm; su vegetación es de tipo sabana reconocida por la presencia de árboles de tlachicón, nanche y pastos nativos.

En el distrito de Putla (Amuzgos) se encuentra una condición de sabana diferente de la sabana costera, por presentar un relieve tipo lomeríos y suelos delgados (Rodríguez, et al. 100-103).

2.2.- GRUPOS ÉTNICOS.

Los pobladores originarios de estas tierras fueron Mixtecos, Tacuates y Amuzgos, quienes vivieron antes de la conquista, en unidades territoriales cuyo sistema económico lo constituía el tributo. El poder económico y político estaba centralizado en el reinado de Tututepec, quienes “…dominaban los señoríos pertenecientes a las áreas étnicas de Amuzgos, Zapotecos y Mexicanos, frecuentemente obtenidos mediante guerras…”(Flanet. l977:26)

La conquista trajo consigo la destrucción de la economía natural, suplantándola por otras relaciones de producción y otros actores: el español y el negro.

A partir de la conquista se deriva una relación interétnica y clasista, donde existe un sojuzgamiento de mestizos hacia el negro y el indígena, siendo este quien lleva la peor parte, ya que el negro, aún siendo dominado, ha servido como un instrumento de dominación por parte de los terratenientes hacia las otras clases subalternas.

Actualmente la población indígena Mixteca se halla dispersada en los municipios de San Antonio Tepetlapa, San Pedro Atoyac, San Juan Colorado, San Pedro Jicayán, Pinotepa Nacional, Pinotepa de don Luis, San Agustín Chayuco, Santiago Ixtayutla, Santiago Tetepec, San Andrés Huaxpaltepec, Santa Catarina Mechoacán, Santa María Huazolotitlán, Santiago Jamiltepec, San Lorenzo y algunas comunidades de San Pedro Tututepec; los Amuzgos habitan en los municipios de San Pedro Amuzgos y Santa María Ipalapa; los Tacuates en Zacatepec y Santiago Ixtayutla y los Afromestizos en Santiago Tapextla, Santo Domingo Armenta, San José Estancia Grande, Santa María Cortijos, Santiago Llano Grande, Mártires de Tacubaya, Pinotepa Nacional, Santa María Huazolotitlán y San Juan Bautista lo de Soto. Por su parte San Juan Cacahuatepec, Ixcapa y Tlacamama, no presentan un tipo definido, sino que se caracterizan por una mezcla donde se han fundido los rasgos indígenas y afromestizos.

La población de los 24 municipios del distrito de Jamiltepec y los municipios de Amuzgos, Putla y Tututepec, Juquila, según el XI Censo General de Población y Vivienda 1990 (INEGI. 1991), es por un global de 191,601 habitantes; la misma fuente nos indica que de la población de cinco años y más para el distrito de Jamiltepec, el 63% es analfabeta; de la población de cinco años o más solo el 13% cuenta con educación postprimaria y el 90% de la población mayor de 16 años no cuenta con educación media superior. (INEGI. 1991).

Respecto a la situación económica, el 40% no recibe ingresos o hasta la mitad del salario mínimo (s.m) ; el l9% recibe de 1 a 2 s.m ; el 75% recibe de 2 a 5 s.m. y el 9% recibe de 5 a más s.m.

Otros indicadores que son útiles para darnos una idea de la situación, son los siguientes:

– El 62% de la población no cuenta con agua entubada

– El 23% no cuenta con energía eléctrica

– El 85% cocina con leña o carbón

– El 64% de la población vive en pisos de tierra (INEGI. 1991)

Esta problemática se padece sin duda en mayor medida en las comunidades indígenas, en donde, por lo contrario, se guardan los tesoros culturales vivos que tanto aportan a la cultura nacional.

3.- ACTIVIDADES PRODUCTIVAS.

La región presenta un abanico de actividades de relación hombre- naturaleza para la obtención de satisfactores y bienes materiales de vida. A continuación efectuamos una breve descripción de las mas importantes.

3.1.- AGRICULTURA.

Se pueden distinguir claramente dos procesos: la agricultura comercial y la de autoconsumo. En la planicie costera imperan las plantaciones de limón, cocotero y los cultivos de cacahuate y ajonjolí, ligado estrechamente a las grandes cadenas de comercialización hacia los centros de consumo o transformación. Estos cultivos requieren de fuertes inversiones de capital y es practicada por campesinos acomodados y por inversionistas, quienes también controlan los procesos agroindustriales como en el caso de limón

3.2.- GANADERIA.

Sin duda es aquí donde se dan las mayores concentraciones de capital invertido tanto en la tierra como en los semovientes e instalaciones. En la zona existen grandes concentraciones de tierras acaparadas en pocas manos, en una franja que va desde el municipio de Tututepec, hasta los límites con Guerrero. Todo ello a costa tanto de la reducción de la frontera agrícola como de la usurpación de la propiedad campesina y de economías naturales.

3.3.- PESCA.

En la zona existe un alto potencial pesquero marítimo de las más diversas especies, solo que es aprovechado en grandes escalas por compañias trasnacionales japonesas, como el caso de la pesca de atún en embarcaciones de gran calado que incluso cuentan con helicópteros para la detección de cardúmenes y cuya capacidad de captura es de mil toneladas. La pesca artesanal marítima es efectuada en embarcaciones medianas (27 pies de eslora) y la pesca lagunar en cayucos de madera o fibra de vidrio. En los vasos de Chacahua-Pastoria y Corralero, existen 24 cooperativas de pescadores artesanales que, desafortunadamente están descapitalizados y no cuentan con la experiencia organizativa que permita un repunte del sector, situación que se agrava con los bajos precios del pescado y altos precios de gasolina e insumos.

3.4.- FORESTAL.

En este aspecto por muchos años (l975-89) ésta actividad fué controlada por inversionistas que, a costa del recurso de las comunidades serranas, acumularon grandes fortunas (Nuñez Banuet, Maderera Pinotepa, etc.). Desde l989 se constituyeron empresas ejidales quienes controlan ahora cierta fase del proceso (derribo, troceo, transporte en algunos casos) pero están sujetos a la comercialización hacia empresas madereras (David Molina, Cifoc, Maderera Juxtlahuaca, Maderera Huaxyacac, etc.). Las empresas sociales de primer nivel han logrado cierto desarrollo, no así la organización de segundo nivel Unión de Ejidos forestales Yucutasu, que ha encontrado algunos problemas de corte organizativo-administrativo en la puesta en marcha de sus proyectos.

3.5.- ARTESANIAS.

Entre los Mixtecos de la Costa es importante la producción textil, la alfarería, el labrado de jícaras, la mascarería, escultura en madera y la fabricación de sillones de palma real. Entre los Amuzgos se destaca la producción textil y entre los Tacuates la producción de redes de ixtle. Sobre éstas actividades se abundará más adelante.

4.- MANIFESTACIONES CULTURALES.

4.1.- RELIGION.

La religión predominante es la católica, aunque en el caso de la cultura indígena, esta fue refuncionalizada y adecuada a través del sincretismo, que hasta la época actual aun existe, de modo que al antiguo culto de las deidades prehispánicas de les sobrepusieron las figuras adorativas de los españoles. Entonces tenemos que existen ritos asociados a la región que están ligados estrechamente al ciclo agrícola mediante

ceremonias propiciatorias de la lluvia o de agradecimiento por haber obtenido una buena cosecha.

Dentro de los lugares sagrados que generalmente van asociados a peregrinaciones de uno o varios pueblos y donde se practican rituales de pedimentos, curaciones o propician a lluvias, tenemos los siguientes:

CUADRO: RELACION DE SITIOS SAGRADOS POR COMUNIDAD

SANTIAGO JAMILTEPEC

Atotonilco (aguas termales)

Cerro Plata

Cerro Grande (Yucu chacua-a)

Cerro San Gregorio

Piedra Parada

Cerro de la Cruz

Cruz del Barrio Grande

SAN JUAN COLORADO

Cerro de San Sebastián

Cerro de la Lluvia (Yucusavi)

Pozo del Cura

SANTIAGO IXTAYUTLA

Piedra Yundhoso

PINOTEPA DE DON LUIS

Cerro del Bule

Cerro de Dios (Yucu Yo-o)

Las Tres Cruces

SANTA MARIA HUAZOLOTITLAN

Cerro de Noche (Yucu chacua-a)

Cerro de Cal (Yucu caca)

Cerro de Estrella (Yucu tiñoo)

Cerro del Calvario

PINOTEPA NACIONAL

Cueva de la Señora (Virgen del Rosario)

Piedra Mujer

SANTA CATARINA MECHOACAN

Cerro de Corozal (Yucu tindicaa ñuu)

Cerro que Llora (Yucu tzacu )

Cerro Plata (traer arena y agua del mar y enterrarla en la orilla de los arroyos de Mechoacán)

SANTIAGO TETEPEC

Las Cruces (Baño de las cruces, petición de aguas)

HUAXPALTEPEC

Yucu titi (piedra de la iguana o del Señor Tata Chú)

Todos estos sitios sagrados presentan la problemática de no tener protección suficiente y no son respetados en diversas formas.

Respecto a la organización interna de las parroquias, presentamos algunos textos de un diagnóstico comunitario de Pinotepa de Don Luis, escritos por el Ing. Abel Herrera en 1990.

“Para la organización interna de la parroquia, se cuenta con un sacerdote, un acólito, dos Fiscales (Vicas) y un Mayor (duran en su cargo un año), cada Fiscal y el Mayor tienen a su cargo cuatro Topiles (mensajeros).. Asimismo los servicios de cada Fiscal y el Mayor junto con sus cuatro Topiles, son por semana o por turno. Organizan el trabajo interno de la iglesia (mensajes, limpieza, misas, adornos, etc.).

…la primera gran fiesta, punto de partida de 20 mayordomías importantes, es la mayordomía de la Virgen del Rosario, que puede ocurrir durante la primera quincena de octubre. Aquí son nombrados los 20 ciudadanos que serán los próximos Mayordomos.

…claro que previo a estos nombramientos hubo reuniones de preparación y preselección; los cuales son coordinados por los Alcaldes 2º y 3º del Cabildo Municipal… el Alcalde segundo cita a reunión a los tatamandones y junto con los Fiscales seleccionan al que será el mayordomo de la Virgen del Rosario, resuelta esta primera mayordomía, inicia la preselección de las 20 mayordomías restantes.

…la segunda fiesta corresponde a la mayordomía de la Virgen de la Asunción; la tercera a la mayordomía de Corpus Christi (sacramento); la cuarta fiesta la mayordomía de la Ascensión de Cristo (San José ) y la quinta fiesta la mayordomía de San Sebastián.

…son 26 mayordomías en total, por lo que 21 fiestas restantes son consideradas mayordomías menores.

…otras celebraciones de importancia cultural:

enero 6.- Día de Reyes y levantamiento del Niño Dios. El alcalde segundo en turno (del nuevo cabildo) notifica a las autoridades tradiciones este evento por lo que hay una ceremonia, iniciando a las 4:00 – 5:00 horas, donde además todo el pueblo participa, deseando parabienes en sus funciones a las nuevas autoridades municipales.- enero 10, 12…15: fiesta de la mayordomía de San Sebastián (Santo patrono de la población). Enero 19 y 20: fiesta patronal de San Sebastián … Primicias de Carnaval, pueden iniciarse en enero o febrero, manifestándose a través de la danza de los Tejorones. Martes de carnaval: participan las autoridades municipales y tradicionales, destaca la labor de los Fiscales de la iglesia, que elaboran con hierbas y flores 400-500 coronas (2-3 días antes), a repartir durante ese día, y la de los Jueces de barrio que elaboran el tepache (fermentación alcohólica de panela y maíz) y que además darán de comer a los tejorones. La participación de otras danzas “Las Mascaritas” es mediante un grupo, que no tiene relación con las autoridades municipales ni tradicionales. Miércoles de ceniza.- en la semana de Carnaval inicia la primera semana de Semana Santa y hasta la sexta, cada viernes se dan las procesiones (3 durante el día, a las 5:00, a las 12:00 y a las 19:00 horas) sacan a pasear a tres santos (Jesús, la Dolorosa y San Judas).

Durante la séptima semana estas procesiones abarcan casi toda la semana, culminando el viernes, se dan cita todos los pasajes bíblicos de la crucifixión. El viernes después de la crucifixión de Jesús, será el entierro, acompañado por un gran cortejo y los judíos (personas-semidesnudas-pintadas y con una careta de tela lanzando flechas multicolores al aire).

40 días después de la semana mayor, será organizada por el mayordomo en turno, la mayordomía de la ascensión del señor (San José)”

Podemos decir que en términos generales en las poblaciones mayoritariamente indígenas, se siguen los patrones arriba descritos, aunque varían el numero de mayordomías y las fechas de acuerdo a la importancia que se le otorgue a cierta divinidad. Esto relacionado con el Santo Patrón que funcione en cada comunidad.

4.2.- SISTEMA DE CARGOS.

Citando a la misma fuente tenemos que existe una serie de cargos como son:

“los Mayores quienes reciben el cargo el 28 de octubre (día de San Judas ) y es nombrado uno por barrio. Cuentan con sus propios servidores, solicitando en la población 20-30 jóvenes para Topiles. Mantienen limpias todas la instalaciones del Palacio municipal. Cada sábado limpian las calles para entregar su semana al siguiente mayor y sus gentes atienden asuntos imprevistos, mensajes urgentes o canalizan asuntos en caso de ausencia de la autoridad competente.

Alcalde 2º y 3º deben permanecer al tanto de las festividades, coordinar trabajos y festividades con los Tatamandones, Jueces de barrio, Mayores y otras autoridades. Aunque son nombrados por el Presidente municipal entrante, dan su visto bueno los Tatamandones.

Jueces de barrio (Vezes). Son coordinados por los alcaldes 2º. y 3º. Anteriormente su tarea era de grandes sacrificios, podían pasarse meses arreglando los caminos reales. Hoy restringen su trabajo al mantenimiento de veredas mediante la notificación de tequios: Octava del 15 de agosto, camino al río de La Arena; ocho días después, camino a La Raya y Octava de Todos Santos. Deben ser buenos oradores, siguiendo las reglas de cortesía, al notificar reuniones e invitaciones, vestir (adornar) la iglesia y las cruces en todo el pueblo en cada fiesta; es decir, por orden tienen la autoridad de comisionar a los Tatamandones para realizar tal actividad; un día antes los Topiles llevan a dichos Tatas los adornos a usar, llevan riguroso orden en esas comisiones y en el Carnaval dan de comer a los Tejorones y a distribuir el tepache.

Regidores de cocina. Son nombrados en un domingo de julio (6 o 7), de todos los participantes. Invitan al pueblo a cooperar con dinero (atienden a) otros pueblos que concurren a las fiestas del 20 de enero, Semana Santa y 15 de agosto.

Tatamandón. Para que algún indígena llegue a tener ese grado, en la autoridad tradicional, tendrá que pasar por diversos estratos de servicio comunitario, desde Topil en la iglesia o en el municipio o ser policía, por un cierto período de tiempo. A cierta edad si la autoridad lo considera conveniente, pasara a ocupar el cargo de Juez de barrio. Para ese momento es considerado ciudadano de respeto, pero aun no se le dice «Tatamandoni». Podrá ser Mayordomo menor (La Soledad, Santa Cruz, La Asunción, Corpus Christi o Virgen del Rosario). Habiendo sido seleccionado para ser Mayordomo, después de dicho evento, habrá alcanzado el titulo de Tatamandón, quedando un largo camino para llegar a ser uno de los principales dentro de la autoridad tradicional. A este respecto resulta que si el Mayordomo ofreció fiesta, tiene derecho de excluirse para los cargos mayores de Regidores, Alcaldes y Fiscal. Se le deja descansar 2, 3 años y después podrá ser nombrado Mayordomo nuevamente.

En caso de no haber ofrecido fiesta durante su mayordomía, no podrá rehusarse a tomar cuando se le pida, estos últimos cargos en cualquiera de sus modalidades (Regidor primero, de hacienda, Regidor segundo, de educación, Regidor tercero, de salud, o bien Regidor de cocina).

Para llegar a ser Tatamandón Principal, una vez que fue Regidor, Alcalde o simplemente Mayordomo que hizo fiesta, tendrá que ofrecer cuando menos cuatro mayordomías de las principales (San Sebastián, Virgen del Rosario, Virgen de la Asunción, Corpus Christi, Ascensión de Cristo). Cubiertos esos requisitos, dentro de la autoridad tradicional, sus funciones son análogas a las funciones del Presidente municipal para organizar, por lo que en la mayordomía en una mesa de honor, perpendicular a las otras mesas (en fila) únicamente la ocuparan en primer lugar el Presidente municipal, el Alcalde, el Fiscal, a su lado el Tatamandón Principal con tres personas más (Tatamandones Principales) y junto al Presidente municipal, los Regidores y los Mayordomos, de acuerdo al número de mayordomías que hayan ofrecido. Aquellos Mandones estancados que no ofrecieron fiestas, jamas podrán ocupar esos lugares”.

El esquema anterior opera en las comunidades mayoritariamente indígenas donde el sistema de cargos religiosos y civiles se entreteje.

Sin embargo, no en todos los casos es así . Verónica Flanet (l977:44), en su estudio sobre Jamiltepec nos indica que:

“los ancianos que cumplían el papel de consejeros en particular ante el Presidente y ante el ayuntamiento (conjunto de las autoridades municipales) ya no son más consultados”.

Esta afirmación implica un desplazamiento de la autoridad indígena, aunque hay que reconocer que existen otros municipios como Santiago Ixtayutla, los del área Jicayanes, donde los “Mandones” aconsejan o deciden acerca de los asuntos más importantes de la vida de la comunidad. En otras han sido los partidos políticos, a través de las fuerzas que representan, quienes han venido a corroer las estructuras organizativas comunitarias a través de la división que han fomentado al interior de los pueblos.

4.3.- MEDICINA INDÍGENA.

La medicina indígena se entiende como un conjunto de prácticas y conocimientos que efectúan un numero determinado y diseminado de indígenas, acerca de cierto tipo de padecimientos de salud y psicológicos, quienes utilizan, preferentemente medios naturales en el proceso de curación.

En el área de influencia del Centro Coordinador, existen dos organizaciones de medicina tradicional: los “Mixtecos de la Costa Oaxaqueña” y un grupo de san Pedro Amuzgos, de reciente creación.

Los “Mixtecos de la Costa Oaxaqueña” tiene su sede en Santiago Jamiltepec y está integrado por 49 elementos provenientes de 17 comunidades ubicadas en ocho municipios, como se detalla en el siguiente cuadro.

MÉDICOS TRADICIONALES DE LA ORGANIZACION MIXTECOS DE LA COSTA OAXAQUEÑA. (Municipio, localidad y número)

JAMILTEPEC. Santiago Jamiltepec: 5

JAMILTEPEC. San José de las flores: 2

JAMILTEPEC. Paso de la Reina: 2

SAN AGUSTIN CHAYUCO. San Agustín Chayuco: 6

SAN AGUSTIN CHAYUCO. Dos caminos: 2

PINOTEPA DE DON LUIS. Pinotepa de Don Luis: 5

SAN PEDRO JICAYAN. San Pedro Jicayán: 2

SAN PEDRO JICAYAN. La Chuparrosa: 1

SAN PEDRO JICAYAN. Yutandayoo: 7

SAN PEDRO JICAYAN: San Juanito: 2

SAN PEDRO JICAYAN. Santiago Jicayán: 2

SANYA CATARINA MECHOACAN. Sta. C. Mechoacán: 5

SANTA MARIA HUAZOLOTITLAN. Sta. Ma. Huazolotitlán: 1

SANTIAGO TETEPEC. El Ocote: 4

SANTIAGO TETEPEC. San Isidro del Parral: 1

SAN JUAN COLORADO. San Juan Colorado: 1

SAN JUAN COLORADO. Sta. Ma. Nutío: 1

TOTAL: 49

La organización tiene como objetivo definir los principios para el establecimiento y desarrollo de la medicina indígena tradicional, considerando ésta como un recurso fundamental para la atención a la salud en las comunidades marginadas, la coordinación con las instituciones del Sistema Nacional de Salud, buscando apoyos económicos y asesoría legal y técnica, así como participar en el Consejo Nacional de Médicos Indígenas Tradicionales.

Por otra parte la organización de médicos Amuzgos, que aun no esta formalmente constituida, esta formado por 18 integrantes, de los cuales seis son de san Pedro Amuzgos y el resto de las comunidades vecinas.

Entre las enfermedades que curan se encuentran las siguientes: espanto, coraje (niños), mal de aire, lombrices, congoja, empacho, lechadura, llanto, susto, dolor de cabeza, fiebre, granos, nacidos, bilis, tumores, dolor de muela, mal de ojo, vomito y diarrea, mollera caída, tos reseca, hechizos, vergüenza (ninañi entre los mixtecos), garganta cerrada (hurgado), etc.

Entre los productos que se utilizan están: el copal, huevos, aguardiente, cebos y un sinnúmero de hierbas como el albahacar, tlapa, maravilla, cacahuanano, tabaco, lima, hierba del zorrillo, encino, hierba de conejo, yucudaca, hierba de la disentería, guayaba, hierbabuena, limón fruta, hojas de Montecristo, itacuán o flor de muerto, pericón, zapote negro y zapote cabezón, higrilla, semilla de almendra, tlachicón, guapinol, huaco, guayabilla, nanche, hierba del aire, manzanilla, barba de viejo, anís, tila, toronjil, epazotillo, pinguica, diente de león, granada, rosa de Castilla, tabardillo, hierba de la virgen (ita yo-o), comino, hoja de pipe, ortiga(tabaco), huele de noche, espinosilla, cebolla, naranja, guía de chayote, malva, árnica, semilla de calabaza, eucalipto, bougambilia, ruda, candó, toloache, estafiate, aguacate, ajo, nopal, almendra de mamey (pixtle), coco, quina, granada, golondrina, cola de caballo, pelos de elote, cuachalalá, epazote, vergonzosa, hierba del cáncer, aguacatillo, hierba del tindayo, chipil, papaloquelite, papayo, chicalote, helecho (INI-UNICEF l99l)..

Como podemos observar, hay una cantidad impresionante de plantas medicinales cuyos usos se practican dentro de la medicina tradicional, existiendo la necesidad de sistematizar todo este profundo conocimiento y apoyar más aún a la difusión sobre su uso, pero sobre todo, apoyar su reproducción dentro de las comunidades donde se esta perdiendo.

4.4.- INDUMENTARIA.

La indumentaria es un conjunto de elementos materiales que el hombre utiliza para cubrir su cuerpo, bien protegerse del medio ambiente o para adornarse. Drucker (1990:25) nos indica que la indumentaria tiene funciones en varios niveles de la cultura, como elemento material de la misma, una pauta social del grupo y hasta cierto punto, una expresión individual de la personalidad. Es un elemento que define el status de la persona dentro de un tipo de estratificación social.

Indumentaria de la mixteca: La indumentaria de la mujer indígena mixteca presenta algunas variaciones, aunque en lo general existen los siguientes patrones:

En Jamiltepec las prendas básicas consisten en la falda o enredo (sa-ma), la faja (ishi-yo) y el huipil (shiko). La falda es un lienzo grueso de algodón tejido en telar indígena, es liso o bordado con hilo de colores vivos. En ocasiones ceremoniales el enredo blanco se cambia por uno morado, tejido con hilo llamado de caracol, combinado con hilos rojos y azules de algodón y de seda. Esta falda se llama posahuanco (nahuatl, cosahuananqui), o, en mixteco, ce-e, che-e. La mujer se enreda la falda de modo que esta se sostiene sola. Las casadas utilizan además una faja o ceñidor. Esta faja se compra a los Mixtecos de la zona alta y está tejida con un hilo grueso y azul.

El huipil se usa al salir de casa, a modo de rebozo para tapar el pecho, los hombros y la cabeza. El huipil tiene tres aberturas, una para la cabeza y dos para los brazos, pero estas no se utilizan y la prenda se asegura debajo de un brazo como si fuera un solo lienzo de tela. En el casamiento la mujer utiliza la abertura correspondiente a la cabeza, pero no mete los brazos en las mangas del huipil. Al vestir el cadáver de la mujer, el huipil se pone utilizando el cuello y las mangas. El cuello y las mangas del huipil llevan un bordado hecho por mujeres indígenas que se especializan en hacerlo.

Las mujeres andan descalzas y solo algunas tienen huaraches, mismo que utilizan ocasionalmente. Usan collares de cuentas negras, rojas amarillas o de oro. El peinado es un chongo sin relleno, el cual se hace dividiendo el pelo en dos gajos y llevándolo desde atrás hacia la frente, haciendo después un nudo encima de la cabeza (Ibid. 26-28)

En el área de Pinotepa de Don Luis, y en lo general, en el resto de la zona indígena, no se utiliza el enredo (sa-ma), sino que solo el pozahuanco (che-e). Usan además un mandil que cubre el pecho hasta media pierna y cuando salen a la calle cubren la espalda y hombros con una manta cuadrada (shi-ku) llamada también huipil, aunque de características diferentes del de Jamiltepec. Algunas mujeres mayores no utilizan mandil, solo el huipil (shi-ko) y solo cuando salen fuera de la casa.

Indumentaria del mixteco. Las prendas básicas son el cotón, el calzón, un ceñidor o faja y un sombrero. El cotón es una camisa de escote redondo sin cuello, de manta blanca tejida. Las mangas son largas con una pequeña abertura debajo de las axilas para mayor ventilación y libertad de movimientos. El calzón tiene un corte especial, mas ancho de abajo que el calzón del mestizo, y se usa enrollando hasta la rodilla. Se ata alrededor de la cintura por medio de cintas que se cruzan al frente y se amarran detrás. La faja se usa en ocasiones ceremoniales. Lo tejen las mujeres con hilo de caracol, alternando con hilo de seda anaranjada. Tiene un fleco de seda de colores brillantes, el fleco sale debajo del cotón, haciendo un contraste brillante con el blanco del cotón y del calzón (ibid, 28)..

Entre los indígenas se distinguen algunos que han abandonado algunas pautas del vestir y son llamados entre ellos mismos, “revestidos”. En el caso de hombre se puede seguir utilizando el calzón, y cambiar el cotón por una camisa de tipo occidental y en otros casos se cambia toda la ropa y se utilizan zapatos. En la mujer revestida se cambia todo el vestuario y en vez el huipil se utiliza el rebozo.

Susana Drucker sostiene finalmente, que este proceso de revestimiento es “un requisito para la asimilación de un miembro del grupo mixteco, al grupo mestizo”

Entre los tacuates de Ixtayutla existen algunas variaciones respecto a los mixtecos. El calzón tacuate es muy ancho en la parte de abajo y con una profunda faja. El cotón generalmente tiene un brocado de figuras de hilo caracol, cochinilla o algodón teñido en la parte del pecho y espalda. En el cuello de la prenda (parte anterior y posterior) se cuelgan unas borlas que varían en numero de una a tres, y que indican el status del individuo al interior de la comunidad. En las mujeres el pozahuanco se elabora utilizando las combinaciones morado-anaranjado. Algunas mujeres utilizan una jícara –a modo de casco- en la cabeza, que también se ocupa para tomar agua.

Los Amuzgos por su parte , han perdido su vestuario original en el caso de los hombres, quienes visten totalmente a la manera occidental. Solo las mujeres utilizan un huipil blanco, tejido en telar de cintura y con brocados en la parte superior del mismo. Además –nos dice Fernández Gatica (l987:36)- “…muy apropiada para la región cálida: es fresco en el calor y amplio y todo de algodón y sirve de abrigo en el frío”. El mismo autor nos dice que los bordados tradicionales forman figuras que representan simbólicamente la concepción religiosa de los antepasados: bordan las estrellas, simbolizando el cielo; los “ojos de dios”, que son unos cuadritos rojos; una greca en forma de zigzag horizontal, que es la representación de la serpiente, y en los laterales, a lo largo de la serpiente, figuras que simulan plumas.

4.5.- LENGUAS.

En el distrito de Jamiltepec, según el XI Censo General de Población y Vivienda (INEGI. 1990), existen 53,007 personas mayores de 5 años que hablan lengua indígena mixteca. En el municipio de Tututepec, Juquila, esta población asciende a 2,070 entre Mixtecos y Chatinos y en el municipio de San Pedro Amuzgos, Putla, 3,069 hablan el idioma Amuzgo.

Flanet nos dice que el Mixteco, el Cuicateco, el Amuzgo y el Triqui forman parte del grupo Otomangue. En la región de Jamiltepec, cada pueblo posee sus características lingüísticas que, del mismo modo que el atuendo, son un medio para reconocer la procedencia de una persona.

Dentro del área de influencia del Centro Coordinador Indigenista de Jamiltepec, el Chatino se habla en tres comunidades de Ixtayutla: Corral de Piedra, Las Trojes y San Lucas Atoyaquillo y en otras tres del municipio de Tututepec: San Martín Caballero, San Isidro Campechero y San Isidro Llano Grande.

Greenberg, en su estudio sobre la religión y economía de los Chatinos nos indica que los Chatinos se nombran así mismo como los chat’no, lo cual se traduce literalmente como “ trabajo de las palabras”. Citando a Swadesh, se reconoce que el Chatino se ubica en el límite de los lenguajes macro-mayas, en el limite oaxaqueño y dentro de la familia zapoteca.

Existen en la región algunas organizaciones que tienen como objetivo el rescate y difusión de la lengua, así como la creación literaria. De esta forma tenemos el Comité de Rescate de la Cultura Amuzga de Oaxaca, con sede en esta población; el grupo de Escritores Indígenas Ñuu-savi, escribientes del mixteco y en San Martín Caballero y San Isidro Campechero, la presencia de Organizaciones Indígenas de Derechos Humanos de Oaxaca (OIDHO).

4.6.- MUSICA Y DANZA.

La música y la danza son dos elementos del arte que destacan dentro de la cultura. La música es la combinación de ritmo y melodía en un tiempo determinado. La danza es la manifestación corporal unipersonal o grupal, que acompañada de música, se desarrolla bajo una coreografía determinada.

Gutiérrez y Momprade (l976) reconocen cuatro elementos de constitución en la tradición dancística mexicana: en primer lugar la supervivencia de los fundamentos culturales prehispánicos; la influencia española, permeada por elementos del resto de Europa y modelos árabes y africanos; en tercero los elementos de las culturas africanas, introducidas durante la Colonia; y por último, en forma indirecta, la influencia de países antillanos y sudafricanos, del sur de los Estados Unidos de América y algunos países europeos que tuvieron una intervención directa o indirecta en México, como Francia, Inglaterra y Austria.

En la Costa de Oaxaca sin duda, confluyen estos cuatro elementos constitutivos, tal y como se muestra en la descripción de cada una de ellas.

Existen aquellas danzas que se podrían llamar “rituales”, que se bailan con mesura y gravedad y están relacionadas con las grandes celebraciones religiosas, y otras que podríamos llamar «de regocijo», que pueden tener tintes burlescos, críticos de ciertos comportamientos o de la situación social o para recordar ciertos acontecimientos, aunque no excluyan mensajes de tipo moral o mágico-religioso.

Los pueblos mixtecos, dentro de su tradición dancística y musical, representan a las danzas de Los Chareos, Los Moros y Cristianos, La Malinche, La Conquista, Los Doce Pares de Francia, El Macho Mula, La Quijada, Los Maromeros, Los Tejorones, Las Mascaritas, Los Tejorones Viejos, El Tigre, La Tortuga, La Mulita y El Fandango Mixteco; todas ellas dentro de un calendario ritual preestablecido y siguiendo cada una sus pautas.

Por su parte los Amuzgos conservan 15 danzas: El Diablo, Los Chareos, Los Tlaminques, Los Apaches, El Tigre, El Toro, La Tortuga, Los Gachupines, Los Moros, La Conquista, Los Doce Pares de Francia, Los Tecuanes, Los Chilolos, Los Tejones y El Machomula.

Los Afromestizos, asentados en la planicie costera y en la sabana, bailan las danzas de La Tortuga, El Toro de Petate y Los Diablos en la fiesta de muertos del 2 de noviembre; en ésta última es particularmente interesante la utilización de un membranófono de fricción llamado “teconte”, de muy posible origen africano.

Los Chatinos ejecutan las danzas del Toro de Petate y La Espada en Santa Cruz Zenzontepec y Tataltepec de Valdés; la Danza de Santiago en Yaitepec y Los Viejos en San Martín Caballero.

LAS DANZAS ENTRE LOS MIXTECOS.

Los Chareos.- Se baila en varios pueblos de la Costa. La versión de San Andrés Huaxpaltepec es la siguiente. Es una danza ritual. Se trata de una lucha que desarrollan los ejércitos del Rey Sabio, llamado también Rey Colorado, contra el Rey Julián. Conforman el ejército del Rey Sabio: Vasallo, Sepento, Divino, Alférez, El Tigre y Marquitos. El Rey Julián tiene de su lado al Caballito, Sargento, Soldado y El Malaviejo. En total son 12 danzantes. Se acompaña de música de tambor y flauta de carrizo.

Es el alcalde y los mandones quienes nombran a los danzantes en la segunda quincena del mes de septiembre. Empiezan a ensayar el primer domingo de octubre, efectuando tres ensayos en el día: el primero de tres a seis de la mañana, el segundo de nueve a 12 del día y el último de dos a cinco de la tarde. Así, desde el primer domingo de octubre, completan seis ensayos hasta la presentación, en la festividad de San Andrés, donde bailan por cinco días, del 28 de noviembre hasta el dos de diciembre. Previo a ello se efectúa una presentación, el 1 de noviembre, día de muertos, bailando en el palacio municipal, «para que vean los muertos que no se ha perdido la costumbre». La evolución de la danza es la siguiente:

a.- Bailan tres sones con variantes de música y pasos.

b.- El juego del Malaviejo.

c.- El juego del Tigre.

d.- Cada uno de los danzantes declama sus relaciones.

e.- Inicio de la guerra.

f.- Batalla del rey sabio contra el rey Julián.

Un aspecto interesante de la danza es la declamación de las relaciones, dicha en un lenguaje muchas veces ininteligible, cambiando algunas palabras o nombres. Por ejemplo cuando el rey sabio invoca al santo patrón, le llama san Andrei. (1)

Sobre el origen de la danza nos dice el Sr. Mateo Gallegos: “esta danza es muy antigua; cuando Dios abrió el cielo, se creo la danza”

Los Moros y cristianos.- La versión de Santa María Huazolotitlán es la siguiente: se trata de la batalla entre los ejércitos de moros y los cristianos. Los personajes que intervienen en la danza son: Santiago, Vespasiano, Tito, Alférez, El Niño, Pilatos, Moro- Capitán, Alchareo, Sultán, Tiberio, Gentil y el rey Mahoma. 12 en total. La trama gira en torno a la pelea por la túnica de Jesucristo, triunfando al final los cristianos. La evolución es más o menos la siguiente:

A) El desafío, recitación de relaciones. Se efectúa a mediodía.

B) Baile de sones.

C) La guerra. Empieza alrededor de las ocho de la noche

D) Conclusión. Termina como a la una de la madrugada.

Se baila el 15 de agosto y en la Navidad en Huazolotitlán y Pinotepa de Don Luis; el 1º de septiembre y año nuevo Jamiltepec; en Mechoacán y Pinotepa Nacional(2).

La Quijada o Collantes.- El nombre de la quijada es debido a la utilización de una mandíbula de burro que se raspa y percute al bailar. Se utiliza un vestuario común; un pantalón negro y camisa blanca manga larga. En la cabeza llevan un cono invertido, adornado de papel china (rizos), con tiras del mismo en la parte superior. Todos utilizan máscaras un poco más chicas que una cara normal de adulto, pintadas de color rosa y patillas negras. Cuelgan de las bolsas traseras de los pantalones unos pequeños pañuelos, asimismo también uno en cada pecho, dejando en medio una corbata negra. Portan zapatos negros y medias blancas que sujetan al pantalón.

Para danzar se acompañan de orquesta de viento, a ritmo de dos tiempos (Compás binario) y una melodía pegajosa.

La formación es por parejas, pudiendo ser 7 o más. Uno de ellos, el que va a la cabeza, fricciona – con un pequeño hueso- la quijada de burro y también es percutida con un golpe de la mano, al ritmo de la orquesta, a manera de un vibrador. Dos danzantes llevan banderas, una roja y otra blanca, que intercambian sus lugares. Los movimientos son acompasados, moviendo los brazos y los hombros libremente. Son usuales las vueltas en un mismo lugar e intercambiando el sitio las parejas.

Se baila en las mayordomías, para alegrar la fiesta. (3).

Danza de Los Maromeros.- Se baila en Santa María Yosocani, Mechoacán, Chayuco, San Juan Colorado y Sta. Ma. Huazolotitlán.

El baile se desarrolla sobre una cuerda tensada en dos soportes a seis metros de altura y los juegos en unos columpios arriba de los diez metros.

En total son diez danzantes, uno de ellos es el payaso que guía la danza. El payaso a su vez baila bajo la cuerda. Sobre la cuerda baila solo uno, mientras esperan su turno los demás, se auxilian de un palo de 4 metros de largo y 5 centímetros de diámetro, para guardar el equilibrio.

En la parte más emocionante, en el clímax de la danza, se juega en los columpios. Estos danzantes (dos) son los más valientes y ágiles. A esta altura se sueltan de las cuerdas y se agarran solo de los pies.

La música es de viento, bailando 4 o 5 sones especiales de la danza, además de chilenas.

El payaso se viste con colores llamativos, un cono en la cabeza y zapatos grandes. Se pinta la cara y hace chistes y magia. Los otros danzantes visten short de satín y playera, un paliacate amarrado a la cabeza y calcetas largas únicamente.

En Mechoacán se baila en la fiesta patronal, el 24 de noviembre, iniciando a las 9:00 de la noche concluyendo tres horas después (4).

Por cierto, existe una maravillosa historia que es reproducida por la tradición oral en San Juan Colorado y que se refiere tanto al origen del pueblo, como al de la danza de Los Maromeros y va mas o menos así:

San Juan Colorado no siempre de llamo así, ni estuvo antes donde actualmente está. Hace muchísimos años era gobernado por un mandón o “Ndoso” (sin traducción clara), que era una especie de nahual, un hombre sabio y poderoso, el que mandaba el pueblo. En esos tiempos. Jicayán y Jicaltepec se opusieron a que Ndoso y su gente cruzaran sus territorio en los viajes hacia el mar para practicar sus ritos y traer pescado. Ndoso ideó entonces la forma de evitar el paso por Jicayán y Jicaltepec, dando la vuelta al cerro de Monte Nuevo (Yucuchaa-iñi) y cambiar además el sitio de la población. Primero Ndoso quiso poner el pueblo en el Camino Chueco (Plan del guapinol), pero vieron que no era adecuado por lo reducido de la meseta. Divisaron entonces hacia el norte otro plan grande y pensó Ndoso que allí quedaría bien San Juan Colorado.

Entre el Plan del guapinol y el pueblo actual, hay un arroyo llamado «del cangrejo». Esta era una trampa, porque el cangrejo es animal malo, tiene poder y hace daño a la gente. El cangrejo no dejaba pasar a las personas que por allí intentaban. Ideó de nuevo Ndoso la forma de evitar la trampa y no pasar por el arroyo. Hicieron un mecate colorado que unió el Plan del Camino Chueco con el Plan donde está San Juan ahora. Caminaron Ndoso y su pueblo sobre el mecate, estableciéndose finalmente en la hermosa meseta, de donde de divisa una extensa amplitud.

Una vez fundado el pueblo, el mismo Ndoso organizó la danza de Los Maromeros (Yaa nu yo-o) para recordar el acontecimiento que permitió dar origen a su comunidad. En esta danza el mecate que evitó el ataque del cangrejo se utiliza para bailar sobre él. Desde entonces y por esa razón, el nombre del pueblo en idioma mixteco es Yoho cua-ha, que se traduce literalmente … ¡mecate colorado¡.

Se baila actualmente en las fiestas de Todos Santos, en San Andrés (29 de noviembre), Noche Buena y en la fiesta de San Juan, en San Juan Colorado.

Al iniciar el juego, dan una marometa sobre el mecate y, al caer parados, agachan la cabeza, como una forma de saludo a la tierra (5).

Se cuenta que años atrás, el mecate sobre el que se baila, se confeccionaba de “yacuas” (corteza exterior) torcidas de un arbusto llamado “cordoncillo”, muy resistente y que por cierto cuando esta recién cortado tiene una coloración rojiza, que se torna café cuando se seca completamente. (6).

Los Tejorones.- “Se baila en la fiesta de carnaval, que dura lunes, martes y miércoles de ceniza. Los bailarines están cubiertos de máscaras y vestidos de oropeles; algunos representan un papel ya arquetípico que los va a enfrentar a otros personajes: son en primer lugar, el “tigre», luego la “vaca”, el “perro”, la “María Candelaria” (mujer de los tejorones). Ebrios bailan desde la mañana a la noche durante tres días, en los barrios indígenas. Con sus danzas y mimos representan una sátira a la sociedad.

Van cubiertos de harapos, llevan un sombrero o una gorra en punta cubierta con pluma de gallo. La máscara es humanoide, con rasgos negros o blancos, según el pueblo que se trate.

Los tejorones llevan en su mano un cascabel (sonaja); según los mimos que quieran representar, utilizan accesorios diferentes: los tejorones tienen que ver con las prohibiciones del grupo: pueden llegar al robo o a los golpes de bastón… entre las prohibiciones transgredidas, los tejorones son particularmente afectos a la violación de tabúes sexuales.

El grupo de los tejorones hace vivir todo lo que la sociedad prohibe… sería la expresión de una sociedad que vive según las leyes que son contrarias a las propias, de una contra-sociedad que tiene su hora de gloria y luego de muerte” (Flanet 170-174)

En Huaxpaltepec existen varios grupos de danzantes de tejorones. Unos son llamados “tejorones de máscara negra», quienes recurren mayormente a la sátira y la burla y los otros “tejorones de pluma”, por el cono invertido con plumas, quienes bailan más mesurado y ordenado, a una manera casi ritual.

La música que se utiliza es de violín y guitarra de cinco cuerdas. Cuando se toca alguna chilena se suma el cajón. Los tejorones mueven sus sonajas al ritmo de la música. Al empezar la danza los tejorones son llamados con un cuerno de toro.

En los tejorones podemos ver reunidas la música, la danza, el teatro y el canto. Éste ultimo se practica en coros.

Las Mascaritas.- Se baila en varias comunidades de la Mixteca de la Costa, donde se originó a raíz de la invasión francesa a México en el siglo XIX. Aquí se presenta la versión de Santa María Huazolotitlán. Los lugareños cuentan que, en la citada invasión, los indígenas huyeron a los montes y ocasionalmente bajaban a las poblaciones con el objetivo de explorar, espiar o por curiosidad y observaron a los franceses que interpretaban sus bailes. Cuando estos se retiraron, los mixtecos salieron de sus escondites. Para celebrar la liberación se reunieron festejando a su modo con una imitación grotesca de los bailes franceses, deliberadamente exagerada y ridiculizada. Así demostraban su rencor, sentimiento que los llevó a repetir en cada fiesta esa parodia. El indígena utiliza la ridiculización con el atavío, mezclando su inclinación por los colores vivos y por el oropel, con la arrogancia del uniforme de los franceses, en la cara se colocaron un pañuelo blanco que pintaron las facciones finas de los europeos. Posteriormente los pañuelos fueron sustituidos por las mascaritas de madera que dieron nombre a la danza.

La música de la danza inicia y termina con una marcha militar y por siete sones: Los molinetes, Los callejones, La granada, Los pabellones, La cadena, El caracol y La culebra.

La danza es interpretada por hombres exclusivamente. Los hombres llevan un calzón blanco recogido con cintas en los tobillos, camisa de color encendido. Las “mujeres”, una falda amplia con olanes, blusa, sombrero y máscara.

Siete “parejas” interpretan la danza y una de ellas la encabeza, diferenciándose de las demás por que el hombre lleva saco y machete y la mujer rebozo.

Se baila en las fiestas de carnaval, en febrero o marzo y en las fiestas patronales y tradicionales de Huazolotitlán. En otras comunidades reciben otros nombres: “danza de La Quijada” en San Juan Colorado, “danza de Las Mascaritas” en Pinotepa de Don Luis, “danza de Los Plumudos” en Huazolotitlán y “danza de Las mascaritas Yacollantes” en Jamiltepec (IOC.1994:31).

Danza del Tigre.- Se baila en varias comunidades como Huazolotitlán o San Juan Colorado. Presentamos la versión de ésta última.

La danza es interpretada por 14 personas dispuestas en dos filas, posteriormente se les suman el Tigre y el Perro. Todos los personajes son interpretados por danzantes masculinos. El vestuario consta de pantalón blanco tejido de algodón, con un calzón de colores sobrepuesto que presenta además encaje desde la orilla hasta la rodilla. La camisa es tipo cazadora y se llevan dos paliacates, uno en la cabeza y otro en la mano. Usan una gorra adornada con chaquiras de colores. La esposa del cazador lleva olanes y encajes en la orilla de su falda, también flecos a la altura de los hombros y en la cintura. El tigre viste un traje amarillo moteado, una mascara de madera con las facciones del felino que tiene espejos en los ojos. El cazador usa chaparreras, chaleco de gamuza y sombrero; su esposa lleva falda, rebozo, camisa bordada y sombrero. Se realiza en cualquiera de las fiestas de año, cuando el mayordomo desea presentarla (ibid. p. 27).

Danza de La Tortuga.- Se practica en varias comunidades de la Mixteca de la Costa, aunque los afromestizos la reclaman como suya.

En Huaxpaltepec la he podido advertir dos veces: en las fiestas de Navidad y en la mayordomía de Santa Teresa, aunque podrá representarse a petición del mayordomo para alegrar la fiesta.

Se acompaña con orquesta de viento, quienes inician con una especie de marcha a ritmo de tres tiempos, sones y chilenas. Podrán ser cinco o diez parejas quienes bailan alrededor de la tortuga. Bailan también el Pancho y la Minga, imitando a los danzantes y dirigiéndose al público. Las ropas utilizadas son usadas ya y rotas en algunos casos. Llevan máscara. La tortuga esta construida de un armazón de bejucos, cubierto por una tela color amarillo y manchas negras. Sobre la tortuga emerge la cabeza del danzante que aparenta estar acostado sobre el caparazón, porque lleva un pantalón y una camisa sujetos a la superficie de la tela. De la cabeza de la tortuga emerge un palo que, a manera de miembro sexual, entra y sale del caparazón, y siempre que puede, se trata de introducir entre las piernas de los danzantes o del público.

Es común que algunos danzantes terminen totalmente ebrios, ya que en el transcurso de tres horas que dura la danza, se toma aguardiente.

Danza de los Tejorones viejos.- Se practica en San Juan Colorado, y es una de las más bellas y con mayor sentido místico. La interpretan nueve danzantes y es de las pocas danzas de la región en que participan mujeres. Bailan además dos personas con banderas rojas y una con bandera negra. La música es interpretada por un violinista, un guitarrista y dos tamborileros.

El significado de la danza es la representación de la pasión de Jesucristo. Los personajes que intervienen son Poncio Pilatos, Herodes, Caifas, algunos Fariseos y Judíos, Jesucristo y la Virgen María. Al momento de salir, los danzantes son encabezados por dos mujeres vestidas con huipiles y descalzas, que llevan braseras en los que queman copal. Jesucristo carga una cruz aproximadamente de un metro y medio. Uno de los danzantes lleva en la mano derecha un bastón con un listón azul en la punta. Esto significa autoridad, ya anteriormente el personaje era interpretado por el Presidente Municipal.

Los danzantes masculinos llevan sonajas de jícara, machete de madera, pantalones y camisa de diferentes colores, sacos, zapatos, una mascada al cuello y un cono en la cabeza, adornado con plumas de gallo.

Se baila en el carnaval.

La Mulita. Esta danza se practica exclusivamente en San Andrés Huaxpaltepec y solo una vez al año: en la noche del 27 de noviembre en el marco de las fiestas dedicadas al santo patrón, San Andrés.

Los danzantes que intervienen son once: dos que participan como “mulita”, el montador (niño), el caporal, la viuda, dos diablos, el cura, dos sacristanes y el muerto.

De acuerdo con lo que platica el Sr. Cecilio morales Pérez, esta es una danza que ilustra la vida de dos hermanos ganaderos llamados Andrés y Felipe procedentes de Guerrero. Cuando se dirigían a Santa Catarina Juquila, a la fiesta de la Virgen de la Asunción, el ocho de diciembre, con el propósito de vender sus mulares, Andrés falleció en Huaxpaltepec a fines de noviembre y en honor a este personaje, actualmente al pueblo se conoce por san Andrés Huaxpaltepec. Cuentan los señores que su hermano Felipe se quedo en la jurisdicción de Huazolotitlán.

Se acompaña con música de viento de la orquesta de Huaxpala, quienes tocan una introducción, luego sones y chilenas intercaladas. El baile se desarrolla en la casa del mayordomo y en presencia de las autoridades agrarias y municipales. La mulita es una construcción humana, dos personas que se dan la espalda, se amarran, se agachan ambos y se cubren con un sarape. Entre ambos, se monta un niño de 4 o 6 años, con sarape y sombrero. La mulita brinca al ritmo de la música de viento. El caporal mientras tanto se dirige a las autoridades y al publico para ofrecer la mulita, explicando sus características y haciendo chistes en doble sentido. El primer acto termina con la venta de la mulita. La 2º parte inicia con la colocación del “muerto” en el centro de escenario, sobre un petate. Le sigue el cura, ataviado con una sotana negra y escondida la cara pintada de tizne, el cura lleva en la mano una hoja de totomoxtle que va mojando en un recipiente con agua “ bendita” y diciendo “alabanzas”, la viuda se encarga de llorarle al muerto y los diablos semidesnudos, pintados de tizne y caminando en cuatro pies con dos velas encendidas sujetas de un madero aprisionado por los dientes de la boca, brincan eufóricos y al ritmo de un son, bailan por detrás y por delante de la viuda, intentando un acto sexual. La cola de los diablos se construye del arco de flores de itacuán que fue utilizado en el altar de Todos Santos. El baile termina cuando Los diablos han usado sexualmente a La viuda y esta baila alegremente con ellos.

En el interior de la casa del mayordomo se están velando las “flores de cera” y al ritmo del violín, guitarra y cajón bailan parejas de indígenas el fandango mixteco.

Fandango Mixteco.- Se baila en las mayordomías de San Juan, el 24 de junio; Santa Teresa, 15 de octubre y San Andrés, el 27 de noviembre en Huaxpaltepec. La música inicia por la mañana de los días señalados, tocan todo el día y toda la noche hasta el amanecer del día siguiente. Los instrumentos utilizados son el violín, la guitarra y un cajón que se percute con una mano y con una varita, pudiendo agregarse otra persona, quien golpea el cajón con los puños cerrados a redoble y a contratiempo. En algunas comunidades utilizan un cántaro, que se percute con la mano. Al iniciar la música las parejas salen a bailar la chilena en una forma que entre las mujeres es peculiar. Van ataviadas con su inseparable pozahuanco y cubierto el pecho y cabeza con un paño blanco. Al ritmo de la música van arrastrando los pies en menudos pasos hacia atrás y al llegar a un extremo, podran caminar al mismo ritmo hacia delante o voltearse y continuar caminando hacia atrás. El hombre por su parte efectúa dos tipos de movimientos: Un “paseo” de acuerdo con la música o un “zapateado», pero siempre de frente a la mujer. Dos mujeres podrán bailar como pareja, efectuando el mismo paso, pudiendo dos hombres intervenir para hacer dos parejas, pero nunca podrán bailar entre hombres. En los intervalos de la música, se toma aguardiente tanto los hombres como las mujeres.

En la mayordomía de San Juan se baila frente a un altar y una bandera roja amarrada a la mesa. La bandera se pasara a la casa del mayordomo del próximo año; en la fiesta de Santa Teresa frente a un altar y una mesa con “ los panecitos”, que son unos trozos rectangulares de una pasta de harina los cuales tienen cierto dibujos a manera de símbolos que se bendecirán al día siguiente del fandango para repartirlos en la misa del “mero día de la virgen”. En San Andrés se baila frente a un altar, velas, y unas “flores de cera” que se llevarán a la iglesia a la mañana siguiente del fandango.

Como en Huaxpaltepec, se practica en casi todas las comunidades indígenas de la Costa, variando las fechas de acuerdo a las festividades más importantes y al calendario ritual propio de cada pueblo.

LAS DANZAS ENTRE LOS AMUZGOS.

Aun se conservan 14 danzas, que a continuación se describen por Fernández (1987:49-58).

Danza de los Chilolos.- Pueden ser de diez a doce danzantes hombres, de los cuales tres van vestidos de mujeres. Todos visten a la usanza negra. Ellas también. Un danzante es el viejo, el padre de las muchachas. Van bailando y diciendo versos inventados en el momento. Cada negro toma como marido a un negro. Luego se enfada de el, lo deja y toma otro. Se ríe de su marido y cambia de hombre. Los negros tienen uno, dos o tres toros de petate. El acompañamiento de la música es con flauta. Esta danza se presenta en carnaval. se tocan algunos sones con violín. Todos los negros llevan espada y sonaja. Esta danza es una crítica a la vida licenciosa de los negros de la costa. “Chilolo” es una fase de la metamorfosis del sapo, de una bola negra y con una cola.

La danza del Tigre.- Esta danza se presenta en cualquiera de las fiestas del año, cuando el mayordomo desea presentarla. Se acompaña con música de viento. La trama es mas o menos así: Don Manuel Peño Y José Cortés – dos ricos ganaderos– están sufriendo daño en su ganado a causa de un tigre mágico. Manuel Peño contrata entonces a José Orejón, Doña Catalina y un perrito cazador, quienes, después de varias peripecias, matan al tigre, le quitan la piel y lo tiran a la barranca. En la danza se bailan los sones de La Iguana, El Perico y El son de Manuel Peño y Doña Catalina.

Danza de El Toro.- Son doce danzantes hombres que representan a los vaqueros. cada uno tiene su nombre.

1.- Mayordomo

2.- Ponterillo

3.- Grenillo

4.- Cabestrillo

5.- Guardatierra

6.- Monteador

7.- Caporal

8.- Cambillo

9.- Legrillo

10.-Negrillo

11.-Vaquerillo

12.- Becerrero

El personaje principal es el Terrón, dueño del toro. El Mayordomo y el Caporal usan jorongo, mascada, sombrero con listón y una flor, traje de diario y paliacates rojos. El Monterillo lleva reata de lazar, machete en cubierta, sombrero con listón y mascada. Los demás danzantes llevan pañuelos, sombrero y lanza. La danza consiste en lazar y matar a un toro bravo. Cada son tiene una parte cómica.

Danza de Los Tejones.- Son doce danzantes, todos con mascara de cara de tejón, un viejo, una vieja y un viejito. Visten bandas anchas de tela de popelina roja con flecos. Llevan listones de colores en seis tiras atrás. Llevan sonajas. El tema es de la muerte de un grupo de tejones, en manos de los viejitos, por haberse comido el maíz. Se bailan los sones: 1) Marcha, 2) Son de Honor, 3) Son Cruzado, 4) Son de Canasta, 5) Son Platicado. La danza termina con un son zapateado.

Danza del Diablo.- El diablo es la figura principal. La vieja lleva una quijada de burro que suena con un hueso de pata de venado raspando los dientes de la quijada. El Diablón lleva un teconte, que es un jícaro con la boca forrada de piel de chivo y un palo en medio: empuja el palo hacia adentro y lo jala hacia fuera y al raspar el teconte produce el ritmo de la danza. El diablo y la vieja se persiguen mutuamente. Se presenta en cualquier mayordomía.

Danza de Los Moros.- Los danzantes con catorce hombres vestidos con túnicas adornadas con lentejuelas de colores, vestidos con capas que por un lado son blancas y por el otro son rojas . Este vestuario lo llevan los danzantes que representan los Turcos. Todos los danzantes usan sombrero, menos dos que usan cascos. (los turcos: el Moro- capitán y el Sultán).

El grupo de los Cristianos usan sombreros adornado con lentejuelas brillantes. El vestuario es español. Vespasiano y Tito son los jefes. El Rey es Santiago.

La danza es una remembranza de los Cristianos y Turcos del imperio de Carlo Magno contra los sarracenos. Vencen los Cristianos. El acompañamiento es con música de viento.

Los Doce Pares.- Es una variante de los Moros y Cristianos. se refiere a la guerra de Carlo Magno contra los sarracenos que trataron de invadir Francia. Los soldados franceses vencieron a los mahometanos. Los personajes son Carlo Magno, Carlo Martel, Rolando, del lado de Francia. Por los sarracenos, Fiera Bras, Salim, Floripe y otros personajes.

Danza de La Conquista.- Creada por los criollos para glorificar a Hernán Cortés. Es una representación de la caída del imperio azteca ante Cortés. En la danza aparecen los capitanes al mando de Cortés, la Malinche y Moctezuma Xocoyotzin.

Danza de Los Chareos.- Es una versión de los Moros y Cristianos., pero hablada en lenguaje nahuatl.

Danza de Los Tlaminques.- Representa una crítica de los españoles a los pueblos indígenas, tal y como los hispanos vieron a los nativos al descubrir América .

Danza de La Tortuga.- Es de origen africano. Es una representación de la pesca de la tortuga y sus huevos; Don Rafael Polanco, originario de Ometepec, Gro., puso música a la danza de la tortuga.

Danza del Macho mula.- En la danza un indígena aparece montado un macho de madera. El jinete lleva un fuete con el que golpea a la mula y a veces se arroja contra el público y haciendo que le pega a la mula, golpea con el fuete al público que entonces escandaliza; corre y grita.

Danza de Los Tecuanes .– Su origen es precortesiano, siendo creada por los aztecas. Actualmente esta influida por el mestizaje y los danzantes llevan máscaras.

Hasta aquí la descripción del Lic. Fernando Gatica.

DANZAS AFROMESTIZAS

En el documento “Festival Costeño de la Danza” (IOC. 1994:17) se menciona: “La fuerza de las ejecuciones dancísticas y el ritmo inigualable de los africanos le dieron matices a las danzas costeñas, ya que fueron las costas los lugares principales de su asentamiento”.

Las danzas que se ejecutan entre los afromestizos son tres: El Toro de Petate , La Tortuga y Los Diablos, además del baile de “Sones de Artesa”.

Danza del Toro de petate.- Se baila en las comunidades de Río Viejo, La Boquilla de Chicometepec y Collantes.

Los trajes utilizados: pantaloncillos hasta la altura de la rodilla y camisa de colores brillantes de tela satinada. Detrás de la camisa cuelgan escarchas brillantes de colores que le dan vida al conjunto del vestido. El jefe de los caporales utiliza una binza (látigo de cuero de res) , chaparreras y sombrero. También lleva una cuerda que en ocasiones utiliza para intentar lazar al toro. El resto de los danzantes, los caporales, portan un listón cruzado sobre el pecho con un moño en el cruce. Los sombreros son adornados con un lienzo brillante y se le ponen cuatro espejos y un machete ficticio colgando sobre el hombro derecho.

Don Pancho lleva una máscara y María Domínguez (la minga) también. Esta viste falda larga y blusa de colores llamativos, llevando una muñeca envuelta en un rebozo, la que representa a su hija.

Los arreglos de los sones se adecuan a la relaciones, las cuales están compuestas en forma de versos. La música que acompaña es de viento (dos trompetas y dos saxofones) y un tambor que marca el ritmo. Cuando los caporales enfrentan al toro, retumba solo, añadiendo suspensos e interés a la danza. (IBID. p. 20).

Danza de La Tortuga.- Esta danza presenta variantes respecto a la forma en que se ejecuta en la zona indígena. En el caso de los afromestizos, la danza hace participar al público a través de un coqueteo exagerado de “La Minga” y los danzantes van formados en dos hileras y la tortuga gira alrededor, mientras que los indígenas bailan en redondo, en torno a la tortuga.

Entre los morenos la danza se realiza de una forma mas frenética y a menudo se improvisan pasos, para después retomar los originales.

Danza de Los Diablos.- Actualmente se baila en algunas comunidades negras como el Azufre, Collantes y Lo de Soto, aunque en años pasados se bailó en otras que la han perdido.

La danza de los diablos es un ritual dedicado al espíritu del dios negro Ruja, a quien honraban y pedían ayuda para liberarse de sus duras condiciones de trabajo, es por eso que al inicio de la danza se le invoca con respeto y reverencia. Este concepto de adoración a Ruja se trasladó por la veneración de los muertos, bailándose el 1 y 2 de noviembre (Ibid 22-23).

En Collantes la danza se interpreta por 16 a 20 danzantes, el jefe de estos y la minga, todo danzantes masculinos. Los diablos van vestidos con ropas gastadas y rotas, en su mayoría de color café con flecos en los bordes. Usan paliacates de color rojo en varias partes del cuerpo y una mascara de cuero, cornamenta y pelo de cola de caballo a manera de barba y bigote. La música utilizada es una armónica, una quijada de res y un teconte, que es una especie de tambor con el que producen sonidos rítmicos por fricción de una vara larga sobre la piel de tambor (membranófono de fricción). Este también es llamado “arcusa”, cuyo cuero debe ser de perro “para que suene”.

Los Diablos de Lo de Soto no utilizan el personaje de “La Minga”, sino que bailan en hileras comandados por “El diablón” . La máscara lleva mucha mas crines que en Collantes, y llevan además unas orejas enormes pintadas de blanco y negro. Van ataviados con capas o de otros colores para dar un espectáculo mas impresionante.

La música se acompaña por una trompeta y un tambor. Éste a veces participa solo, para dar una ambientación de misticismo y misterio. “El diablon” toca también , percutiendo con el puño, una mandíbula de burro o res. En los momentos mas álgidos, golpetea la mandíbula sobre el suelo, señalando el clímax de la danza.

Baile de los Sones de artesa.- Los Sones de artesa se han considerado como pertenecientes al género de las chilenas. La artesa es un tronco grande de una sola pieza, similar a una canoa colocada en forma invertida sobre unos palos, de tal manera que se encuentre levantada a unos centímetros del suelo; sobre la artesa bailan las parejas, de una en una, mientras las demás esperan su turno a un lado de la misma.

El zapateado se acompaña con música de violín, guitarra y un cajón; el zapateado y la música forman una unidad, la cual se logra gracias a la resonancia que produce la artesa. (IOC. P. 38-39).

En los sones de artesa en Collantes se acompañaba con el teconte o arcusa, arriba descrito, aunque actualmente ya no es así.

DANZAS CHATINAS.

Unicamente consideramos la comunidad de San Martín Caballero, comunidad Chatina del municipio de San Pedro Tututepec. Aquí se baila la Danza de los Viejos en Todos Santos (2 de noviembre). En ella participan una “mujer” y varios “viejos” que la pelean. todos utilizan máscaras y se visten con “lo peor que sea”. Bailan al ritmo de la música del violín. Los danzantes salen por todas las casas pidiendo ofrenda y tienen la finalidad de “animar la fiesta”. En cada casa reciben comida o dinero que guardará un comité nombrado para tal efecto. (7).

4.7.- ARTESANIAS.

Las Artesanías son concebidas como bienes de uso producidos manualmente y con tecnología tradicional, que se caracterizan por su belleza estética.

La actividad artesanal en la Costa Chica de Oaxaca se puede dividir en cinco grandes ramas: textilería, mascareria, alfarería, cordelería y labrado de jícaras.

La Artesanía Textil. Se desarrolla en los municipios indígenas de Pinotepa de Don Luis, Huaxpaltepec, San Juan Colorado, San Pedro Jicayán, Santa María Huazolotitlán, San Lorenzo, Santiago Jamiltepec, Santiago Ixtayutla, sumando 1,219 artesanos textiles, aclarando que este dato es la suma de quienes participan en grupos formales e informales y excluye a quienes no están organizadas.

Dentro de los artículos producidos se encuentran: huipiles, blusas, servilletas, manteles, pozahuancos, cotones, los cuales utilizan las siguientes materias primas: hilos de algodón y acrilán, algodón “cuyuchi”- algodón nativo de color café natural, que se siembra en las milpas y patios de las casas, se despepita e hila a mano con malacate y jícara para elaborar las telas – y el tinte de caracol púrpura – molusco “ordeñado” en los peñascos marítimos por los indígenas de Don Luis, exclusivo para la elaboración de pozahuancos.

En los textiles los elementos representados son en su mayoría flores y animales, especialmente aves, en el caso de los Mixtecos, especial interes representa un ave bicéfala que se borda en los huipiles en las partes anterior y posterior (huipil de Huazolo).

En San Pedro Amuzgos se elaboran unos huipiles de singular belleza con brocados en el pecho y rayas que corren horizontales. Las grecas y evoluciones hacen pensar que se trata de las antiguas formas de escritura ideográfica, cuyos resabios recrean las manos amuzgas.

Un problema que se presenta es el de la sustitución de las materias primas naturales – algodón cuyuchi, tinte de caracol – por materiales sintéticos como el acrilán, debido a los altos costos para el teñido con caracol o del cultivo del cuyuchi, quienes no pueden competir con los industrializados.

La adquisición de la materia prima es, en lo general, individual, comprándola a los intermediarios de Pinotepa Nacional o a comercios de cada pueblo. La comercialización de producto es individual en la mayoría de los casos, vendiéndose a las intermediarias que en muchos casos son artesanas con capital para acopiar, quienes introducen en ciertos mercados como Acapulco, Puerto Escondido, Huatulco, Oaxaca. En algunos casos, como la S.S.S. “Yoho cuaha” de San Juan colorado, elaboran telas de ciertas medidas que se venden, como grupo, a diseñadoras de la capital del país.

Respecto a los precios de costo y venta, es difícil efectuar cálculos precisos de los primeros y precisar precios de venta, ya que cada persona se encarga de elaborar sus artículos y el tiempo de trabajo invertido en las piezas no es uniforme. De los precios de venta podrá ser obtenido solo los costos de producción sobre todo cuando no hay ventas y las artesanías se rematan con los coyotes, o consiguiendo vender a un precio mayor, en el mejor de los casos.

Sin embargo, so pena establecer una generalidad y con el riesgo de excluir algunos casos, podríamos decir que los costos de producción y precios de venta son los siguientes:

CUADRO: COSTOS, PRECIOS DE VENTA Y UTILIDADES POR UNIDADES ARTESANALES TEXTILES EN LA MIXTECA DE LA COSTA. 1996.

Servilletas grandes 1 x 0.63 m: 30.00 – 15.00= 15.00

Huipiles: 250.00 – 180.00= 70.00

Rebozos grandes: 150.00 – 100.00 = 50.00

Manteles grandes: 200.00 – 125.00 = 75.00

Bolsas: 20.00 – 10.00 = 10.00

Se tienen registrados 1,219 artesanos que participan en varios programas institucionales (ver cuadro)

CUADRO: ORGANIZACIONES DE ARTESANOS Y ARTESANAS TEXTILES.

Organización, Comunidad y número de artesanos

UNION REGIONAL «PACIFICO OAXAQUEÑO”

Pinotepa de Don Luis: 338

Huaxpaltepec: 38

San Juan Colorado: 194

San Juan Jicayán: 47

Santiago Jicayán: 47

Huazolotitlán: 42

Tetepelcingo 200

ORGANIZACION REGIONAL «YUNDHOSO”

Llano Verde: 25

Pueblo Viejo: 25

El Mosco: 25

Xiniyuva: 25

GRUPO DE ARTESANAS «JAMILLI”

Santiago Jamiltepec: 20

UAIM SAN PEDRO AMUZGOS

San Pedro Amuzgos: 67

GRUPO DE ARTESANAS DE SAN PEDRO JICAYAN

San Pedro Jicayan: 28

UNION DE MALACATERAS

Santiago Jamiltepec: 15

S.S.S. MANOS INDIGENAS

Santiago Jamiltepec: 40

ARTESANAS DE SANTA MARIA YOSOCANI

Sta. Ma. Yosocani: 20

TINTOREROS DE CARACOL PURPURA

Pinotepa de Don Luis: 23

TOTALES: 1,219

La mascarería.- Se reduce a la comunidad de Santa María Huazolotitlán donde, existen 10 artesanos organizados en la “Unión de artesanos Huazoloteca” y algunos otros no agrupados. Estas personas elaboran máscaras ceremoniales, máscaras decorativas y figuras diversas como Cristos, sirenas, leones, tigres. vírgenes, bustos, etc., de varios tamaños.

Las máscaras ceremoniales o rituales son requeridas por grupos de danzantes de las comunidades de la región o del exterior. Se elaboran máscaras de “Tejorones” “Mascaritas” , “Tigres” , “Toros”, “Burros”, “Perros”, “Negros”, “Tecolotes», “Diablos”, etc., pudiendo ser acuerdo a los tipos ya conocidos o trabajando un pedido sobre fotografía.

Las materias primas utilizadas son la parota o guanacaxtle y el macuil o cedro blanco, además de pinturas sintéticas para decorar las máscaras. Los medios de trabajo utilizados son rudimentarios: machetes, navajas, gurbias, formones y martillos.

La adquisición de la madera se efectúa en forma individual, en Huazolotitlán o en las comunidades vecinas, utilizando preferentemente madera de árboles caídos. El abastecimiento de la madera se ha convertido en un problema por la escasez gradual de la misma; situación, hay que aclarar, debido a la tala inmoderada para abrir nuevas tierras al cultivo o a la ganadería y el abastecimiento a las carpinterías; esto ha redundado en el incremento de costo de la materia prima.

En esta actividad se involucra toda la familia, los mayores y menores, hombres y mujeres. Desde niños se van introduciendo en el arte de la elaboración de estos objetos.

Los artesanos comercializan los artículos de varias formas:

A) Sobre pedido, de una o más piezas. El precio se fija de antemano.

B) Con personas que llegan a comprar directamente a sus casas.

C) Sale el artesano o algún familiar a vender a alguna comunidad cercana o mercado regional.

D) En las ferias locales como el 15 de agosto en Huazolotitlan o el Cuarto Viernes en Huaxpala.

E) Van a vender a Puerto Escondido, Huatulco o Oaxaca, ya sea en casas de artesanías o ARIPO (Artesanías e Industrias Populares de Oaxaca), aprovechando algún viaje que se tenga que hacer.

Los artesanos de Huazolo son los siguientes: José de Luna López “Che Luna”, Romualdo Gómez, Lázaro Gómez, Juan Gómez, Francisco Sánchez, Leonel Gómez, Donaciano Gallegos, Tomás Gómez, José luna Sánchez y Pedro de Luna. En el año 2000, se organizó el grupo de artesanos «Jaguar» cuyo presidente es Irineo González.

La rama de la alfarería, se practica casi en todas las comunidades mixtecas, aunque existen algunas que tienen una tradición artesanal mayor, destacando Yutandayoo y la Chuparrosa en el municipio de San Pedro Jicayan y en la comunidad de Jamiltepec, municipio del mismo nombre.

En la alfarería de Yutandayoo y la Chuparrosa de elaboran ollas, cazuelas, cántaros, comales y sahumerios, utilizando barro rojo, que se recoge del monte. Se limpia y amasa, modelando parcialmente sobre un objeto, terminando de diseñarlos con las manos, auxiliándose de un olote para obtener un acabado liso. La prenda se asolea y se hornea a baja temperatura en horno de leña. Antes de ello el objeto podrá ser pintado con pinturas naturales (tierra) de color naranja o blanco que se compra en Pinotepa Nacional y se trae de San Agustín Chayuco, donde existe en cantidades importantes. Las figuras decorativas pueden ser rayas en zigzag, puntos, ruedas, rayas minúsculas, alebrijes o figuras de animales reales o fantásticos.

El uso que se le da a los objetos puede ser: ceremonial, doméstico, de ornato, para el trabajo y para venta. El cántaro podrá ser , como explicamos arriba, un instrumento musical, que acompaña al fandango mixteco.

Se vende en los mercados locales como Pinotepa nacional, Cuajinicuilapa, Putla, Huaxpaltepec, Huazolotitlán o Jamiltepec. Cuando van a vender a estos puntos se llevan las ollas en 3 o 4 redes grandes (yunu-yata), tardando varios días en estos mercados. Las ollas grandes se venden a quince pesos (1.8 US dllrs); medianas, a ocho pesos (1 US dllrs); las chicas a tres pesos (0.3 US dllrs) y miniaturas a dos pesos (0.2. US dllrs). Un pato (recipiente para agua) mediano costará dos pesos con cincuenta centavos (0.27 US dllrs).

En Jamiltepec, existe un pequeño grupo de artesanas que elaboran ceniceros, ollas en miniatura, malacates y figuras de diversas formas, que resultan de hermosos diseños y gran colorido. Introducen sus artículos en ARIPO, en tiendas artesanales de Oaxaca y directamente al público.

La actividad de cordelería, se practica en la comunidad de Santiago Ixtayutla. Se elaboran reatas, hamacas y redes. La materia prima utilizada es un maguey nativo, que se siembra en el mes de junio (tiempo de agua) para que tenga buen desarrollo durante un año. Para poder aprovechar su producto se corta, se asa, se raja, se remoja de 4 a 5 días seguidos. Después se hace el lavado y tallado, se pone a asolear. Una vez asoleado se pesa por libra, quedando lista la materia prima para la torsión, prensado e hilado para hacer el mecate y el mecahilo para elaboración de redes.

La adquisición de la materia prima es individual, comprándola localmente. La distribución de los artículos es local, utilizándolos también para autoconsumo. Mayormente se elaboran redes pequeñas “yunutuca” para transporte de mercaderías o productos agrícolas. Estos productos son mayormente de consumo local y regional, poco distribuidos en los centros turísticos.

Colocamos también dentro de la cordelería a una actividad interesante que es la elaboración de sillas, sillones y mesas de palma real. Esta actividad se desarrolla por ocho artesanos de Santa Catarina Mechoacán. Las materias primas son: la palma real, pues se adquiere en “la rosa comunal”, en los bajos del ejido de Jamiltepec y la madera de macuil que los mismos artesanos cortan en la comunidad. Un sillón puede costar de 70 a 80 pesos (7.7 a 10 US dllrs) si esta bien pulido y barnizado o 40 pesos (5 a 5.6 US dllrs) sin contar con acabado. Estos productos se realizan como mercancías, localmente en los mercados regionales de Jamiltepec y Pinotepa o en los centros turísticos como Puerto Escondido, Huatulco, Oaxaca o Acapulco. (8).

El labrado de jícaras es una actividad que se desarrolla fundamentalmente de Don Luis, aunque el área indígena la jícara sin labrar se utiliza como utensilio de cocina, para tomar agua, café o atole; para hilar con malacate el algodón y como protección de la cabeza contra los rayos solares, a manera de casco. El fruto del árbol de jícara (Tu yachi) crece de manera natural en los montes y en los solares de las casas y de allí se cortan para elaborar los artículos decorados. También se compra en las comunidades de san Juan Colorado, San Pedro Atoyac, Mechoacán y Pinotepa Nacional. Aunque este recurso no ha sido afectado seriamente, puede presentar en el futuro, problemas para su explotación racional, por el corte de fruto, ya que se corta verde.

El procedimiento es el siguiente: se recolecta el fruto en verde (a punto) cuando ya ha consolidado la corteza exterior (epicarpio) y no esta aun maduro; se corta con segueta de acuerdo a la forma que se desee adoptar; se extrae la corteza interior (mesocarpio y semillas); se raspa la parte interior de la jícara para eliminar los residuos del mesocarpio; se procede a labrar, con una espátula especial, la superficie exterior del fruto. En algunos casos se hará un boceto previo, pero en la mayoría se trabajará de acuerdo a la imaginación o a algún dibujo que se estará viendo en ese momento. Si el objeto es hacer una jícara partida por la mitad, primero se ralla el borde, intercalando líneas rectas paralelas con zigzagueantes; enseguida se dibujan los animales y por ultimo las plantas que en todos los casos son una especie de hojas lanceoladas que emergen de un punto central. Se puede agregar algún texto breve- a propósito de recuerdos- que va colocado entre las líneas de borde de las jícaras. Se elaboran también porta-lapiceros con base de madera o del mismo fruto; recipientes con tapón para líquido; sonajas rituales; contenedores pequeños con tapa del mismo fruto y sostenido con un hilo que sirve para colgar y floreros o contenedores para objetos medianos. He visto en algunos aparadores a las jícaras grandes y decoradas de Don Luis con unos adornos de plata sobre el borde de la jícara, en la base de la misma y en la tapadera. Podría ser este decorado algo que le proporcione valor agregado y que permita alcanzar mejores precios en el mercado. En Pinotepa de Don Luis, las jícaras labradas de tamaño pequeño cuestan dos pesos(0.25 US Dllrs), cuatro pesos las medianas (0.50 US dllrs) y seis pesos las grandes (1 US dllrs).

Actualmente las jícaras labradas se venden localmente en el mercado de Pinotepa de Don Luis, en Pinotepa Nacional y los acaparadores introducen el producto en Puerto Escondido, Puerto Angel, Huatulco y Oaxaca,

Estos productos son elaborados por 20 artesanos de Don Luis, aunque en Huaxpaltepec recientemente se inicio con esta actividad para decorar las sonajas rituales para la danza de los Tejorones.

5.-INTITUCIONES CULTURALES.

En la región inciden varias instituciones tanto del Gobierno Federal como del Gobierno del Estado, que se encargan de dar atención en los diversos aspectos de la cultura.

Dentro de las instituciones federales tenemos a la Dirección General de Culturas Populares, el Fondo Nacional para las Artesanías y al Instituto Nacional Indigenista. El Gobierno del Estado su parte atiende al programa Casas del Pueblo y Casas de Cultura.

La Dirección General de Culturas Populares cuenta en la región con dos representantes, dependientes de la Unidad Regional Huajuapan. Año tras año emiten una convocatoria a las organizaciones culturales o personas para participar en el Programa de Apoyo a las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMYC). Aunque este programa ha apoyado a algunos grupos, los montos con los que apoyan tuvieron un limite de ocho mil pesos en 1994 y quince mil en l995 y l996. otro problema es el numero limitado de proyectos autorizados, quedando muchos grupos sin apoyos.

El Fondo Nacional para las Artesanías opera a nivel estatal mediante una convocatoria anual para que los artesanos y/o sus organizaciones participen en un concurso nacional. En 1993 la artesana Petrona Hernández, de San Juan Colorado obtuvo el primer lugar en artesanía textil con un mantel cuyuchi hilo natural, recibiendo apoyos económicos y diploma.

El Instituto Indigenista canaliza recursos a través del programa Fondos para la Cultura Indígena. Año tras año ha incrementado el monto de recursos económicos, tal y como se demuestra en el siguiente cuadro:

CUADRO:PROYECTOS FINANCIADOS POR EL FCI-INI.

Año, número de proyectos y montos

1991: 2 / 12,000.00

1992: 3 / 22,748.00

1994: 7 / 111,735.40

1995: 7 / 163,221.00

1996: 12 / 453,475.00

1997: 10 / 565,053.00

1998: 4 / 256,869.54

Las ramas culturales en que apoyado son: danzas, música, artesanías, medicina tradicional y juegos indígenas.

El programa Casas del Pueblo del Gobierno del Estado, cuenta con estas instancias en las comunidades de José María Morelos, Pinotepa de Don Luis, San Juan Colorado, Santa María Huazolotitlán, Collantes y Jamiltepec. El objetivo de tales Casas es el rescate, fomento y difusión de las manifestaciones de los pueblos. Para ello el pueblo se organiza y cada sector de cultura nombra representantes que a su vez participan alrededor de la Casa del Pueblo. Aquí se nombra un comité, con un presidente, secretario y tesorero. El gobierno del estado otorga un presupuesto de ocho mil pesos semestrales para gastos de la casa y proyectos de los grupos culturales.

El programa Casas de Cultura, descentralizado en 1996 del Gobierno del Estado a los municipios, cuenta con presencia en Pinotepa Nacional. Se aboca a la promoción de grupos culturales de música, teatro, pintura, etc. y rescate y difusión de la chilena; es decir a apoyar diversos aspectos de la cultura mestiza.

6.-PROBLEMÁTICA Y PROPUESTAS PARA EL DESARROLLO CULTURAL.

Sin duda parte del bienestar social implica el desarrollo de la cultura, como parte de la educación individual y de la conservación de las formas y modos de ser de la comunidad. Los anteriores apartados tratan de dar cuenta de ello. Ahora se trata de expresar concisamente la problemática en cada rama cultural, captada tanto del contacto con organizaciones, reuniones con las misma o talleres de autodiagnóstico y programación.

Problemática y propuestas de solución

Campo: Sitios sagrados

Los sitios sagrados no tienen la protección suficiente y no respetados

Organización de las comunidades para elaborar proyectos de protección de los sitios sagrados sin alterarlos.

Campo:Medicina indígena

Falta consolidar la organización

Diseñar un calendario de reuniones y asegurar la participación de todos.

Faltan recursos para elaborar medicamentos

Buscar apoyos para proyectos de farmacias comunitarias

Falta capacitación para curar otras enfermedades.

Capacitación permanente con apoyo del INI y Sector Salud.

Falta sistematizar el conocimiento que se tiene.

Proponer estudios sobre plantas medicinales y sistemas curativos y crear un Centro Regional de Desarrollo de la Medicina Tradicional.

Campo: Indumentaria

La indumentaria tradicional se está perdiendo

Coordinación con instancias escolares del Sistema Indígena para su fomento.

Programas radiofónicos para fomentar el uso del vestuario indígena.

Campo: Lenguaje.

Existen pocas organizaciones de escritores en lenguas indígenas.

Es necesario preservar y promover la escritura en mixteco y difundir la creación literaria y poética a través del apoyo a los grupos existentes.

Campo: Música.

Las orquestas de los pueblos carecen de instrumentos musicales en buen estado.

Elaborar proyectos para reposición de instrumentos musicales.

Los conocimientos no se han transmitido a nuevas generaciones.

Crear escuelas de música, con los músicos de las mismas comunidades.

Se carece de conocimientos para la reparación de instrumentos.

Cursos de capacitación sobre reparación de instrumentos musicales.

No existen registro de las piezas musicales que se ejecutan.

Elaborar proyectos de edición de cassettes

Campo: Danzas.

Los grupos no cuentan con apoyos para vestuario.

Elaborar proyectos para dotar de indumentaria a los danzantes

Es necesario difundir las danzas al resto de la sociedad.

Impulsar eventos regionales de música y danzas.

Campo: Artesanías.

Los artesanos carecen de recursos económicos para adquirir materias primas

Elaboración de proyectos de capital de trabajo para la producción artesanal

Los comerciantes venden los hilos a precios muy altos.

Creación de tiendas de hilos en las comunidades.

Acaparamiento de artesanías por compradores locales.

Búsqueda de mecanismos de comercialización más seguros y con mayores beneficios a los artesanos.

Hace falta diversificar los modelos o diseños.

Cursos de capacitación sobre diseños y creación de un Centro de Desarrollo Artesanal.

Como podemos advertir en las propuestas de solución, estas no vendrán exclusivamente de las organizaciones, sino también del funcionamiento adecuado de las instituciones culturales y que estas retomen acciones de acuerdo a sus intereses y demandas de aquellas, canalizando recursos materiales, financieros y humanos para el desarrollo cultural de los pueblos indígenas.

ANEXO 1

DIRECTORIO DE ORGANIZACIONES CULTURALES DE DISTRITO DE JAMILTEPEC, OAX.

1.- Organización: Coordinadora de Organizaciones Musicales para la Acción Social COMPAS. Tiene su sede en Santiago Jamiltepec Oaxaca y agrupa a alrededor de 15 orquestas y bandas musicales de todo el distrito.

Los directivos son: Feliciano Jiménez Castro, Alejandro Mendoza Hernández y Máximo Flores Alavéz, presidente, secretario y tesorero respectivamente. Los contactos a los teléfonos 01-954-32859 en San Juan Jicayán o al 01-958-28059 en la Radio Indigenista en Jamiltepec

Las actividades que desarrollan giran en torno a la gestión de recursos para sus orquestas, promover y difundir la música regional. Han celebrado tres encuentros regionales de música y danza y cuentan con un taller de reparación de instrumentos musicales en Jamiltepec.

2.- Organización: Casa del Pueblo de Jose Maria Morelos. Jose Ma. Morelos pertenece al municipio de Santa María Huazolotitlán. En la organización participan 40 integrantes activos. El responsable en el Profr. Israel Reyes Larrea. Los contactos pueden ser al teléfono 01 954-3-20-31 de la comunidad.

Las actividades a las que se dedican son: rescate y difusión de las danzas afromestizas de La tortuga y Los diablos. Educación comunitaria a través de proyectos de video y publicaciones. Proyecto de versos costeños.

3.-Organización: Casa del Pueblo de Pinotepa de Don Luis. Participan 120 elementos. El nombre del presidente del comité es: Abacuc Avendaño Luis, con domicilio conocido, en Pinotepa de Don Luis, Oax., telefono 01-954-2-00-29. Actividades realizadas: rescate y difusión de las danzas indígenas de Los Tejorones, La Quijada, Las Mascaritas.

4.- Organización: Casa del Pueblo de San Juan Colorado. Las actividades que se realizan son: rescate y difusión de las danzas de Las Mascaritas, Los Tejorones, La Tortuga y El Tigre. Participan 120 elementos. El presidente del comité es el Profr. Eliseo Quiroz G., con domicilio conocido, Centro, San Juan Colorado, Jam., Oax., teléfono 01-954-2-01-75 (caseta).

5.-Organización: Casa del Pueblo de Santa María Huazolotitlán. Funciona en el municipio de Santa Maria Huazolotitlán. Participan aproximadamente 100 elementos. El presidente del comité es Carlos Gómez, con domicilio conocido, barrio Yutacahua, Huazolotitlán, Jam., Oax. , teléfono 01-951-3-26-99 y 3-27-19 caseta.

6.- Organización: Casa del Pueblo de Collantes. Trabajan alrededor del rescate y difusión de la danza de Los Diablos en la comunidad de Collantes, municipio de Pinotepa Nacional. El representante en el Profr. Pedro Baños Alarcón, con domicilio conocido en Collantes, teléfono: 01-954-320-55 caseta.

7.- Organización: Comité de Cultura de Huaxpaltepec. Las actividades son: rescate y difusión de las danzas de Tejorones de pluma, Tejorones de máscara negra, Las Mascaritas, Los Collantes, Los Chareos, La Tortuga, La Malinche, La Mulita y El Fandango Mixteco. El presidente del comité es Juan Nicolas Mejía con domicilio conocido en Huaxpaltepec, Jam., Oax., teléfono:01-954-323-44 3-25-64 caseta.

8.-Organización: Consejo Radiofónico Comunitario de la XEJAM. Es un órgano de participación comunitaria para apoyar el trabajo de la radio indigenista. Participan 8 elementos de comités de cultura y organizaciones productivas. Los contactos pueden ser al teléfono 01 958 28059 de Jamiltepec, Oax.

9.- Organización: Comité Cultural de Chayuco. Actividades de rescate y difusión de las danzas de Los Maromeros, La Quijada, La Tortuga y Los Tejorones. Son 68 integrantes. El presidente del comité de cultura es Marcos Galván Nicolás, con domicilio conocido, San Agustín Chayuco, Jam., Oax., teléfono 01-954-3-34-15 caseta

10.-Organización: Comité de Cultura de Sta. Catarina Mechoacán. Actividades de desarrollo de una escuela de música infantil y rescate de danzas de La Quijada, Los Maromeros, Los Tejorones, La Conquista y Los Moros y cristianos. El responsable es Cayetano Hilario Garcia Hdez., con domicilio conocido, Sta. Catarina Mechoacan Jam., Oax., teléfono 01-954-3-27-16 caseta.

11.- Organización: Comité de Cultura de San Pedro Jicayán. Actividades de rescate y difusión de Las Mascaritas, Los Tejorones, Los Collantes y Los Chareos. Coordina el Alcalde Municipal, con domicilio conocido, San Pedro Jicayan, Jam., Oax., teléfono 01-954-2-02-43 directo.

12.- Organización: danza de Los Diablos de lo de Soto. Actividades de rescate y difusión de la danza de Los diablos de Soto. Son aproximadamente 30 danzantes Coordinan las autoridades municipales en turno. Contactos al teléfono 01-954-3-32-52.

13.- Organización: Danzantes de Santa Maria Nutío. actividades: rescate y difusión de las danzas de La Tortuga y Las Mascaritas. Son alrededor de 30 integrantes. El presidente del comité de las danzas es Natalio Bautista con domicilio conocido, Sta. María Nutío, San Juan Colorado, Jam., Oax., teléfono 01-954-3-29-49 caseta.

14.-Organización: Danza del Toro de Petate de Rio Viejo. Se dedican al rescate y difusión de las danzas de La Tortuga y Las Mascaritas. Son 30 elementos de la danza. Coordina actividades el Agente Municipal en turno, que se puede contactar en la comunidad misma, en el municipio de Santiago Jamiltepec.

15.- Organización: Comité de Cultura de San Juan Jicayan. Actividades de rescate y difusión de las danzas de Las Mascaritas, Los Tejorones, El Tigre y La Tortuga. Participan 80 danzantes. El presidente del comité es Zenaido Hernández Casilla, con domicilio conocido, San Juan Jicayan, Jam., Oax., teléfono 01-954-3-28-59 (caseta).

16.-Organización: Club Amistad, A.C. Actividades de rescate y difusión de la chilena. Celebra cada año el festival chilenero, el tercer sábado de cada mes de octubre, en Stgo. Jamiltepec. Está integrado por 30 socios. Es presidente del Consejo de administración es el Sr. Manuel Ortíz Peláez. Se contacta al teléfono 01-958-2-80-82

17.- Organización: Banda de Musica Infantil de Huazolotitlán. Actividades de rescate y difusión de música antigua tradicional de la Costa Chica de Oaxaca, en especial la Chilena. Se compone de 25 elementos. Coordinan las autoridades municipales en turno. Se contacta a los teléfonos 01-951-8-30-40 directo.

18.-Organización: Banda Musical “Los Costeños”. Actividades de rescate, difusión y enseñanza de la música tradicional de la Costa Chica de Oaxaca. Son 10 elementos y coordina Arturo Mendoza Hernández, con domicilio conocido, Barrio de Las flores, Pinotepa Nal., Oax., teléfono 01-954-3-25-43, directo.

19.-Organización: Danzantes del “Machomula” y de “la Pluma”. Actividades de rescate y difusión de las danzas indígenas del Machomula y de la Pluma, que se bailan en las fiestas de Carnaval y mayordomías en Pinotepa Nacional. Coordina Arturo Mendoza Hernández, domicilio conocido, barrio de Las flores, Pinotepa Nal. Oax., teléfono 01-954-3-25-43.

20.-Organización: Danzantes de Las Mascaritas y Tejorones de San Lorenzo. Tiene actividades de rescate y difusión de las danzas indígenas de Las Mascaritas y Los Tejorones. Son 59 participantes y coordina las actividades el Alcalde Municipal.

21.-Organización: Banda Infantil de San Juan Jicayán. Es una banda comunitaria que se dedica al rescate y difusión de la música regional. Son 20 elementos. Coordina las actividades el Maestro Feliciano Jiménez Castro, con domicilio conocido, San Juan Jicayán, Jamiltepec, Oaxaca. Teléfono 01-954-32859 y al 01-743-99312 de la misma comunidad.

22.- Organización: Casa de la Cultura de Pinotepa Nacional. Difusión de la Chilena de la Costa Chica de Oaxaca. Promoción de grupos de música, pintura, ajedrez, etc. Domicilio en avenida Benito Juárez, Col. Centro, Pinotepa Nacional, Oaxaca. Tel. 01-954-32154.

23.-Organización: Ñuu Oko A.C. Tiene como objetivos el rescate y la promoción de las manifestaciones culturales locales, en especial la música. Coordina las acciones el Profr. Baltazar Antonino Velasco García, con domicilio conocido en 2ª. Norte # 118 en Pinotepa Nacional, Oaxaca. Teléfono 01-954-3-39-91 directo.

NOTAS

1. Entrevista con el Alcalde de San Andrés Huaxpaltepec, el 10 de octubre de 1996.

2. Entrevista con el Alcalde de San Andrés Huaxpaltepec, el 10 de octubre de 1996.

3. Información proporcionada por el Alcalde de San Andrés Huaxpaltepec, el 21 de octubre de 1996.

4. Con información proporcionada por Francisco García Hernandez en Jamiltepec, Oaxaca, el 25 de octubre de 1996.

5. Entrevista con Victorio Santiago Tapia. Jamiltepec, Oaxaca, 25 de Octubre de 1996.

6. Según el Alcalde de San Andrés Huaxpaltepec. Entrevista el 26 de octubre de 1996.

7. Entrevista al C.Benito Santiago Rojas. San martín Caballero Tututepec Oaxaca. 19 de octubre de 1996.

8. Información proporcionada por C. Hilario García Hernández, Regidor de educación de Santa Catarina Mechoacán el 2 de abril de 1996.

BIBLIOGRAFIA

1. Flanet, Verónica. 1977. Viviré si Dios quiere. México. INI. 238 pp.

2. INI-UNICEF. 1991. Memoria de los Encuentros de Médicos Tradicionales Indígenas del Estado de Oaxaca. Apoala, Copala, Chayuco y Tlahuitoltepec. 191 pp.

3. Rodríguez, et al. 1989. Caracterización de la producción agrícola de la región Costa de Oaxaca. Universidad Autónoma Chapingo, México. 444 pp.

4. Drucker, Susana. 1990. Cambio de indumentaria. La estructura social y el abandono de la vestimenta indígena en la Villa de Santiago Jamiltepec. CNCA. México. 143 pp.

5. INEGI. 1990. XI Censo General de Población y Vivienda. Oaxaca. Resultados definitivos. Tabulados básicos por distrito. México. 670 pp.

6. Herrera Aguilar Abel. 1990. Diagnóstico comunitario de Pinotepa de Don Luis, Oaxaca. (mecanografiado).

7. Fernández Gatica Andrés. 1987. Tsun nua. Amuzgos. Editorial Cajica. 135 pp.

8. Greemberg, James B. 1987. Religión y economía de las Chatinos. INI. México. 309 pp.

9. Gutierrez, Tonatiuh y Momprade Elektra. 1976. Danzas y bailes populares. En la colección Historia General del Arte en México. Citado en IOC (vid infra).

10. Instituto Oaxaqueño de las Culturas IOC. 1994. Festival Costeño de la Danza. Oaxaca. México.

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La Radiografía Tacuate y la discriminación

Francisco Ziga Gabriel, INI Jamiltepec, Oaxaca.

"Soy Nahual de gavilán, soy dueño del firmamento
Soy un indio natural, y animal al mismo tiempo
Desde que empecé a volar, voy donde me lleva el viento"

[Fragmento de la Chilena El Tacuate. Festival 2001. Jamiltepec. Oax.]

Quiero primero externar mis sinceros reconocimientos la Maestra Francoise Vatant y al grupo de alumnos que hacen posible que podamos tener en las manos la Primera radiografía de una experiencia colectiva de campo en la zona Tacuate y al mismo tiempo también agradecer que me hayan concedido la posibilidad de estar entre ustedes para efectuar algunos comentarios respecto a esta entrega.

Es necesario decir que a pesar de que llevo ya alrededor de 15 años en la Costa Chica de Oaxaca, interactuando con representantes de comunidades del Distrito de Jamiltepec dentro del Programa de Abasto Rural de Diconsa y el Instituto Nacional Indigenista, de haber visitado La Humedad Ixtayutla desde 1987 después de caminar seis horas desde El Duraznal, no puedo menos que sorprenderme al leer la Radiografía Tacuate.

Y es que el texto nos va llevando de la mano por una región desconocida para muchos, llena de costumbres no relatadas hasta ahora, trasmitiendo olores y sabores que nos resultan extraños por no haber ni siquiera pensado en ellos alguna vez, por senderos ignotos y montañas que guardan secretos y seres insondables, conociendo piedras con poderes sobrenaturales o animales fantásticos nunca imaginados, por bosques llenos de luces, sombras, venados y aves de múltiples colores. Pero también mostrando la cara de los indios olvidados de siempre, de los niños azotados por la desnutrición, de las mujeres sometidas por el machismo que a veces raya en la barbarie, de la falta de servicios y oportunidades educativas a los que todos deberíamos tener acceso y también a la violencia, que a los ojos de la sociedad regional pareciera como consustancial, pero que tiene a veces visible o soterrada, la función de mantenimiento de los poderes locales para hacer posible el saqueo de sus recursos naturales. La violencia que en algún momento se comenta en la Radiografía y que tiene que ver con el control por el poder municipal, sigue afectando a las familias actualmente.

Ixtayutla, para la mayoría de los costeños, es un gran desconocido. El referente inmediato es el tacuate de calzón ancho con animalitos despintados en su cotón, las mujeres de pozahuanco donde predomina el color naranja o de plano el lugar donde se venden las mujeres “dicen que puedes conseguir hasta de cinco mil pesos por una jovencita”.

Y es que resulta que cuando se habla de la Costa Chica generalmente se hace referencia geográfica a un extenso corredor, mas o menos homogéneo en términos fisiográficos, que va desde Acapulco, Guerrero, hasta Huatulco, Oaxaca. La porción central de este corredor lo constituye el Distrito de Jamiltepec, con sus dos poblaciones de importancia: Pinotepa en el ámbito comercial e institucional, y Jamiltepec, en el ámbito administrativo-judicial, en donde entran en relación directa los Tacuates de Ixtayutla. Pero dicha homogeneidad fisiográfica no se corresponde con una pretendida región homogénea en términos culturales, pues en dicho corredor conviven, en su porción oaxaqueña, agregados de los grupos culturales Amuzgo, Mixteco, Tacuate, Afromestizo, Chatino, Zapoteco y los mestizos. Me atrevo a pensar que dicha idea de región llamada Costa Chica, esconde tras de sí, una sutil negación de las diferencias culturales y sobre todo de lo indígena Esta pluralidad, a la hora de la constitución de las diferencias, establece un denso entramado, donde afloran no solo las posiciones del campo económico, sino también aparecen las fricciones interétnicas resultantes de las distinciones culturales. La construcción de esta idea de región -la Costa Chica-, necesariamente pasa por la perspectiva de homogeneización cultural, y constituye la negación de la diversas formas culturales indígenas, con sus estructuras organizativas, visiones del mundo, sistemas de cargos, relaciones intra e intercomunitarias y sus usos y costumbres en general. Esa otra Costa Chica ha aparecido en los reclamos que intermitentemente hacen brotar los indígenas en los diferentes frentes de lucha.

Creo que buena parte de la discriminación se da para tratar de mantener viejos sojuzgamientos. Recuerdo ahora una escena que presencié el 4 de julio del 2002 en Jamiltepec, donde la discriminación y el trato despectivo y humillante se encuentra directamente relacionado con los roles desempeñados en los procesos de trabajo, de modo que las relaciones interpersonales de trato los refuerzan. Se trata de un breve intercambio entre un mestizo de Jamiltepec y un indígena Tacuate de Ixtayutla. El mestizo da indicaciones sobre la forma que se efectuará la siembra de maíz: Mestizo:- “le siembras bien tú, ¿he?. Tacuate:- “Como, ¿en surco?”. Mestizo: “No, eso no se usa aquí, eso solo se usa en tu pueblo”. “a ésta gente –afirma regresando la vista hacia nosotros- hay que decirle como tiene que hacer las cosas…” “¡quiero que trabajes como hombre! –dirigiéndose al Tacuate. El indígena permanece callado y solo ríe a veces. Finalmente el mestizo en una versificación afirma: Y eso digo / lo discuto/ pa’ los indios/ el Instituto, haciendo una referencia clara al Instituto Nacional Indigenista.

Pero hay otro motivo de discriminación y que tiene que ver con comportamientos que hasta cierto punto se consideran “normales”. Por ejemplo la costumbre de referirse con el término sha a algún indígena. El término es despectivo, se utiliza a alguien que es terco o que entiende y habla poco español y es propio de toda la Mixteca de la Costa, pero como los de Ixtayutla son los que menos hablan español, pues se asocia generalmente a ellos. La misma discriminación se traslada hacia la Radio del INI –que trasmite en mixteco, chatino, amuzgo y español- por parte de mestizos de Jamiltepec, pues despectivamente se le llama Radiu Sha, que podría significar “la radio de las Sha o de los indios”. Creo que este tipo de comportamientos está fincado primero en la ignorancia respecto a otras formas de vivir la cultura, en el desconocimiento del otro, en considerar que puede haber algo “atrasado” y “adelantado”, lo que conduce a la falta de respeto hacia las formas de ser de lo indígena.

Aquí cae la importancia de la Radiografía Tacuate. Nos lleva de la mano para comprender y conocer al otro. Pero no es cualquier otro, son los Tacuates, los siempre discriminados y explotados en una u otra forma. No olvidemos que hasta en el cine nacional se utilizó el término, con una fuerte carga despectiva; Tizóc que se personifica por Pedro Infante, es llamado por los mestizos “indio Tacuate” y vivía, dentro de la trama de la película, en las montañas mas inaccesibles.

Otro aspecto de importancia es que también invita y provoca hacia la reflexión teórica sobre la etnicidad. Hoy, que los grupos indígenas pasan por procesos de reconstitución étnicos y están reclamando cada día su inclusión dentro de una nación pluricultural a través del ejercicio de sus autonomías, lo menos que podemos hacer es entender sus culturas, y relaciones para pasar del papel a los hechos.

El carácter polisémico del término Tacuate se inscribe en las perspectivas antiesencialistas de la etnia, porque como dice Benjamín Arditi en El reverso de la diferencia (2000:7): “Se puede estudiar los fenómenos sociales como sistemas de significación, esto es, como sistemas de diferencias. Para estas tradiciones constuctivistas y profundamente anti-esencialistas, el valor de un término discursivo no es intrínseco, sino puramente relacional (Por ejemplo en Bourdieu) y, por ende, extrínseco: surge como resultado contingente de prácticas articulatorias, lo cual quiere decir que el valor de un término puede ser modificado a través de otros modos de articulación […] el sistema de diferencias que denominamos lenguaje carece de neutralidad valorativa; el lenguaje está surcado por relaciones de poder y su uso cotidiano refleja y reproduce desigualdades”.

Finalmente felicito a los autores por la labor que implica la Radiografía Tacuate, a la ENAH por abrigar este tipo de proyectos y a ustedes por el interés de asistir este evento.

[1] Texto leído en la presentación del libro el 17 de julio del 2003, en la ENAH México, D.F. y publicado en el número 2 del periódico OPINIÓN, 4 de febrero 2004, Pinotepa Nacional, Oaxaca.

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Comentario del libro «Queridato, matrifocalidad y crianza entre los afromestizos de la Costa Chica» de Cristina Díaz Pérez.

Francisco ZIGA, CCDI Jamiltepec,

febrero 2004.

Sin duda hacer un comentario sobre el libro “Queridato, matrifocalidad y crianza entre los afromestizos de la Costa Chica” resulta una tarea sumamente complicada, porque su autora, la Maestra Cristina Díaz está abordando un tema en el que construye –o reconstruye- de manera extraordinaria, “un rompecabezas”, como ella misma lo afirma, a partir de los fragmentos que re-cobra, de-canta, de-clara, analiza y ordena sobre la realidad costeña. En ese sentido es un rompecabezas coherentemente armado mediante una intervención singular: con los pueblos afromestizos y su gente. Eso le otorga una validez fuera de lo común porque le permite avanzar hacia una posición antiesencialista; es decir que parte de la realidad y retorna a ella; que parte de “lo visto” y “lo a la mano” y regresa con “lo pensado”; donde contra lo sumamente abstracto de muchos estudios sociales, se nos habla de la vida cotidiana de nuestros pueblos.

También es un rompecabezas en otro sentido, porque nos permite romper con visiones simplistas de las relaciones matrimoniales y de parentesco al reconocer las diferencias e interrelaciones entre lo que llama el matrimonio ideal y el queridato. A partir de reconocer la coexistencia de ambos tipos de alianza, se sostiene que el queridato es el agente ordenador en las relaciones de matrifocalidad y cesión de hijos.

La autora nos describe en una forma al mismo tiempo profunda y sucinta, los antecedentes históricos básicos de las relaciones sociales derivadas del esclavismo colonial y de las condiciones de deculturación, pero también de reinvención de la cultura negra en América y la posibilidad de concebirlas como culturas subsumidas a las estructuras y relaciones capitalistas. Aquí se tiende un puente entre cultura y economía al construir el apartado de “Repercusiones del fenómeno migratorio” que alude a las recomposiciones en las estructuras de parentesco derivadas de la reinserción de las poblaciones locales en la economía global por medio de la estabilización de la corriente migratoria de la fuerza de trabajo, un fenómeno tan actual como reordenador.

La noción de grupo doméstico es considerada aquí como una categoría operativa para demostrar la articulación de los tres fenómenos fundamentales examinados; así en el análisis de los resultados cuantitativos identifica y diagrama 102 tipos morfológicos de los grupos domésticos en representaciones esquemáticas que incluyen los patrones de residencia. A su vez se agrupan en seis modelos o prototipos morfológicos donde el grupo doméstico nuclear ocupa solo el 33.5 % de la muestra de 454 grupos diferentes encuestados. Entre los modelos desprovisto, compuesto, extenso y mas extenso suman el 59 % de la muestra, donde se ubican las relaciones matrifocales mas fuertes con un papel fundamental de la mujer afromestiza en la reproducción de las unidades domésticas. Aquí caemos en cuenta de que si el título del libro alude a conceptos poco comunes como queridato y matrifocalidad, que parecen lejanos y abstractos, lo real es que es un trabajo que estudia lo mas concreto y cercano a todos nosotros: la familia y sus relaciones; pero tan cercano como a veces desconocido.

En el libro se distinguen dos tipos de alianzas matrimoniales: por un lado el matrimonio ideal con una serie de pasos rituales hasta llegar a el casamiento civil y religioso de acuerdo con las normas sociales, y por el otro, el queridato o matrimonio consensual no sancionado por actos formales [¿pero que tal vez pasa por determinados ritos?]. Así la autora nos va conduciendo por los pasos rituales involucrados en la alianza ideal y los procesos conducentes al queridato remarcando las prácticas institucionalizadas “…por medio de la cual ésta colectividad se provee de queridas y sostiene parte del engranaje del queridato…” (p.88). La importancia del fenómeno se da por la eficacia de la recomposición matrimonial y grupal, el regulamiento de la sexualidad y procreación fuera del modelo monogámico, el aprovechamiento del período reproductivo y algo sumamente importante que es la reagrupación de individuos que forman parte de grupos domésticos que van desintegrándose, eliminando el concepto de orfandad. Tal vez sea esta utilidad práctica que hace que “Los afromestizos nunca discuten la legalidad del queridato, ni de los patrones de organización doméstica que de él se desprenden, ya que en términos de la comunidad son legítimos” (p. 105).

Cristina nos ayuda en el armaje de otro rompecabezas: el de las relaciones regionales interétnicas a través del intercambio de agentes matrimoniales. De esa manera afirma que “… el mestizaje cultural y biológico en la zona es permanente, pero poco intenso” (p. 113, el subrayado es mío), pues si el 45 % de los intercambios de la muestra se da entre pueblos mayoritariamente negros, el 12 % corresponde a pueblos mayormente indígenas dentro de las pendientes civilizatorias mixteca y amuzga. Estos datos ponen al descubierto el estigma de la separación étnico-racial al plantear la vigencia de los intercambios biológicos y con toda seguridad de los de naturaleza cultural.

La matrifocalidad se entiende aquí como atributos de sistemas domésticos donde la madre ocupa el centro de las relaciones y la cabeza del grupo, pudiendo ocurrir estando o no presente el esposo-padre. Esto plantea la centralidad de la mujer en la reproducción de la cultura doméstica, lo que tiene que ver con la orientación de la madre al hogar y del padre al trabajo. La autora menciona, siguiendo a Stamples, que la relación madre-hijo fue la única relación que resistió el efecto disruptivo del sistema esclavista-colonial. Esa misma relación madre-hijo es la que se sigue reiterando en la matrifocalidad actualizada.

La constante desintegración de nucleos y el recasamiento reforza la matrifocalidad y aclara: “La matrifocalidad no es el parámetro dominante de la reproducción de los grupos domésticos, sino su reconfiguración a partir de los recasamientos. Tiene como fin último reestructurar lo que modifica el queridato” (p. 133)

Acerca de la jefatura doméstica, la muestra arroja un 30% en manos de féminas, lo que representa un índice muy alto respecto a los niveles estatal en Oaxaca, del 15.32% y nacional, del 17%. Lo anterior borra de dudas el aspecto de la matrifocalidad presente entre la población negra de la Costa Chica.

Finalmente la autora reconoce en los fenómenos estudiados su importancia histórico-social, pues “ son algunas de las estrategias que han ayudado a sobrevivir a la población de origen africano dentro de modelos rígidos”; estrategias que, para el caso de grupos subordinados o negados las mas de las veces, son desacreditadas o pasadas por alto dentro de las múltiples ideas de nación o de región que se configuran bajo la conducción de Estados o de élites excluyentes. ¿Se explica ese “gusto por la vida” propio de la población negra como un mecanismo de sobrevivencia y reforzamiento positivo ante la opresión esclavista del pasado?.

El esfuerzo intelectual de Cristina no ha sido en vano, pues nos abre puertas para pensar a los otros en sus diferencias, pero también en sus capacidades sociales de afrontar posiciones subordinadas en el espacio social, mediante complejos mecanismos de sobrevivencia, los que constituyen uno de los mas grandes rompecabezas de la Historia. Este libro se suma a reconstruir ese rompecabezas.

Texto leido en la presentación del libro el 13 de febrero del 2004 y publicado en el periódico OPINIÓN número 3 del 5 de marzo 2004, Pinotepa Nacional, Oaxaca.

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Exposición de papel artesanal y creaciones artísticas en Huaxpaltepec, Oaxaca, México

Por: Francisco Ziga

El pasado 22 de enero presenciamos la Exposición de papel artesanal que refleja el trabajo de la Asociación Civil “Xiñi tityi”, en San Andrés Huaxpaltepec, Distrito de Jamiltepec, en el Estado de Oaxaca, México; y no me da otra cosa que un inmenso gusto, primero, que estos jóvenes estén haciendo lo que hacen y segundo que estén compartiendo con la comunidad y con otras vecinas, estas creaciones que bien hablan de las inmensas posibilidades que tiene nuestra gente para desplegar sus capacidades artísticas, puesto que ese desgranar del alma que es el arte, se encuentra fecundado, para este caso, por la exhuberancia del entorno costeño y también por la exultante manifestación de las culturas presentes en esta región cultural.

“Xiñi Tityi” AC es una agrupación de 12 jóvenes indígenas del pueblo Ñuu Savi que se constituye legalmente desde mayo del 2000 con la finalidad de aprovechar los recursos locales para la elaboración de papel artesanal, emprender programas de protección de los ecosistemas, promover y difundir las manifestaciones culturales y buscar mejoramiento de sus condiciones vida. Desde un inicio emprendieron un proceso de capacitación a sus integrantes en las técnicas de elaboración de papel artesanal en las instalaciones del Taller Arte Papel de San Agustín Etla, Oaxaca, bajo los auspicios del pintor oaxaqueño Francisco Toledo. De esa experiencia resultaron compromisos interesantes como la reforestación que los integrantes de la organización realizaron en el tramo carretero de la desviación a Santa Catarina Mechoacán a Huaxpaltepec, sembrando árboles de ceiba (árbol sagrado de las culturas originarias) con el propósito de el aprovechamiento futuro de su fibra.

Posterior a ello, y con el apoyo financiero de la Dirección General de Culturas Populares del Instituto Nacional Indigenista, realizaron dos siembras de algodón cuyuche durante los ciclos agrícolas 2002-2003 y 2003-2004 bajo los principios de prácticas sustentables en la agricultura. Esta experiencia multiplicadora en varios sentidos está planteando que el aprovechamiento de los recursos locales se puede convertir en alternativa viable ante la devastación del campo causada por la reiterada política neoliberal que arrasa indiscriminante con la población rural. En muy interesante preguntarse ahora los retos que ofrece el hecho de que el cuyuche y el algodón verde -patrimonio de los pueblos indígenas mesoamericanos- están ahora patentados por la compañía Natural Cotton Colors, cuya propietaria es Sally Fox, en uno mas de los embates que la globalización excluyente implica.

Con el apoyo del Instituto Mexicano de la Juventud, la Asociación ha desarrollado durante diciembre y enero pasados varios talleres de capacitación a jóvenes de la comunidad, relacionados con la elaboración de papel de fibras naturales, elaboración de bolsas de papel, encuadernación manual y artística y joyería de papel cuyuche. En todo este proceso hay dos incandescencias comprometidas: Alelí Hernández y Jerónimo Toledo. Almas alertas que están desplegando sus capacidades y la finura de sus sensibilidades en este proceso de reapropiación de lo nuestro. El objetivo es claro: la fundación del Taller Arte Papel en la Costa de Oaxaca. Los esfuerzos se encaminan hacia ese retorno deseable para muchos.

La exposición de la que hablamos ahora ha sido sumamente productiva. Reúne a cuando menos 150 gentes de Huaxpaltepec en un evento de convivencia integradora; sensibiliza a autoridades locales sobre la necesidad de apoyar las iniciativas propias; muestra lo que han sido capaces de hacer los jóvenes y niños con su creatividad; acerca a otros a descubrir y a abrir ventanas para enfrentar las dificultades de la vida actual en el medio rural, mirándonos a nosotros mismos, a nuestra cultura y a nuestro entorno natural. Otras apuestas apuntan a los engarzamientos regionales que ya resultaron de interés en el Intercambio de experiencias de organizaciones productivas y culturales de la Costa Chica convocado por la Asociación en fechas pasadas, alentando comunalmente un advenir deseable y excitando la multiplicidad de nuestro ser.

Publicado en EL DESPERTAR DE LA COSTA. No. 131. 6 al 12 de febrero 2005. Puerto Escondido, Oaxaca.

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La reactualización del «arpegio cumbre que bailan los dioses» por Mario Carrillo y Ricardo Ochoa, en «Con sabor a mi padre».

Por: Francisco Ziga

El martes 6 de abril del 2004, en el marco de un homenaje al compositor Félix Sumano en Santa María Huazolotitlán Oaxaca, tuve el gusto de conocer y escuchar a Mario Carrillo, hijo del mas grande bohemio costachiquense: Álvaro Carrillo Alarcón. Sin duda alguna Mario asume de manera cabal el enorme compromiso que lleva a cuestas; pero además lleva toda la carga sensitiva de su padre y algo mas; un sentimiento apegado a sus raíces que viene de las fibras mas íntimas de nuestra región. Si a esto sumamos la interacción desatada con Ricardo Ochoa, la resultante es un producto sumamente fresco y añejo al mismo tiempo, extraño, como todo lo valioso, sumamente interesante porque está reactualizando nuestra cultura musical en una síntesis original, alegre y sublime al mismo tiempo, que rompe con la dicotomía entre tradición o modernidad.: me refiero al disco compacto “Con sabor a mi padre” que contiene once temas conocidos de Álvaro, cuatro de Mario y una versión en inglés de Sabor a mí.

Hablar de Álvaro Carrillo es hablar de la Costa Chica. Álvaro se ha vuelto, desde hace mucho tiempo ya, referencia obligada de cualquier persona que haya nacido en Costa Chica o que se identifique con ella. Prácticamente podemos decir que Álvaro está y se pasea entre nosotros, en la tierra nuestra, porque como dice él “Imaginé a mi tierra como a una mujer, como si le estuviera hablando frente a frente. Le dije: No tú nunca mueres, porque estás bullente en los cascabeles de tus tradiciones, porque hasta el brebaje de tus aguardientes deja gotas chulas para mis canciones, Si no que lo diga la alegra chilena que es entre tus sones, el arpegio cumbre que bailan los dioses, Aquí en el Olimpo de mis pretensiones”; o sea vive en lo que describe; no pertenece a un pasado muerto, porque se está reactualizando permanentemente; se está reiterando vivo en el presente; y en contra de lo que se pudiera pensar acerca del “olvido de lo nuestro”, observamos un movimiento musical renovado, que está reiterando lo que quería el Ingeniero Álvaro respecto a que “…se restañen tus arterias rotas…”. Carrillo está actuando como un agente aglutinador, contribuyendo a la formación de una identidad costeña, porque si algo nos distingue es precisamente la alegría del baile chilenero y del sentimiento íntimo que impregna Carrillo. Eso que se lleva en las espaldas nuestros jóvenes que se han visto obligados a emigrar a los Estados Unidos.

Y aquí entra el papel renovador de Mario. Con un cantar bien ponderado y colocando todo el sentimiento en cada frase, aparecen las formas culturales descritas tal cual todavía se acostumbran en nuestro rumbo, con expresiones de los amores y las exigencias de siempre ( Cúmpleme tu palabra chiquita); de las chilenas tan hermosas como El Amuleto o El pájaro rengo (negra, dame tus ojitos…) y de toda la fuerza y la carga poética de canciones como El Andariego, Cancionero, Luz de luna, Sabor a mí, entre otras. Mario aquí nos entrega cuatro composiciones, develando su vena poética, con canciones de un equilibrio bien logrado en letra (son tus ojos mar y marejada) y cuya música hay que escuchar. Algo muy importante como evidente es que Mario se asume como costeño, pues en algún momento grita Que viva Oaxaca y arriba la Costa Chica, en un acto de afirmación, pero también de reconocimiento del valor que significa pertenecer a un estado (tal vez el mas pluricultural) y a una región única en el país, por la coexistencia de complejos y formas culturales indígenas, mestizas y negras.

En el disco hay una propuesta-fusión entre los seres de Mario Carrillo y Ricardo Ochoa. Ricardo me parece, en dos o tres palabras cruzadas, una de esas existencias que no recorre el mundo, sino es un mundo recorrido. El interés mostrado por las formas culturales de la región lo ilustra. No es casual que uno de los objetivos de esta misión sea precisamente redescubrir esas raíces y esencias de las cuales bebió y se embebió Álvaro. El aporte de Ricardo al disco es al igual impresionante. Su virtuosismo en la guitarra hace despertar las potencias mas íntimas y enmarcar de una forma inigualable, todo el sentimiento de las letras de Álvaro y Mario. La fusión entre el sonido acústico de la guitarra que pulsa Mario y la guitarra eléctrica de Ricardo, produce algo sumamente original. Ricardo no “toca” a la guitarra; él mismo de deja tocar por ella y entrega en cada contacto, un sinfín de pulsaciones. Se pasea de una manera elegante por todo el diapasón y disfruta de esa incursión, arrojando a su alrededor sonidos multicolores llenos de esencias de muchos lugares y de muchos tiempos. La propuesta es una fusión entre lo local y lo global. Y esa fusión mantuvo a la expectativa y exaltada a la población de Huazolotitlán y a los músicos chileneros venidos desde Putla de Guerrero, Jamiltepec, Pinotepa de Don Luis y Huaxpaltepec, Oaxaca. Tengo la certeza que Mario y Ricardo van a ser tema de conversación durante mucho tiempo, pero sobre todo, con lo que están demostrando, ofrecen un ejemplo a la juventud sobre lo que es posible y deseable y a toda la población sobre la necesidad de reiterar la tradición aceptando la pluriculturalidad.

Publicado en OPINIÓN. No. 5, 4 de mayo 2004, Pinotepa Nacional, Oaxaca.

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Una boda tradicional en la Mixteca de la Costa de Oaxaca, México.

Francisco ZIGA

Huaxpaltepec, Oaxaca.

Diciembre 2004.

Cuando uno supone que hay cosas que han quedado enterradas en el polvo de la desmemoria, ocurren situaciones que resucitan lo acontecido, en un “pasado” que no muere por completo, sino que se reitera de diversas maneras. El salvamento de algunas costumbres antiguas forma parte de esa preocupación por evitar la pérdida de las prácticas culturales que van quedando abandonadas por la adopción de nuevas tradiciones exógenas. Esto sucedió en la boda tradicional efectuada el 17 de diciembre, en San Andrés Huaxpaltepec, en el corazón de la Mixteca de la Costa, en la boda de Juana y Venancio.

La novia, como se estila comunmente, salió de su casa, pero ataviada con un huipil de diseño antiguo, un pozahuanco (enredo) confeccionado con hilos teñidos de grana cochinilla y con caracol púrpura pansa tal y como lo requiere la tradición antigua. Sus padres, padrinos y familiares acompañan a la novia, quien cubre su rostro con un velo blanco. La orquesta va brindando un ambiente de alegría al conjunto, donde destacan también los tonos azules y púrpura de los pozahuancos de las mixtecas. El novio, con la indumentaria tradicional -porta un cotón y calzón de manta y calza huaraches- espera a la novia en la puerta del santuario de Tata Chú, el Cristo negro de Huaxpaltepec. Después de la misa el contingente se dirige a la casa del novio: al frente la música, enseguida los novios y en cortejo mas cercano, los padres, padrinos de bautizo y de boda y al final los invitados.

El sitio de la fiesta es un escenario que ha costado varios días preparar. Consiste en una ramada de palos con techo de palma recién cortada, en forma cuadrangular y en un costado, con un fondo de palapas, unas cortinas blancas y rojas se desprenden del techo. De las palapas pende un espejo mas o menos grande “para que se vean los novios”y al frente una mesa especial, adornada con flores, donde se sentarán los novios, padrinos de velación y padres. La llegada se inaugura con un ritual de “bendición de los novios”. Los padres, padrinos y familiares mas cercanos entran a la casa de los novios, estos se hincan en un petate en la puerta de entrada y uno a uno los familiares van dando una bendición a los casados, haciendo una señal de la cruz en sus frentes y diciendo algunas palabras de bendición. Cuando concluye el último, los novios entran a la casa, donde los Tatamandones, que son las autoridades tradicionales, les dan los parabienes. Una vez concluido el ritual, se recibe la primera diana musical.

En las fiestas de este tipo, se ponen en marcha las estructuras de organización comunitaria, como es el caso de los sistemas de cargos. Para la fiesta, se tuvo que buscar un “Mandón”, que en este caso es “Tata Lipe” y una serie de ayudantes o “Topiles de cocina”. También las mujeres participan con sus formas de organización. Las “Mandonas”de la cocina son las señoras Ernestina “Tina” García y María Romero, quienes se encargaron de servir la comida y la preparación de las tortillas “a mano”. La comida, preparada por hombres, es una barbacoa de res cocida en un horno hecho en un hoyo en la tierra.

El asunto estuvo amenizado por un conjunto de cuerdas y percusiones llamado “El Fandango de varitas de San Pedro Tututepec”, integrado por Francisco García Rodríguez (violín y voz), Benigno García Rodríguez (guitarra y voz), “Lalo” López (guitarra y voz), Quirino García Rodríguez (charasca), Celestino “Tino” Mata (cajón) y Alejandro Mendoza Hernández (guitarra), quienes inician tocando sones y chilenas de la región:

“Cielo azul, cielo estrellado

cielo de mi pensamiento

quisiera estar a tu lado

para ver el firmamento”

Una vez que ha concluido la comida, inician los novios el baile del vals, pasando luego a bailar con ellos, los padres, padrinos y familiares cercanos. Posteriormente viene el brindis, para lo cual Arturo Mendoza (Orquesta Los Sucesores de Manuel Mendoza, de Pinotepa Nacional) dirige unas palabras de buenos deseos para la nueva familia. Luego viene el baile de La Calabaza, con sus dos momentos: en el primero la novia sobre una silla es rodeada por un grupo de mujeres solteras, quienes van bailando tocando el cuerpo de la novia y al finalizar la melodía es tirado un ramo, que puede anunciar un próximo matrimonio de quien lo alcanza en el aire: el segundo momento es el baile en círculo alrededor del novio, al cabo de cierto tiempo, es tomado por el grupo de jóvenes y lanzado varias veces por los aires.

Un sonido contratado para la fiesta inicia con unas melodías ya tradicionales en estos casos, como son los ritmos colombianos de Aniceto Molina y La Luz Roja de San Marcos y su Cumbia Sampuesana, continuando los ritmos mas locales como es el caso de los merequetengues donde se combinan de una manera singular los ritmos Colombianos con algunas formas de interpretación de la Chilena de la Costa, resultando, de esta fusión, el Merequetengue, propio de los grupos locales como el Mar Azul (en sus seis versiones diferentes), Los Cumbieros del Sur, Los Negros Sabaneros, Los Guapachosos de la Costa, Los Magallones, Corralero Navi, Los Donny’s de Guerrero, “Domy” y sus Charangueros de la Costa, u otros menos conocidos, pero no por eso menos bailados.

Pero el aspecto singular de esta fiesta lo constituye el Fandango de Varitas de San Pedro Tututepec, que crean un ambientazo fandanguero, para lo cual la gente de Huaxpala se pinta sola. Destacan en el ritmo zapateado, aquellos que, haciendo caso de la invitación, que recomendaba traer ropa típica, se lucen con sus cotones cuyuche o blanco Por allí andaban Amado “El Lobo” González, Kitzia Galindo y otros compañeros del Grupo Cultural Huaxpaltepec; Alelí Hernández, su pequeño Francisco y su pareja Jerónimo Toledo, quienes se hacían acompañar de algunos venidos de Inglaterra y no se de que otras tierras lejanas. Así también participó, con su ojo alerta, Eleazar Sánchez “Charo”, artista del pincel, nacido en Jamiltepec. También bailaban algunos muchitos culturales como Carlos Ziga y su amigo Juliezar Simón, cada quien con su pareja, quienes se daban gusto zapateando frenéticamente al ritmo de aquella que dice:

“Al otro lado del río

tengo un banquito de arena

donde se sienta mi chata

perece garza morena”

Otros ya al calor de los curados de aguardiente, iniciaban sus transformaciones radicales, como Mateo Gallegos, quien ya mostraba los signos de su nahual. Con mi comadre María Santiago, bailaba la Macorina: “Macorina vamos a la playa…”

Lástima que “El Fandango de Varitas” tenía ya otro compromiso, porque mas de uno estaba dispuesto a pagar una hora adicional de tocada, porque como a las ocho de la noche, cuando se despedían con las últimas, la cosa ya estaba caliente.

Al otro día, el 18 de diciembre, es la “Fiesta de las cocineras”, también llamada “La Tornaboda”. Aquí el aspecto central es el de “La apertura de regalos”, que tiene gran significancia, porque es todo un ritual. Después de comer “El recalentado”, en el centro de la ramada se colocan dos petates, donde se van depositando, uno a uno, los regalos que recibieron tanto la novia como el novio. Alrededor de los regalos se van colocando sillas, donde se sientan los novios, los padres de ellos, los padrinos, los familiares y los que llegaron a “La Tornaboda”. Los familiares de la novia traen como Mandón a Tata Mateo y los del novio a Tata “Lipe”. Después de un breve intercambio de palabras entre ellos, se inicia la apertura de los regalos. Los abren los padrinos de velación y uno mas, en una libreta va anotando el nombre de la persona y lo que dio de obsequio. De esta manera se consolida el vínculo de solidaridad comunitaria. La nueva familia tendrá la obligación de dar un obsequio similar a quienes le ofrecen hoy el regalo, correspondiendo, en “toma y daca”, cuando la otra tenga “un compromiso”, sea de boda, mayordomía o fiesta de otro tipo. En lo que abren los regalos, también se abren otros tipos de relaciones entre los que están acompañando el evento, a través de las diferentes conversaciones que se van desatando en los pequeños grupos de hombres, al calor de una cerveza bien fría. Don Amado Caletre, un negro ya grande de allá por el rumbo de El Alacrán, comentaba que le daban ganas de casarse otra vez, porque se había encontrado una que “tuvo suerte”. La cosa es pluricultural.

Como a las cuatro de la tarde, cuando se había destapado el último regalo, Tata “Lipe” el Mandón de la fiesta, inició en mixteco un larguísimo discurso dirigido a Tata Mateo y a toda la concurrencia. Habla de consejos para los novios, que los hijos se van, que la pareja no debe de enojarse, da gracias a los santos porque estamos aquí presentes, algo acerca de una leyenda de San Joaquín y Santa Ana y del sacrificio de la gente que participa en la fiesta y que ha trabajado y se ha sacrificado para obsequiar algo a los novios. La contestación la da el Mandón Tata Mateo, a nombre de la familia de la novia, agradeciendo la hospitalidad y felicitando a la nueva familia.

De nuevo inicia el baile, esta vez solo con el sonido de “Nino” y bajo la buena animación de Alejandro Barrios, quien no se cansa de enviar saludos a Alejandro Mendoza y a Adelina Gómez, promotores culturales y locutores de la Radio XEJAM, “La voz de la Costa Chica”, de Jamiltepec, Oaxaca.

Venancio Hernández Morales es presidente de la Asociación Civil “Xini Tityi” (cabeza de iguana), como se la dice a Huaxpaltepec en lengua Ñuu Savi. Esta agrupación, constituida en su mayoría por jóvenes de la comunidad, tiene en marcha un proyecto que combina de manera singular economía y cultura: se trata de un taller artesanal de producción de papel con fibras naturales locales, dentro de las que destaca por su importancia cultural, el algodón cuyuche, que es un algodón nativo domesticado por las culturas locales cuyo color natural es de un café suave que se utiliza para la confección de telas para el vestuario tradicional. Lástima que este algodón -que forma parte del patrimonio cultural de los Mixtecos de la Costa- ya esté patentado por alguna empresa norteamericana en esa creencia absurda de erigirse en dueños de la vida. La organización de Venancio y sus cooperantes tenemos una tarea para recuperar lo nuestro.

O sea que en el asunto de la boda subyacen otros asuntos como el del encuentro cultural, el del encuentro de los amigos, el del encuentro con la tradición, con el pasado; pero también con el advenir -mas que con el futuro- presente aquí, el la lucha de Venancio y sus amigos por retomar lo valioso de nuestras culturas.

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Las ventanas abiertas en el libro «Jamiltepec y sus alrededores, de Daniela Steck.

Por: Francisco Ziga

He decidido, después de leer la obra de Daniela Steck abordar un breve comentario no directamente sobre los textos que nos presenta tan bien documentados y con una redacción bastante clara y diáfana, sino mas bien de algo que a veces juzgamos como la parte que va equilibrando el texto y la imaginación, que es el arte gráfico. Al libro de Danny lo podemos imaginar, utilizando una figura retórica tal vez limitada en su sentido, como una gran ventana por la que nos podemos asomar, viendo lo que vemos a través de los ojos de Daniela.

De manera especial han llamado poderosamente mi atención una secuencia de tres fotografías del templo y sus alrededores. La primera de ellas, ubicada en la página 67, que fue tomada en 1875; la segunda en la página 88, tomada 27 años después, en 1902, y la última, en la página 99, tomada en 1903. En el libro, están maravillosamente reunidos estos tres gráficos que uno bien los puede imaginar también como ventanas, como objetos que, acercándose adecuadamente a ellos nos permitan asomarnos por un mundo desconocido.

Pero también hay, aparte, otras formas de imaginarlas; uno, sobrevolando las fotografías y posicionándonos con la mente alerta, en la época en que fueron tomadas, para lo cual es imprescindible estudiar el texto y, dos, en una especie de zoom, o acercamiento gradual, de las cosas-objeto a las gentes allí presentes.

Pienso que la consideración en secuencia también es una forma de “ver” dinámica, distinguiendo del “mirar” estático. Las figuras de las ventanas, el sobrevuelo y los acercamientos nos permiten dar al interior de las almas de los artistas, reuniendo en este caso a las fotógrafas o los fotógrafos (no sabemos); y mucho mas, uno se puede perder, entrando por un intersticio, en los laberintos de la verdad que los artistas ponen a descubierto, en la multiplicidad de interpretaciones que logra despertar en esta especie de contemplación de las fotografías en una combinación estrecha con el texto.

Pero las fotografías en sí mismas no son nada sin la contemplación que permite su resucitación, en donde seguramente aparecen cosas que los fotógrafos no se imaginaron, puesto que cuando tomaron las fotografías nunca sospecharon que Daniela las colocaría, para fortuna nuestra, en este libro que ahora les presentamos. Hay otro misterio en las fotografías, porque seguramente quedarán soterradas a la reinterpretación, cosas que los fotógrafos quisieron hacer ver, o sus motivaciones por tratarse de su pueblo, por ser viajeros incansables o por los motivos mas lejanos. Ese es un secreto en el arte fotográfico y también su riqueza.

La foto de 1875 mas bien parece un daguerrotipo. Tomada desde un lugar cercano al cementerio, podemos observar tres planos definidos: en el tercer plano, al fondo, aparece y emerge la majestuosidad del templo con su techo de tejas, su torre central y sin cúpulas; en la foto, el templo “abre un mundo” y lo entona; abre y delimita un espacio, el espacio del templo, sin el cual solo aparece la naturaleza. También aparecen los relojes de sol y el edificio municipal, sede del poder político regional, con techo de tejas, con sus dimensiones actuales, pero sin su estilo arquitectónico. Imaginémonos en el centro de esa explanada, abriendo ese mundo a través de la ventana, recorriendo con la mirada nuestros alrededores y reconociéndolo. Un año después de haberse tomado nuestra foto, Porfirio Díaz es nombrado presidente de la República.

La foto de 1902, tomada también desde el cementerio, nos muestra un Jamiltepec cambiado. En pleno periodo porfirista, se nota la bonanza que se refleja en los cambios de las construcciones centrales. Es otro “mundo” el que se abre ante nosotros. La iglesia aparece ya con su cúpula principal y el palacio municipal con corredor de arcos en su actual estilo y en concordancia arquitectónica con el templo. Se notan unas construcciones al poniente de la explanada central, que bien podían tratarse de las casas de Don Dámaso Gómez, el español mas próspero de la región.

La tercer foto, la de 1903, es un portento. La celebración es un baile infantil efectuado en el mes de febrero, posiblemente en el marco de la fiesta de la Virgen de Los Remedios. Fue tomada desde la esquina oriente del Palacio Municipal, donde se encontraba antes la “mona de piedra” y tiene como fondo el templo y los relojes de sol.

El templo se advierte con algunas grietas, producto de los sismos de los últimos años del siglo XIX. 26 indígenas están apostados en la parte superior del templo. Es extraño verlos con sus sobreros estilo Zapata y con un cotón un tanto diferente al actual. Parados, casi al pie del templo aparece el otro contingente. 16 niñas y siete niños forman la fila delantera y llevan los mas extraños trajes, todos vestidos al estilo de la época; llama la atención una niña con su huipil malacatero y su pozahuanco, colocada casi al pie del reloj de sol. En segunda hilera de derecha a izquierda, aparece alguien que por su indumentaria puede ser de Ixtayutla; luego unos hombres de saco que bien pudieran ser funcionarios de la Jefatura Política y la Presidencia Municipal; enseguida unas mujeres mestizas que son posiblemente las madres de los niños; luego dos funcionarios, posiblemente Rurales con sus hombres armados y finalmente unas mujeres mestizas sentadas, que por los rebozos, serán de algún grupo de “pastores”. Al fondo hay exclusivamente indígenas con su cotón de cuello redondo y unos con sombreros blancos y otros negros, todos de estilo Zapata. No hay morenos, a excepción de la niña que está apostada en tercer orden de derecha a izquierda. Los personajes mas importantes parecen ser el Presidente Municipal y el Jefe Político, que apareados, se hacen acompañar de algunas de sus gentes. Algunos tratan de sonreír a la cámara; otros de atrás se asoman sobre los hombros de los de adelante, en una especie de estupor; otros parecen incrédulos; todas las mujeres son serias; la mayoría de los niños miran a la cámara y otros muestran indiferencia. Solo la niña morena parece esbozar una sonrisa; los demás tienen mas bien un dejo de melancolía y una niña aparentemente llora. Parece que se trata de una procesión de la Virgen de los Remedios, pues se observa algo como una imagen sobre las cabezas de los asistentes y la niña morena aparenta llevar en la mano una vela prendida.

Este sobrevuelo de las dos primeras fotos y el zoom efectuado sobre la última, nos conduce de las cosas u objetos como la arquitectura, que nos abre un mundo, a las gentes situadas junto al templo. Se abre aquí otro mundo de inicios del siglo XX en una sociedad jamiltepecana y sus alrededores, que muestran algunos sistemas de diferencias culturales y económicas. A partir de la tercera fotografía es posible una reconstrucción del sistema de relaciones sociales del Porfiriato.

El libro no se detiene allí. En la contemplación de los gráficos, del que es rico el libro, se pueden reconstruir otras historias; imaginar lo acontecido; sobrevolarlas advirtiendo las transformaciones del poblado y sus costumbres; abrir otras ventanas sobre lo que es tan cercano, pero tan desconocido. Esa es una gran virtud del libro. Es como una invitación para no salirse por la puerta principal, como sería la costumbre, sino brincarse las ventanas y regresar por otras. La otra apuesta es jugar con el tiempo y no en el tiempo. Solamente así, con esa alma alerta se puede reconstruir nuestra historia, haciendo a un lado las representaciones construidas desde las visiones de mundos homogéneos y negadoras de la diversidad y la dignidad humana.

Publicación: 2/16/2007

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La danza de la tortuga. Relaciones entre indios y negros en la Costa Chica de Oaxaca, México.

José Francisco Ziga Gabriel.

Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional.

Universidad Autónoma Chapingo (1).

 

La Costa Chica es un extenso corredor que en su porción mas septentrional nace en Acapulco, Guerrero y corre en dirección sureste hasta Huatulco, Oaxaca, presenta cierta homogeneidad en términos geográficos, pues son comunes para toda el área los paisajes de lomeríos suaves, sabanas, planicies costeras, pié de monte y sierra. Los perfiles altitudinales de transectos a lo ancho de la región comparten estas condiciones fisiográficas para cada uno aunque varíen en forma; pero dicha homogeneidad se derrumba en el terrero de las relaciones sociales, pues hablando de la porción oaxaqueña existen algunas formaciones o complejos culturales interactuando en diversos grados de proximidad geográfica y cultural: tales son los grupos Amuzgo, Mixteco, Afromestizo, Tacuate, Chatino, Zapoteco y Mestizo. Desgraciadamente el grupo etnolingüístico Mexicano de Pochutla, asentado en el corredor Huatulco-Pochutla-Tonameca desapareció a principios del siglo XX y junto con sus últimos hablantes, toda la tradición oral que pudiera servirnos para reconstruir la relación entre el hombre chichimeca y sus formas de relación con el medio y vida marítimas.

Pero de lo que nos interesa hablar ahora es de dos subregiones, una denominada Mixteca de La Costa y la otra, su vecina, la Zona Negra como se le llama, ambas dentro de los Distritos de Jamiltepec, y parte de Juquila, Oaxaca. La primera es caracterizada por su población indígena, con fuerte pendiente civilizatoria mesoamericana que implican su relación cercana con la tierra y el maíz; y la segunda por agregados de población negra, introducidos en la región durante el siglo XVI como esclavos o capataces de las haciendas estancieras. Si extrapolamos el concepto de “pisos ecológicos” a las formas de control de los nichos productivos por parte de los grupos diferenciados étnicamente, encontramos que en la Planicie costera y en la Sabana, un territorio no mayor a los 80 msnm, los procesos de apropiación de los recursos –cuando menos en lo inmediato- están en manos del grupo afromestizo, con el desarrollo de ganadería en pequeña escala, agricultura comercial y pesca marítima y lagunar; Los mestizos cuentan con propiedades territoriales en algunas porciones de la Planicie costera y el Lomerío suave, con intereses en la ganadería y el comercio, lo que los posiciona favorablemente en varios espacios; y los Mixtecos en porciones de lomerío suave y pronunciado, el pié de monte y la sierra, donde son propicios los policultivos tradicionales de milpa, café, ganadería de especies menores y explotaciones forestales. Tenemos una geografía étnica mas o menos delimitada, que reitera las prácticas de los grupos sociales que la han habitado: la continuidad del patrón prehispánico de asentamientos indios entre los 200 y 600 msnm, donde las condiciones son mas benignas; por otro lado la continuidad de los poblamientos afromestizos de la Colonia en la planicie costera y sabana, controlados hoy bajo la figura legal de ejidos agrarios. En otro corte, a las poblaciones mayoritariamente afromestizas o indias, se contraponen centros con cierto grado de desarrollo urbanístico como Pinotepa Nacional y Jamiltepec, constituidos como sociedades poliétnicas. Es decir que estamos ante espacios territoriales construidos históricamente y fuertemente diferenciados en su interior, bajo el ordenamiento del ejercicio del poder regional fuertemente centralizado.

La región vive entre una larga tradición de poder caciquil que divide y enfrenta a los grupos subordinados en relaciones conflictivas; y una larga relación de intercambios tanto biológicos como culturales entre indios y negros (Rodríguez, Ziga 1988:36). Es decir entre una tensión permanente de fuerzas disgregadoras ordenadas desde el poder y esfuerzos de convivencia pacífica a través de los intercambios de diverso tipo entre los actores de la escena regional.

Trataré aquí de demostrar, en el ámbito de las relaciones culturales o en el espacio de lo simbólico, mediante el ejemplo de la danza de La Tortuga, ciertos mecanismos de interrelación social y préstamos culturales que han sucedido en varios momentos entre grupos y poblaciones mixtecas y afromestizas. Para ello recurrimos a la tradición oral, a la comparación entre las formas de ejecución de la danza entre morenos e indígenas y a los intercambios culturales derivados de fiestas ligadas a calendarios rituales y procesos de reafirmación étnica.

Existen 16 danzas que constituyen parte del patrimonio cultural de la Mixteca Costeña. De ellas la danza de la Tortuga se practica en varias comunidades como San Juan Colorado, Santa María Nutío, Pinotepa de Don Luis, Santa María Yosocani, San Lorenzo, San Agustín Chayuco, Santa Elena Comaltepec, Santiago Tetepec y San Andrés Huaxpaltepec. Entre los morenos en la única población donde se practica es en José María Morelos, Municipio de Santa María Huazolotitlán. Las referencias sobre las danzas negras de Oaxaca (Larrea 1998, Bartolomé y Barabas 1989, Ziga 2000) se remiten a Los Diablos, La Tortuga y El Toro de Petate. Se identifica a la primera como la más representativa de la población negra (Larrea 1998). Sostenemos aquí como hipótesis, basados en la tradición oral y en la existencia de un núcleo de comunidades que practican la danza de La Tortuga, que su origen local se encuentra ubica dentro de pueblos indios y que en el marco de contactos permanentes con comunidades negras, ha sido tomada en préstamo, que pervive y se refuncionaliza en nuevos esquemas de significación e interpretación.

El paso de la tortuga.

En la versión de Huaxpaltepec, donde la he podido advertir dos veces, una en las fiestas de Navidad y otra en la mayordomía de Santa Teresa (aunque podrá bailar en otras mayordomías para alegrar la fiesta), se acompaña con orquesta de viento, iniciando con una especie de marcha a ritmo de tres tiempos, Sones y Chilenas. Podrán ser de cinco a diez parejas quienes bailan alrededor de la tortuga, es decir que es un baile circular. Bailan también El Viejo y La Vieja, imitando a los danzantes y dirigiéndose al público. Las ropas que utilizan son usadas ya y rotas en algunos casos. Llevan máscara. La tortuga esta construida de un armazón de bejucos, cubierto por una tela color amarillo y con manchas negras. Sobre la tortuga emerge la cabeza del danzante que aparenta estar acostado sobre el caparazón, porque lleva un pantalón y una camisa rellenas de trapos y sujetos a la superficie de la tela o caparazón. De la cabeza de la tortuga emerge un palo que, a manera de miembro sexual, entra y sale del caparazón, y siempre que puede, se trata de introducir entre las piernas de los danzantes o del público. Es común que algunos danzantes terminen totalmente ebrios, ya que en el transcurso de tres horas que dura la danza, se toma aguardiente. Aquí la danza se contextualiza en el espacio ritual de la mayordomía. Por la forma en que se interpreta y el lugar del baile, nadie sabe distinguir los límites entre su naturaleza mágico-ritual y su carácter erótico.

De la tradición oral de Santa María Nutío, población ubicada en la periferia norte del núcleo de pueblos indios de la Mixteca costeña nos llega el siguiente mito[2]: “la danza de la tortuga nació porque ella quería visitar a Dios. Para eso empezó a hacer una torre de piedras, pero a un zopilote se le ocurrió ir a calentarse allí, derrumbando varias veces lo que la tortuga construía. Ésta, molesta le reclamó, a lo que el zopilote respondió con el ofrecimiento de llevarla al cielo. Se trepó la tortuga sobre el zopilote y a medio vuelo la tortuga le reclama sobre la pestilencia de su cuerpo, a lo que el zopilote amenaza con tirarla desde arriba. Por fin llegan a las puertas del cielo. El zopilote le comenta que no dispone de mucho tiempo para esperarla y la tortuga se dirige al portero a quien le explica su propósito de visitar a Dios. Se dirige hacia el gran trono enmedio de muchas almas, bailando, dando vueltas. ¿A que vienes?, dijo Dios. A saludarte y me eches la bendición y que yo viva otro poquito, contestó.¿Que es lo que bailas? ¿es danza?, dijo Dios. No, es mi paso, dijo la tortuga. Se despidió de Dios después de recibir su bendición y se dirigió a la puerta, pero las almas no querían que se retirara, pues les había gustado el paso de la tortuga. Al ver que ya era tarde, salió del cielo, pero ya el zopilote se había marchado. Desde allá la tortuga vio un río en la tierra y en la rivera un venado. No lo pensó dos veces y se tiró desde el cielo, cayendo sobre la cabeza del venado, quien murió en el acto, pero la tortuga perdió en el impacto su concha que voló en pedazos. Pasaba por allí un gran león quien viendo la tortuga en esa situación la amenazó con comerla. La tortuga apeló a la bondad del león y le pidió: junta mis trapos y añádelos y te prometo entregarte el venado que maté. El león aceptó, juntó las conchas y las añadió, por eso la tortuga tiene la concha dividida en muchos pedacitos. Finalmente el león quedó feliz con su gran manjar, el venado. Descansó la tortuga y al otro día empezó a bailar dando vueltas y chiflando. Por allí pasaban tres iguaneros, que al ver el espectáculo pusieron mucha atención y se grabaron la tonada, al llegar al pueblo, empezaron a platicar, se organizaron y empezaron a ensayar. Allí es donde nació la danza, pero no es danza de la tortuga de mar, porque ese animal nunca sale a lo seco, salen nada mas a poner huevo a la playa, o sea que la danza es de la tortuga de cerro. La música que la tortuga bailó en el cielo es la que bailan aquí los danzantes, es la música que tocaban los ángeles allá. La tortuga chifla una vez nada mas en el mes de octubre, como chiflaba la música del cielo. Nosotros los mixtecos tenemos un cantito cuando bailamos: Na que na quita / Chini ve londo/ Ni ndivi na ye / Chini ve londo // Na que na quita / Cha’a ve londo / Na que na quita / Cha’a ve londo. Sale y esconde la cabeza, saca el pie y esconde el pie. La danza de la tortuga nació en los pueblos mas viejos y de allí ya se ha venido extendiendo a otros pueblos mixtecos[3].

Ahora bien ¿que significaciones encierra este mito de origen de la danza?. Primero, su origen divino. La tortuga así como le pide a Dios un poco mas de vida, se reitera en los danzantes, pues se baila no solo por placer, sino por una especie de doble compromiso de los danzantes con el mayordomo y con el santo celebrado. El mito-fábula también implica moralejas en varios sentidos: sobre las resultados desastrosos de las burlas hacia los demás (hacia el zopilote), sobre el valor de la audacia ante situaciones problemáticas (el aventarse desde el cielo) y apelar a los buenos sentimientos de los demás (el león). Otro aspecto de interés es la construcción fabulosa en torno a la naturaleza terrestre y no marítima del animal. La naturaleza circular de la danza se parece a la configuración circular (¿o esférica?) del tiempo indígena de su ciclo ritual donde unos entran y otros salen y con un inicio y un fin diferente para cada comunidad, ligado estrechamente al calendario agrícola.

La tortuga llegó al mar… (o nunca mas fandango al cielo).

La danza negra de la tortuga se baila en José María Morelos, como ya se ha dicho. Esta es una comunidad asentada en la planicie costera del municipio de Santa María Huazolotitlán. Sus habitantes son en su mayoría afromestizos. Morelos es la población que reúne a un mayor número de morenos en una sola unidad comunitaria. Aquí se siembra el limón, ajonjolí, cacahuate y papaya y se cría el ganado vacuno. Desde 1990 Morelos ha pasado por un proceso de revalorización de sus costumbres y tradiciones con la creación de una Casa del Pueblo. Primeramente un grupo de maestros y jóvenes de la comunidad se dieron a la tarea de “rescatar” la danza de la tortuga, que no se bailaba ya desde hacía unos treinta años. Para ello recurrieron a los viejos del pueblo que la habían bailado en su juventud. Ellos enseñaron los pasos y las coreografías a los nuevos. Así renace, junto con la danza, un proceso de revalorización étnica, al retomar una manifestación cultural que se considera como propia y el inicio de los encuentros de música y danzas indígenas y afromestizas en el marco de la fiesta del 3 de mayo, día de la Santa Cruz.

En la opinión de los promotores culturales de la comunidad, la intención de la danza es ridiculizar el dominio español y rememorar la explotación que se hizo de los esclavos negros durante la Colonia. El látigo que lleva el Pancho en las manos, representaría en este orden de ideas, el control y la disciplina impuesta por los españoles hacia los negros. La Minga es la mujer del Pancho, coqueta y alegre con el público. Danzan además siete o mas parejas, la mitad disfrazados de mujeres. Llevan máscaras, sombreros, camisas y pantalones rotos y remendados, aunque los programas culturales del gobierno los han orillado a uniformarse con ropa folclórica: pantalón de manta y camisas color pastel, manga larga y abiertas al frente. La danza consta de siete sones que no varían mucho en la música, pero sí en los pasos (IOC 1994). La dotación instrumental es la combinación de tambor y armónica. En la tortuga afromestiza de Morelos, la Minga juega un papel activo, pues ofrece a su “hija”, una muñeca, a las personas del público. Si a quien se la ofrece no la toma, la Minga grita llamando al Pancho para que castigue a quien desprecia a su hija; si la toma, llega el Pancho inmediatamente a reclamarle el que tenga a su hija en brazos y acusándolo de “tener que ver” con su mujer, por lo que le impone un castigo como el bailar con la Minga o aportar con algo a los danzantes. También la Minga puede sacar a bailar a alguien del público con el riesgo de ser ridiculizado por las amenazas del Pancho con el fuete que porta. En alguna parte de la danza, el Pancho baila con la Minga en una forma grotesca e imitando un acto sexual. La tortuga danza alrededor de los personajes simulando un desove en la parte final de la danza, depositando huevos de tortuga (bolas blancas de plástico ahora) que son tomadas por el Pancho para ofrecerlas a alguna personalidad invitada al festejo. Los pasos de los danzantes que lo hacen en hileras son rítmicos y tratando de llevar una uniformidad en la cadencia moviendo los brazos y caderas libremente.

¿Como llegó la tortuga a constituir parte del patrimonio cultural de los Afrooaxaqueños?. La hipótesis de su origen indio soportada por el núcleo importante de comunidades mixtecas que lo bailan y por la tradición oral de su mito de origen, se refuerza por otra historia contada por Margarita López de San Andrés Huaxpaltepec a Alejandra Cruz (1998:135), del cual presentamos un fragmento: “La tortuga le dijo (al zopilote): ¡Como me gustaría volar como tú!; estor cansada de andar por la tierra horas y horas, quisiera volar encima de las nubes… El zopilote contestó: prepárate porque te voy a llevar a dar una vuelta al cielo. El zopilote se echó en la tierra para que la tortuga pudiera subir. Así volaron muchas horas. La tortuga ya se quería bajar porque ya no aguantaba el mal olor que tenía la cabeza del zopilote, y decía en voz baja: Zopilote, como te apesta la cabeza, que sucio está tu cuello. El zopilote alcanzó a oír el insulto. Le preguntó: ¿que me dijiste?. Que tu cabeza tiene un olor muy rico. El zopilote no alcanzaba a oír bien lo que la tortuga le decía por el ruido que hace el viento. Empezó a bajar y pudo escuchar bien. Entonces se enojó mucho porque oyó el insulto. Tortuga, te voy a meter a la lumbre (dijo), y la tortuga dice: Échame, además la lumbre es mi casa. El zopilote le creyó y no le echó a la lumbre, y le dijo: Ya sé, te voy a tirar al mar. La tortuga lloró y dijo: En el mar no, por que me muero, por que me ahogo. El zopilote creyendo que había matado a la tortuga, se fue y la tortuga, mientras iba cayendo dijo: ¡que tonto zopilote viejo! Me vino a dejar otra vez a mi hermosa casa”.

Esta narración, que es una versión modificada de la de Santa María Nutío que cuenta Victorio Santiago, ilustra suficientemente el viaje o movimiento de la tortuga de la tierra al mar, es decir, de la parte serrana, de territorios indios, hacia la planicie costera, de territorios afrocosteños. San Andrés Huaxpaltepec, donde se baila la tortuga y de donde procede la versión de la tortuga viajera, está, por otro lado, a medio camino entre Santa María Nutío y José María Morelos, estableciendo un paralelo demasiado coincidente. Seguramente la danza llega a Morelos como en un receptáculo ideal, por la importancia que la tortuga tenía y sigue teniendo para la gente que vive en los litorales.

Por lo demás no debemos olvidar, que como lo cuenta Atristain, los ejércitos zapatistas, que lucharon durante la Revolución contra los carrancistas de Pinotepa, estaban integrados tanto por indios de Huaxpaltepec, Huazolotitlán, Jamiltepec y Pinotepa, como por negros de Poza Verde, como se llamaba en ese entonces a José María Morelos, constituyendo ejércitos pluriétnicos, contra lo que el mismo también sostiene, en el sentido de regimientos de color: aunque para el caso de los carrancistas puede ser cierto que la tropa estaba constituida mayormente por morenos; para los batallones zapatistas esto no era así. Se dice que quien le disparó a la estatua de Juárez en el centro de Jamiltepec (todavía se observa el orificio de salida), fue un negro de Morelos.

Hay otro cuento de la tradición morena, del otro lado de la subregión, en la comunidad de El Ciruelo, cuyo personaje central es el conejo, pero la enseñanza final emerge de lo que le sucede a la tortuga: la tortuga le causa un mal a Tío Conejo, quien en venganza le pide un favor al águila, le dice que si se quiere comer a la tortuga, lo puede hacer, solo tiene que soltarla desde arriba para romper su caparazón. Su amiga águila acepta aventarla desde arriba y para ello engañan a la tortuga diciéndole que va a ver un fandango en el cielo. Esta se entusiasma y decide que la traslade el águila; pero el águila la suelta esperando que se rompa su caparazón y se la come. Mientras caía, la tortuga gritaba “jamás iré a un fandango al cielo… jamás fandango al cielo”. (Díaz 1993)

En las tres versiones se maneja el viaje o vuelo de la tortuga al cielo: en la primera, cuando se crea la danza; en la segunda, cuando la tortuga viaja al mar y se salva de morir al engañar al zopilote, posibilitando su pervivencia, aunque en otro medio; y en la última, la tortuga muere en manos del águila, dando a entender que en esa parte de la zona negra no pudo ser posible la adopción de la danza.

En 1990 se inician, como ya comentábamos, en Morelos, los encuentros de Música y danzas indias y negras, con participación de Casas del Pueblo de otras comunidades tanto mixtecas como negras. Poco a poco los encuentros fueron creciendo tanto en número de participantes como en variedad, constituyendo importantes encuentros multiétnicos. A esto se fueron agregando otros tipos de eventos regionales como el Aniversario de la Radiodifusora Cultural Indigenista de Jamiltepec cada 5 de mayo desde 1995 y los Encuentros Culturales para el Desarrollo en San Juan Jicayán el 22 de noviembre en la mayordomía regional de Santa Cecilia para celebrar el día del músico desde 1997.

El préstamo de la Danza de la Tortuga de la población india hacia los negros forman parte de un conjunto mayor de intercambios que es necesario ahora aclarar, apoyados por la tradición oral y la comparación de los habitus en los modos de vida y de ser de estos pueblos. Este préstamo, junto con los intercambios culturales no solo en las fechas ya descritas arriba, sino en eventos que no son movidos quizá por un afán integrador en lo inmediato, como es el caso de las mayordomías, están desmitificando la idea de la “fricción permanente” entre indios y negros, y sí en cambio, la posibilidad de la “fricción interpuesta” entre ellos por los mestizos, pero también los dichos esfuerzos de convivencia pacífica y de intercambio que hace posible su posición subordinada dentro del espacio social regional.

BIBLIOGRAFÍA.

1. Atristain, Darío. Notas de un ranchero. relación y documentos relativos a los acontecimientos ocurridos en una parte de la Costa Chica, de febrero de 1911 a marzo de 1916. s/e. México. 1964. 316 pp.

2. Bartolomé, Miguel y Alicia Barabas. Negros en Oaxaca. México Indígena No.2, noviembre de 1989.

3. Cristina Díaz, et al. Jamás fandango al cielo. Narrativa afromestiza. Dirección General de Culturas Populares. México. 1993.

4. Cruz Ortíz Alejandra. El nudo del tiempo. Mitos y leyendas de la tradición oral mixteca. CIESAS, México. 1998. 165 pp.

5. Instituto Oaxaqueño de las culturas. Festival Costeño de la Danza. 1994, Oaxaca, México.

6. Resler, André. Mitos políticos modernos. FCE 1ª ed. México 1984.

7. Reyes Larrea, Israel. Las danzas afromestizas de la Costa Oaxaqueña. En Huaxyacac. IEEPO. Año 5, No.15, mayo-agosto 1998.

8. Ziga Gabriel, José Fco. Cultura y tradición en un área de fricción interétnica: la Mixteca de la Costa en el Estado de Oaxaca. INI Jamiltepec, Oaxaca, México. 2000, 47 pp.

[1] Ponencia presentada en la II FERIA NACIONAL DE LA TORTUGA MARINA. Mazunte, Oaxaca. 14 al 17 de octubre 2003. Museo Mexicano de la Tortuga- SEMARNAT.

[2] Un mito es una historia o una fábula simbólica que esclarece un número ilimitado de situaciones mas o menos análogas, a partir de un acontecimiento histórico o de un hecho que habría tenido lugar en el origen de los tiempos. Este relato, esta historia dramática, tiene un valor prescriptivo, paradigmático cierto. Su función consiste en reforzar el prestigio de la tradición,… situando sus orígenes en un momento inicial o en un hecho creador sobrenatural (Resler 1984)

[3] Debemos el relato a Don Victorio Santiago Tapia, indígena y ex-trabajador del INI, gestor social, promotor cultural y un gran conocedor de la tradición oral entre los Mixtecos. Danzante además de varios grupos.

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LA DANZA DE LA TORTUGA: RELACIONES ENTRE INDIOS Y NEGROS EN LA COSTA CHICA DE OAXACA by José Francisco Ziga Gabriel 2023 is licensed under a Creative Commons Atribución-Compartir Igual. 4.0 Internacional.

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Identificación de puntos críticos y alternativas de manejo de un sistema de roza-tumba-quema en San Pedro Jicayán, Oaxaca, México.

Por: Francisco Ziga (1)

CONTENIDO: 1) Introducción. 2) Condiciones fisiográficas de la región. 3) Agrupamiento de los procesos de trabajo. 4) El sistema RTQ en SP Jicayán. 5. Los puntos críticos. 6. Alternativas de manejo. 7) Bibliografía.

I. INTRODUCCION.

El presente ensayo tiene como finalidad el estudio del sistema Roza-Tumba-Quema en la Costa de Oaxaca, considerando el caso de San Pedro Jicayán, identificando los puntos críticos y algunas propuestas de manejo del sistema tradicional de la milpa.

Respecto al concepto de Sistema de Producción retomamos a Guy Pontie (p. 83) quien diferencia tres intentos de definir tal concepto: la agronómica, la económica y la “interdisciplinaria”.

La definición agronómica (retomada de Sebillotte) indica que “el sistema de producción es el conjunto estructurado de las producciones vegetales y animales retenidas por un agricultor (o grupo de agricultores) en su unidad de producción para realizar sus objetivos”. Por otra parte, la definición económica, retomada de Badouin, nos dice: “el sistema de producción se relaciona con las combinaciones de los recursos productivos utilizados con las dosificaciones operadas por los productores entre los principales factores de producción: recursos naturales, trabajo, consumos intermediarios y bienes de equipamiento”. Y por último la definición “interdisciplinaria”: “Un sistema de producción(es) el resultado de ecosistemas, de formas de organización socioeconómica y de técnicas practicables… los objetivos de la producción, la manera con que los hombres toman sus decisiones, los criterios que ellos optimizan, la racionalidad de sus comportamientos, etc. … dependen fundamentalmente de la estructura de las unidades socioeconómicas de base, componentes de las formaciones económicas y sociales”.

Insiste finalmente en que la definición debe pasar por el enfoque de lo multidisciplinario, ya que es por naturaleza, un concepto complejo.

Una definición integral la entrega Hart (citado por Masera, Astier y López-Ridaura, 1999:32), para quien el sistema es “un arreglo de componentes, un conjunto o colección de cosas, unidas o relacionadas entre sí de tal manera que forman y actúan como una unidad, una entidad o un todo”. Los elementos de un sistema son sus componentes, la interacción entre componentes, las entradas, las salidas, y los límites del sistema.

La idea es de que el estudio de los componentes, sus interacciones, entradas y salidas, nos permita identificar dichos puntos críticos, para potenciar sus fortalezas y contrarrestar sus debilidades, con la finalidad de contribuir, mediante el cambio tecnológico, la solución de los problemas existentes en las economías locales.

II. CONDICIONES FISIOGRAFICAS DE LA REGION.

La Costa de Oaxaca es una franja que corre paralela al litoral costero del Océano Pacífico en dirección NW – SE, con una anchura aproximada de 40-50 km., y una longitud de 250 km., correspondiendo a los distritos administrativos de Jamiltepec, Juquila y Pochutla (Rodríguez, et. al. 1989:16).

En la región encontramos cinco tipos diferentes de condiciones fisiográficas, según Cerda y Castro (citado por Rodríguez, 1989:98):

LA PLANICIE COSTERA, es una franja estrecha de origen aluvial al que limita con el mar y se inserta bruscamente en los lomeríos, siguiendo en forma notoria los cauces de los ríos que vienen de la parte alta. Se encuentra una altura predominante de 10 a 40 msnm. La precipitación media anual es de 1200 mm y su temperatura media anual es de 26°C. El relieve se caracteriza por terrenos planos, con rango de pendientes del 2 al 4%.

LOS LOMERIOS, es una franja longitudinal, arriba de la planicie, con una anchura media de 20 km., con precipitación media anual de 1000 a 15000 mm, con temperaturas un poco menores que en la planicie, con un rango de altitud predominante de 10 a 300 msnm, con pendientes de entre 15 a 40%. Los escurrimientos pueden formar pequeños valles aluviales.

EL PIE DE MONTE es una franja de aproximadamente 25 km. de anchura, arriba de los lomeríos, con alturas entre 300 y 600 msnm, con precipitación media anual de 1100 a 2200 mm y de relieve mas accidentado que los lomeríos, con laderas de pendientes entre 30 y 60%.

LA SIERRA se acomoda arriba del pie de monte, con una rango predominante de alturas de 700 a 2000 msnm, presentando precipitaciones hasta de 2400 mm, con laderas escarpadas y pendientes del 50 al 80%.

LA SABANA se ubica al poniente del distrito de Jamiltepec y limita con la planicie costera y el lomerío. Con alturas de entre 40 a 80 msnm, vegetación tipo sabana, árboles aislados de tlachicón y nanche y gran variedad de pastos nativos. Sus extensas llanuras tienen pendientes con un rango del 3 al 8%.

III. AGRUPAMIENTOS DE PROCESOS DE TRABAJO.

Si consideramos la agricultura como un proceso de producción, se identifican los siguientes agrupamientos de procesos de trabajo 1) Roza-Tumba-Quema, 2) plantaciones sin roturación, 3) cultivos en roturación mecánica y mecánica animal, que incluyen cultivos perennes y anuales, 4) pecuarios, 5) agroindustriales, 6)forestería y 7) caza, pesca y recolección.

En el caso de la RTQ los procesos de trabajo fundamentales son el maíz y el frijol, además de chile, jamaica, ajonjolí, calabaza, sandía y otras herbáceas de uso etnobotánico.

Las plantaciones sin roturación son aquellos cultivos cuyo ciclo de vida es mayor a dos años y que durante su crecimiento y desarrollo no se realiza alguna labor que implique la roturación del suelo, sino la apertura de una cepa para su establecimiento. Así tenemos al café, la caña de azúcar, la ciruela, la piña de sombra y los huertos familiares.

En los cultivos de roturación mecánica y mecánica animal, las labores requeridas implican remoción del sustrato del suelo (preparación, surcado, control de malezas, etc.), se realizan con fuerza motriz o combinándose con la tracción animal. Dentro de los anuales tenemos al maíz, cacahuate, ajonjolí, frijol, sandía, chile, jitomate, melón y jamaica y los perennes son el coco, limón, mango, papaya y plátano.

Los procesos pecuarios se disgregan en: a) ganadería bovina, que puede ser de agostaderos, de guamiles y de praderas artificiales; b) ganadería de solar; c) ganadería caprina; d) ganadería ovina; y e) apicultura.

Los procesos agroindustriales se desarrollan a partir del limón y la caña de azúcar. En el caso del limón se obtiene el aceite esencial y la cáscara deshidratada, y de la caña de azúcar se obtiene la panela y el aguardiente.

Los procesos de forestería se han centrado en la extracción, actividad realizada desde mediados de los setenta, por empresarios locales y foráneos que han establecido empresas del aserrío. El rentismo operó hasta 1990, cuando se constituyeron empresas ejidales.

La caza, pesca y recolección, constituyen actividades complementarias de las unidades domésticas campesinas, a través de instrumentos y técnicas muy sencillos y de fácil aplicación. En la caza, se aprovechan mamíferos, aves y reptiles; la pesca se desarrolla en los cuerpos lagunares o en la ribera marítima y la recolección puede ser de plantas alimenticias, ornamentales, maderables, para construcción, para cercas vivas o medicinal.

Lo anterior nos muestra una imagen rápida de los procesos de trabajo que se desarrollan en la Costa de Oaxaca y que nos dan una idea global de la dinámica de los agroecosistemas presentes.

IV. EL SISTEMA ROZA-TUMBA Y QUEMA EN SAN PEDRO JICAYAN.

El municipio de San Pedro Jicayán se ubica en la porción centro-norte del distrito de Jamiltepec, con una población total de 8,613 habitantes en 20 comunidades. La cabecera municipal, del mismo nombre (San Pedro Jicayán) contaba para 1990, con 3733 habitantes, de los cuales 1831 son hombres y 1902 mujeres. De la población mayor de 15 años, el 48% es analfabeta; el 28% es monolingüe indígena y el 65% es bilingüe español-mixteco; solo el 8% de la población mayor a 15 años tiene primaria completa y el 6% con instrucción postprimaria (INEGI. 1990).

Existe en la comunidad, 858 habitantes ubicados como población económicamente activa, de los cuales el 81% se ocupa en el sector primario, el 6% en el sector secundario y el 11% en el sector terciario (Ibid).

Existen 705 viviendas habitadas, con un promedio de 5.29 ocupantes por vivienda. El 75% de las viviendas son de piso de tierra; el 96% carece de agua entubada; el 96% carece de drenaje y el 27% carece de energía eléctrica (Ibid).

Como podemos advertir, existen una serie de problemas de vivienda, educación y carencia de múltiples servicios.

La característica de población indígena, les confiere una particularidad especial. La cultura local ha conservado fuertemente sus rasgos prehispánicos a través de la lengua y la tradición oral, la indumentaria, la relación con la naturaleza, su cosmovisión y su organización social, aunque ésta fue refuncionalizada a través del sistema de cargos existente hasta la fecha. En él, los cargos civiles y eclesiásticos se entremezclan, en una escala que va desde ser “topil” hasta llegar a ser “mandón”.

El aspecto cultural sin duda imprime una fuerte determinación en el proceso productivo, de manera que existen por ejemplo, ceremonias propiciatorias de lluvias, de “dar gracias”, etc.

La condición fisiográfica de lomerío predominante en Jicayán, no ha permitido otra cosa mas que la roza-tumba-quema (RTQ).

La RTQ es definida por Rodríguez, et al (1989:214) como “…un sistema de producción que consiste en el uso semipermanente del suelo, es decir, los terrenos se trabajan solo por algunos años y luego se dejan de trabajar por un periodo mas largo para dar oportunidad a que la vegetación se regenere y el suelo recupere su fertilidad; para el establecimiento de los cultivos el suelo no se rotura, sino que la vegetación se elimina a través de la práctica de la roza, tumba y quema, utilizándose para ello instrumentos de trabajo de uso manual como el machete y el hacha, así como el fuego para quemar la vegetación derribada …(es) un complejo de procesos de trabajo agrícola que se van a diferenciar por el tipo de productos que se obtienen, el carácter de su producción y las formas de utilización de los mismos”.

El sistema de producción RTQ, presenta para el caso de los procesos de trabajo desarrollados, un “itinerario técnico”, entendido como una combinación lógica y ordenada de las técnicas que permiten controlar el medio de obtener de ello una cierta producción (Milleville. P. 39 y 41). Así tenemos que dicho itinerario se construye por las prácticas agrícolas siguientes:

1. Roza o barrida, se inicia desde el mes de diciembre hasta finales de abril o principios de mayo, dependiendo según se trate de montes altos, guamiles viejos o guamiles jóvenes.

2. Tumba. Consiste en la eliminación de árboles o arbustos utilizando hacha. Si se siembra frijol de guía, se dejan tocones de entre 50 cm hasta dos metros de altura. Los árboles derribados son aprovechados para cercas o como leña.

3. Quema. Se efectúa desde mediados de abril hasta mediados de mayo, antes del inicio de lluvias. Se acostumbra el uso de guarda raya de 1 o 1.5 metros para evitar la propagación del fuego.

4. Siembra de maíz y cultivos asociados. Esta supeditada a las condiciones climáticas. Las siembras tempraneras se efectúan en la segunda quincena de mayo o en la primera semana de junio y las tardías a fines de junio y principios de julio. Los cultivos asociados pueden ser: calabaza, sandía o bule.

5. Primer deshierbe, en los meses de mayo y junio. Se efectúa con agroquímicos o con pala.

6. Segundo deshierbe y siembras imbricadas. El deshierbe se efectúa en forma manual y las imbricadas establecidas son de jamaica, ajonjolí, chile, frijol de guía o pastos inducidos.

7. Dobla. Se efectúa en los meses de agosto y septiembre.

8. Cosecha de maíz y otros productos. Del mes de agosto hasta enero.

De aquí podemos concluir que las prácticas agrícolas o el itinerario técnico están fuertemente determinadas por la precipitación, de modo que determina fechas de siembra y es en los meses de mayo a septiembre cuando hay que tener especial atención al cultivo.

De lo anterior podemos concluir que en el sistema RTQ, es posible identificar tres subsistemas claramente identificados:

A) El subsistema agrícola, que engloba a los procesos de trabajo de maíz, frijol, ajonjolí, jamaica y harvenses. Este subsistema aporta rastrojo para el subsistema pecuario y requiere germoplasma y material de cercado del subsistema forestal.

B) El subsistema pecuario, con ganadería bovina de muy baja escala y caprinos. Este subsistema aporta estiércol a los terrenos cosechados y al sistema forestal.

C) El subsistema forestal, como el medio de rotación del sustrato, funciona también como fuente de germoplasma de ciertas plantas comestibles y aporta en actividades alternas como la caza y la recolección.

Las entradas al sistema RTQ se dan a través de los insumos (semillas, herbicidas, etc.) y la mano de obra. Las entradas se diferencian en dos modos: para el mercado (maíz, frijol, ajonjolí, jamaica y carne) o para el autoconsumo (maíz, frijol, harvenses y leche).

A. LOS PUNTOS CRITICOS.

Según Masera, Astier y López-Ridaura (1999:40-41) es necesario identificar los puntos críticos, que son los aspectos o procesos que limitan o fortalecen la capacidad de los sistemas para sostenerse en el tiempo. Es decir que pueden existir puntos críticos positivos o negativos.

Los puntos críticos negativos que los productores de Jicayán han mencionado en diversos talleres de planeación participativa son:

a) Bajo rendimiento de los productos, especialmente el maíz.

b) Erosión de los suelos, por efecto de la acción de las lluvias.

c) Deforestación.

d) Daños por plagas.

e) Altos precios de los insumos (herbicidas).

f) Falta de organización para la producción y comercialización.

g) Falta de asesoría técnica.

VI. ALTERNATIVAS DE MANEJO DEL SISTEMA RTQ.

Ante la crisis del medio rural que afecta mas dramáticamente a la economía campesina indígena, es un imponderable el diseño de estrategias que contribuyan a solucionar sus problemas, ya que al producir granos básicos pueden aportar fuertemente para lograr la seguridad alimentaria. Ya el Dr. Baldovinos (citado por Aguirre) mencionaba que la importación promedio anual de 1980 a 1990 fue de 6.9 millones de toneladas de alimentos y para el caso del maíz, las importaciones rebasan con creces los 2.5 millones de toneladas fijadas para la primera etapa del TLC.

El sistema de RTQ en Jicayán ha encontrado su límite natural, debido al incremento poblacional a presión sobre el recurso tierra y a la expansión de la ganadería a través de los pastizales. Ahora necesariamente el tiempo de uso del suelo se acorta, provocando los problemas arriba planteados en términos de puntos críticos.

Las alternativas de manejo para el mejoramiento y permanencia de los ecosistemas de Jicayán pueden ir en dos sentidos no contradictorios:

a) Fomentando la tecnología indígena que no afecte el medio ambiente, por ejemplo el conocimiento de los ciclos de vida, la biodiversidad que implica la milpa y el comportamiento agroclimatológico.

b) Introducción de tecnología apropiada ya probada en la región, como es el caso de:

· El sistema “roza-tumba-pica”, evitando el uso de agroquímicos.

· El cultivo de abonos verdes o de cobertura utilizando leguminosas bajo rotación, imbricación o intercalación.

· La difusión de métodos biológicos de control de plagas a partir de extractos de plantas naturales o inducidas como es el caso del árbol de Nim, ya probadas por la organización Ecosta Yutu-Cuii.

Y en el fondo, como afirma Nemesio Rodríguez (1996:23), es la cuestión territorial la base para la realización de cualquier acción con los pueblos indios y en aquellas actividades tendientes a la conservación del germoplasma y la diversidad genética. Así se debe retomar en todos sus múltiples sentidos una configuración del mundo que sostenga “El maíz como fundamento de la cultura popular mexicana.

BIBLIOGRAFIA

1. Pontie, Guy. Sistema de producción: concepto o lugar de encuentro? El punto de vista de un sociólogo. En: sistemas de producción y desarrollo agrícola. ORSTOM. México.

2. Masera, Omar, et al. Sustentabilidad y manejo de recursos naturales. El marco de evaluación MESMIS. MP-GIRA-UNAM. 1999. México.

3. Rodríguez et al. Caracterización de la producción agrícola de la región Costa de Oaxaca. UACh. México. 1989.

4. INEGI. 1990. XI Censo general de población y vivienda. México.

5. Milleville, Pierre. La actividad de los agricultores. Un tema de investigación necesario para los agrónomos. En: sistemas de producción y desarrollo agrícola. ORSTOM. México.

6. Aguirre, Rosario. Volver a la cultura del maíz mejorando su cultivo. En: autogestión. No. 11. Mayo de 1998.

7. Ecosta Yutu-Cuii. 1997. Mosquita blanca: su manejo integral. Santa Rosa de Lima, Tututepec, Oax., México. 52 pp.

8. Rodríguez, Nemesio. 1996. ¿Otra vez el maíz?. Monitoreo y Desarrollo, A.C. INI. 23 pp.

[1] Publicado en Revista Fandango. No. 2, verano 2003. Pinotepa Nacional, Oaxaca.

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Comentario del Libro «Pinotepa de Don Luis, Costumbres y tradiciones» de Antonio Hernández Montaño.

J. Francisco ZIGA GABRIEL, Ing. (1)

CDI- Jamiltepec, Oaxaca.

Buenos días.

Con el permiso de las autoridades municipales, con el permiso de los distinguidos señores Tatamandones, de los amigos aquí presentes, señoras y señores.

En esta breve intervención quiero hacer un comentario en el marco de la presentación del libro “Pinotepa de Don Luis. Costumbres y tradiciones” del Profesor Antonio Hernández Montaño.

En los tiempos recientes hemos visto florecer algunas inquietudes de cronistas e historiadores locales que, preocupados por la preservación de la memoria, las tradiciones y las costumbres, se han dado a la tarea de sistematizar sus observaciones, entrevistas o conocimientos generales de sus comunidades, para plasmarlas en documentos que puedan ser útiles para fines educativos, didácticos o de desarrollo cultural. “Pinotepa de Don Luis. Costumbres y tradiciones” del Profesor Antonio Hernández Montaño, forma parte de estos esfuerzos, los cuales, se pueden percibir como un movimiento cultural, como un cambio paulatino, gradual, que a veces no se nota, pero que va permeando poco a poco el campo cultural en nuestra región, a la manera de una ola invisible.

Las tensiones existentes en las relaciones sociales regionales y comunitarias, exigen que comprendamos sus naturalezas, que tratemos de entender del por que se generan los conflictos entre diferentes grupos sociales diferenciados desde la vertiente económica, social, de género o culturalmente, de manera que, desde nuestros ámbitos de acción podamos construir una sociedad regional equilibrada en términos de la distribución de los bienes materiales o del acceso a los recursos que generan bienestar, pero también fincada en el respeto hacia las diferencias culturales.

Si nos pensamos como región desde lo que se ha dado en llamar la Mixteca de la Costa, un vistazo “a vuelo de buen cubero”, nos arroja una diversidad cultural desprendida de la interacción de tres formaciones culturales como son el grupo Mixteco, los Afromestizos y los Mestizos, en ámbitos territoriales diferenciados, con una serie de habitus culturales a manera de patrones de comportamientos, por donde discurren una serie de símbolos y significados. Lo anterior no equivale a pensar sociedades homogéneas, sino por el contrario, como complejos fuertemente interconectados y articulados por el poder. Esta situación arroja una serie de relaciones en la mayoría de las veces desventajosa para los grupos sociales posicionados de manera desfavorable en la región económica, que se traduce en pobreza material o discriminación racial o étnica.

Si en el terreno de las relaciones económicas los cambios se desarrollan a veces demasiado lentos porque los sistemas regionales se hacen de sobra rígidos o porque las grandes decisiones de política económica están fuera del alcance inmediato de los actores locales, el campo cultural, en cuanto puede concebirse demasiado expandido, pues como dice Juan Bañuelos “la cultura es el modo de ser total de un pueblo”, es posible que éste pueda “empujar” a otros ámbitos, para mejorar las condiciones de existencia de los pueblos y sus pobladores. Esto tendría que ver con la puesta en marcha de las “políticas de la diferencia”, aterrizados en un ámbito local. Y es que si en el nivel regional estamos frente a sistemas fuertemente estratificados, los ámbitos locales guardan su debida proporción. Aquí es donde entran los esfuerzos de los escritores locales para comprender los sistemas comunitarios de diferencias, en tanto configuraciones sociales que posibilitan la distinción entre personas y grupos. Al entender los dichos sistemas, como “surgen” en la práctica social y se reproducen a través de la tradición, estamos en un punto donde es posible que, al reconocer la diferencia cultural, los complejos y los rasgos culturales, las manifestaciones, lo que se oculta a primera vista, los diversos “suelos”, espacios o ramas en que se pueden dividir las culturas, estamos ante el primer paso para acceder al reconocimiento del otro a través del conocimiento de las manifestaciones culturales. Muchas de las formas de discriminación están basadas en el desconocimiento del otro, en no conceder espacio para entender los comportamientos diferentes, en la intolerancia resultante de la ignorancia del modo de ser de nuestros semejantes.

Aquí es donde encaja de manera importante el esfuerzo del Profesor Montaño cristalizado en este libro que hoy comentamos. Se podría decir que es una antología de vivencias o convivencias durante tres décadas en nuestra región cultural y en nuestra comunidad de Pinotepa de Don Luis. Porque ¿quien no se siente naranjero al conocer sus costumbres y tradiciones?: sus danzas, sus manifestaciones musicales, su arte textil y del grabado, su tradición oral, tan llena de misterios insondables, todas estas que manifiestan una visión particular del mundo, del cual el resto de la sociedad tiene mucho que aprender. Montaño nos cuenta en cada uno de los ocho temas que incluye el libro, “el modo de ser total” de Pinotepa de Don Luis. Aunque el mismo autor reconoce las limitaciones que implican hablar en un libro, de todo lo que es una comunidad, existe en este libro un balance acerca de todo lo que se debe decir sobre una comunidad; máxime que, como se indica en alguna parte, la comunidad se distingue por su preeminencia de costumbres antiquísimas y que hasta ahora no existía un libro que, a la manera del que tenemos en nuestras manos, nos habla de ese “modo de ser total”.

Yo espero que la lectura de este libro nos ayude a ser mejores, a valorar lo que tenemos a la mano, sin esperar ser mejores con lo extraño y vacío, lo que muchas veces nos viene de afuera con la promesa del progreso y que al final resulta en desventuras para nuestros pueblos como es el caso del consumismo, las drogas, la incomprensión, las frivolidades, la violencia. Espero también que esto se constituya como una motivación para que los habitantes de Pinotepa de Don Luis, y en general la gente de nuestros pueblos, sigan la huella del Profesor Montaño y se animen a escribir nuestras historias, alejándonos de aquella idea absurda y discriminante de que somos “pueblos sin historia”, y reafirmándonos como lo que somos: pueblos que, a pesar de nuestros problemas múltiples, ostentamos un capital cultural que debemos valorar como nuestra gran fortaleza.

Invito a todos a incursionar en su lectura .

Muchas gracias.

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