Prologo al libro “Costumbres y tradiciones de los pueblos negros de la Costa Chica de Oaxaca” de Israel Reyes Larrea

Por: Francisco Ziga

Tiene el lector en sus manos un aporte de uno de los más notables promotores culturales de la Costa Chica: Israel Reyes Larrea, quien en esta ocasión nos entrega su libro “Costumbres y tradiciones de los Pueblos Negros de la Costa Chica de Oaxaca”.

Al leer este libro me viene a la memoria el trabajo realizado por Israel, desde aquel primer encuentro de música y danza indígena y negra a inicios de la década de los noventa, quien, junto con José María Peláez Vargas y un grupo nutrido de jóvenes y adultos, iniciaron no solo la actualización de la danza de La Tortuga en José María Morelos, Santa María Huazolotitlán, Oaxaca, a instancias de la Casa del Pueblo; sino también con el arduo trabajo de promover la música y las danzas de nuestra región cultural a través de los encuentros por ellos promovidos en los años subsiguientes.

Es dable pensar también, al prologar esta entrega, en el tejido fino que se ha logrado construir y que ha desembocado en coordinaciones regionales para iniciar los primeros pasos de un sueño lejano consistente en el reconocimiento legal de uno de los horizontes culturales que se ha construido en nuestra región: el del Pueblo Negro de Guerrero y Oaxaca. En esta tarea, un aporte importante es sin duda este libro, que nos pone a la vista hoy Israel.

Creo que una razón central en todo proceso de subsunción cultural es el desconocimiento e ignorancia de la forma de ser del “otro”, lo que interpone una nube de humo entre quienes se relacionan en una cercanía geográfica, eso que bien podría llamarse la obnubilación cultural; la cual tampoco se puede entender si dejamos de lado la imagen de región de poder. Ambos niveles de relación social son distintos en cuanto a sus formas de transformación, sin embargo una no podría darse sin la otra, y un paso dado en una repercute sin duda en la otra.

Estoy convencido que el propósito de este libro es descubrir los velos de esa invisibilidad, entendida esta en su aspecto múltiple, lo que implica pensar que contra el desconocimiento de los otros respecto a los que somos, primero debemos anteponer el conocimiento de nosotros mismos, para proyectarnos en el rompimiento de las diversas cortinas que nos separan y nos hacen “exóticos” a los otros. Esa es la tarea hacia donde propende esta obra.

Israel nos abre las puertas para viajar por los laberintos culturales del Pueblo Negro de la Costa. Abre su texto con los contornos geográficos e históricos y de allí parte para incursionar en los ritos de vida y muerte, en los universos musicales donde se plasma la microhistoria, en la danza y los bailes que revelan el gozo de vivir característico de los Negros y que remiten a una concepción exultante de la vida de la cual hay mucho que aprender.

Estoy seguro de que el lector saldrá impresionado de esta lectura apasionante y, desde el “Foro Afromexicanos. Por el reconocimiento constitucional del Pueblo Negro”, deseamos que se conviertan en firmes promotores de nuestras mejores tradiciones culturales.

Francisco Ziga. Café Adobe, Jamiltepec, Oaxaca.

Publicado en el periódico Opinión. Pinotepa Nacional, Oaxaca. 1 de mayo 2008

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La basura: reflejo de lo que somos

Por: Francisco Ziga.

Un problema común a todas las poblaciones de nuestra región costera es el de la basura. Durante el proceso electoral pasado para elección de autoridades municipales fueron frecuentes las alusiones y las buenas intenciones de entrar de una vez por todas a abordar seriamente el problema. El asunto es que dichas ofertas de campaña, a más de tres meses de gobiernos locales no se traducen, salvo pocas y limitadas excepciones, en acciones contundentes para encararlo.

Y es que el problema no se circunscribe a nuestra región. Esto forma parte de un proceso mundial, donde el mal manejo de la basura contribuye a eso que ya casi todos conocemos y que se ha dado en llamar el “calentamiento global” que amenaza ya seriamente los ecosistemas y la vida en el planeta. Pero el problema requiere tanto de acciones globales como actuaciones locales.

Como el agua aquí toma parte fundamental, hay que decir que el Distrito de Jamiltepec se encuentra ubicado dentro de tres cuencas hidrológicas, que son zonas de captación, almacenamiento y escurrimiento de lluvias: la cuenca de Rio Santa Catarina, que incluye municipios de los corredores Tlacamama-Jicayán-Cacahuatepec y la zona de La Llanada; la Cuenca de La Arena con parteaguas en Ixtayutla atravesando la parte media del Distrito y la Cuenca del Verde con derrames de la porción norte y este del Distrito. Sobre esta última Iván Restrepo ya ha señalado desde hace 3 años en La Jornada No 7353, acerca de la urgente atención que requiere en cuanto la escasa oferta de agua, la contaminación creciente y los drenajes y basuras que se vierten desde la Ciudad de Oaxaca y los 168 municipios que incluye. Es necesario dar este enfoque en tanto que los tiraderos al aire libre llamados basureros contaminan los mantos subterráneos de agua y por lo arroyos y ríos se arrastran residuos sólidos que van a dar al mar. Quien desee constatarlo que se dé una vuelta a las desembocaduras de los ríos de La Arena en Puerto Minizo y la Playa de La Curvina y del Verde en El Azufre Tututepec. Allí se encontrará con toda suerte de artículos de plástico invadiendo la arena. Ningún basurero en nuestra región cumple con las normas mínimas especificadas en las leyes de protección ambiental. Nadie confina. Todos queman lo que se puede y esto ya ha generado incendios forestales como los de principios de año en nuestra región. En Pinotepa Nacional se ve y respira por las mañanas una capa de humo sobre la ciudad. De las aguas negras que reciben a los visitantes ya ni hablar.

Según la Agencia Alemana de Cooperación Técnica (1999), en México el 45 % de los residuos sólidos generados corresponden a materia orgánica; papel y cartón el 17 % y plásticos el 9%. En la Costa Chica de Oaxaca, a partir de estudios realizados por Ecosta Yutu Cuii, organización civil con un importante trabajo en Tututepec, la materia orgánica, que son los desechos provenientes de materia viva y fácil de degradar, representa el 58 % del total; los plásticos el 12 % y el vidrio cerca del 5%. Ecosta ha dado ejemplo de manejo apropiado de los residuos sólidos mediante una propuesta de implementación de los CATRES, que son Centros de Acopio y Transformación de Residuos Sólidos. Hace unos años se instaló uno cerca de la comunidad de Chacalapa Tututepec el cual esperemos que aún se encuentre operando.

Bueno, si para el caso nuestro, más de la mitad de la basura que generamos es de tipo orgánica, de allí podemos derivar que el problema del acopio y confinamiento de residuos se puede reducir a la mitad si empezamos a aprovechar desde nuestros hogares la basura orgánica que generamos. Todo reside en que tengamos la posibilidad de un espacio pequeño para acondicionar nuestra Abonera Doméstica, que puede ser un recipiente de plástico, un hoyo en el suelo o un pequeño corral del material que se desee. Hay que ir haciendo pequeñas camas de materia seca como son hojas de árboles, otra de desperdicios de la cocina y otra de hojas verdes que salgan de nuestro propio jardín. Todo esto se va depositando alternadamente en nuestra abonera, procurando que siempre esté medianamente húmeda para su descomposición. Para acelerarla se vaciarán los residuos de refrescos y aguas azucaradas y así tener una composta en unos tres o cuatro meses. Al mes de tener repleta la abonara se deben revolver las camas para uniformizar y acelerar la descomposición. Con esta acción fácil de realizar estaremos contribuyendo desde nuestros hogares a reducir en más de la mitad el problema de la basura. Los gobiernos municipales deben ya iniciar un proceso de movilización social para el reciclado y aprovechamiento de los residuos municipales. En Pinotepa afortunadamente ya se cuenta con un centro particular de acopio y compra del plástico. Esto ya es un avance. Quemar plásticos genera gases tóxicos para nuestro organismo. Quemar PVC genera gases que producen cáncer.

Hace algunos años estábamos acostumbrados a que todos los residuos de la casa como los desechos de la cocina y del barrido de los patios se tiraba en algún sitio anexo de nuestras viviendas. Como los desechos eran generalmente orgánicos, en la temporada de lluvias todo esto se descomponía y pasaba a enriquecer el suelo para bien de las plantas. Pero desde hace unos 20 años la composición de los desechos ha cambiado. El plástico de los envases desechables y las envolturas de la comida chatarra ha pasado a formar parte de los paisajes de los pueblos y carreteras. Así la costumbre de tirar basura dondequiera no se puede ya sostener como antes. Los plásticos, al ser tirados libremente son focos de infección al concentrar aguas que hacen proliferar mosquitos vectores de enfermedades y cultivos de hongos y bacterias dañinas. Ha llegado la hora de pensar en el tipo de proyecto de vida que hemos de desarrollar: si seguir a galope el modelo impuesto de sociedad de consumo masivo, generadora de contaminación, productora de más pobres e individuos dependientes de las grandes corporaciones transnacionales; o entrar en un proceso de conciencia de lo que consumimos, de respeto a nuestro ambiente del cual somos parte y de ejercer nuestra libertad con responsabilidad.

Además yo creo que se deben liberar ya a todos los presos políticos de Oaxaca.

Publicado en Opinión. Pinotepa Nacional, Oaxaca. 13 de abril del 2008.

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Los nuevos procesos sociales en el distrito de Jamiltepec, Oaxaca

Francisco Ziga.

Nuestra región se puede imaginar como un conjunto de diversidades en varios sentidos. En términos geográficos no es muy difícil percibir las diferentes condiciones fisiográficas propias del territorio de la Costa Chica, siendo varios los factores que la determinan, dentro de las cuales uno sumamente importante es el de la altitud.

En la proximidad del Océano Pacífico encontramos la condición de planicie costera, denominada comúnmente “los bajos”, donde se desarrollan cultivos como el cocotero, papaya y ganadería semiextensiva; enseguida o alternando el paisaje se encuentran los lomeríos suaves y fuertes, con cultivos anuales de subsistencia y procesos ganaderos en pequeña o mediana escala; por el lado limítrofe con el Estado de Guerrero, lo que se llama “La Llanada” que, junto con áreas de escasa pendiente del interior conforman una condición especial denominada “sabana”, donde es importante la ganadería y cultivos anuales; un área significativa de pié de monte con vegetación siempre verde y desarrollo de procesos de producción de café y en menor proporción piña y naranja y, por arriba de los mil metros sobre el nivel del mar, algunos parteaguas de las cuencas de los ríos de La Arena y del Verde, con presencia de bosques de pino-encino que actúan como zona de recarga de agua dentro de las cuencas; condiciones van creando determinados “pisos ecológicos” que interactúan entre sí y conforman nuestro entramado paisajístico regional. Estas conformaciones regionales no son solo naturales, sino producto histórico social de intervenciones de los actores locales.

Podemos dividir también la agricultura regional en determinados etapas en las que funcionan ciertos “parteaguas”. Creo que es posible pensar, en ese orden de ideas y atendiendo al manejo de los procesos productivos agrícolas, la relación con el cuidado del medio ambiente y la calidad de los productos obtenidos, en un “antes” y “después” de que en la región se han iniciado el desarrollo de procesos agrícolas de producción orgánica, es decir aquella en la que se han dejado de utilizar productos tóxicos para la salud de las plantas, del hombre y del ambiente en general.

Todo inicia a principios de la década de los noventa con la incubación de organizaciones de pequeños productores indígenas. A instancias de iniciativas campesinas locales y con el apoyo de grupos civiles y gubernamentales, emerge lo que después desembocaría en la Unión de Ejidos cafetaleros “Zona Costa” con sede en San Agustín Chayuco y la Unión de Productores de miel “Flor de Campanilla” con sede en Huaxpaltepec, Oaxaca. Estas organizaciones abordan los procesos de producción orgánica desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado y se van constituyendo como el buen espejo de lo deseable en el terreno del manejo sustentable de sus procesos primarios y de la apropiación de la fase de comercialización de sus productos.

En esta tarea han sido fundamentales las nuevas relaciones establecidas entre los campesinos y las agencias externas a la región, como es el caso de las redes estatales y nacionales de productores, las agencias de certificación orgánica de los procesos de producción, así como las agencias internacionales de mercado justo y financiación. Estas nuevas relaciones no lineales han abierto nuevas oportunidades para los productores, despertando sinergias desconocidas en años anteriores y que pasan a formar parte del capital social relacional de los pequeños productores de la región.

Sin embargo las perspectivas abiertas pasan también por procesos de reflexión social en donde se ubica que lo buscado por estas organizaciones económicas no solo se encuentra fuera de las fronteras nacionales, hoy desdibujadas por los procesos de globalización, sino que la “justeza del mercado” es la que se encuentra en nuestra región misma, porque la buscada sustentabilidad exige brindar productos sanos a nuestra población costeña, más aún cuando lo que nos viene de los mercados externos es de dudable procedencia, de precios elevados y nos liga con las grandes cadenas agroalimentarias, las cuales se quedan con el valor primario producido por los campesinos. Los nuevos proyectos que se están manejando por las organizaciones en el sentido de acceder convenientemente al mercado local y regional van en ese sentido; pero eso exige la conciencia de los consumidores para que al degustar una taza de café o al endulzar nuestros alimentos con miel orgánica obtenidos de las explotaciones locales, seamos sabidos de que estamos contribuyendo al cuidado del medio ambiente y al mejoramiento de los niveles de ingreso de la población regional.

Ojalá que este sueño de muchos habitantes de nuestra región se cristalice en un mayor número de especies alimenticias producidas sustentablemente y, rompiendo con la promesa eterna del desarrollo, constituirnos como seres responsables con nuestro entorno, con nuestros semejantes y con nosotros mismos.

Publicado en: Opinión. Pinotepa Nacional, Oaxaca, 2 de febrero 2008. p.5

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La caracola

En mi tierra, Huehuetán Laguna
Decimos que no existe la muerte
Los que se dicen muertos se quedan flotando
En la selva seca, epicúreamente
Como llama sutil, cuasi-perenne
Acompañando las hojas de los árboles
Entre sus ramas en arbustos y hierbas
Pero tienen su alojamiento preferido
Al otro lado del Cerro del Vigía
Cruzan sigilosos sus cañadas y cúspides
Penetran las raíces y los vellos incontables
Se trasladan preferentemente en los arroyos
Y van a dar a las playas solitarias
De Zapotengo, Tembo, Izala, La Boquilla,
Punta Tijera, La Mina, Estacahuite,
Puerto Ángel, Zipolite
Buscando alojamiento
Discurre acantilados espumosos
Y llega a su morada preferida:
Una concha, caracola lamida por la mar
Allí se aloja, disfruta su espiral
A veces se asolea en la marea baja
Y vuelve a su recinto color nácar.
Si quieres escuchar la voz de alguien amado
Que se ha ido o que se encuentra lejos
Toma la caracola entre tus manos
Y poniendo tu oído en su abertura
Escucharás su voz como un arrullo
De una ola marina que te llama.

Francisco Ziga febrero 7 del 2007

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Expresiones ocultas

Exposición pictórica de Leonides Rendón Sánchez

Por: Francisco Ziga

Lo oculto es la temática que Leonides va desmarañando en su obra, lo oculto que siempre ha ocupado y ocupará la reflexión de filósofos, poetas y pensadores; por que lo evidente no necesita plantearse, lo evidente está desbrozado y pertenece al reino de lo superficial.

Nuestras percepciones, al estar acotadas por sentidos, nos muestran solo una parte de la “realidad”. Esa que pensamos que es la “realidad” no es mas que una indicación parcial de lo que ocurre, por que acontecen una multiplicidad de cosas, fenómenos, eventos, los cuales no se pueden captar completamente por los sentidos. Así es que lo que llamamos oculto es lo difícil de desentrañar, lo complicado, a veces lo inefable o desconocido, lo que necesita ser descubierto a nuestros sentidos, decodificado para “dar sentido”.

Las ocultas expresiones de Leonides se develan a los ojos del observador a través de la magia de la línea y el color. El asunto es dejarse llevar por el brillo natural del lápiz que descubre lo que sueña en su lecho una doncella de lánguidos cabellos; los cuadros superpuestos por donde se asoman curiosos un par de ojos mirando una pareja en sincronía perfecta; las lágrimas que irrigan, desprendidas de un ojo, un par de flores abiertas, o acaso el evento preciso previo a la fecundación generadora de la vida.

Las ocultas expresiones dependerán de la interacción entre el artista y su obra, pero quizá de manera fundamental entre la obra-del-artista y el espectador.

Bienvenidos a develar estas ocultas expresiones.

Francisco Ziga, 4 de mayo del 2007.

Nota: La exposición permanecerá hasta mediados de junio en el Cafe Adobe, en el centro de Jamiltepec, Oaxaca

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Desencuentro: tres culturas, dos mundos, una historia de Daniela Steck Baños

(Comentario de Francisco Ziga en la presentación del libro el sábado 7 de abril del 2007 en Santiago Jamiltepec, Oaxaca)

Dividiré mi intervención en dos grupos de comentarios: uno general acerca del contenido del libro que hoy se presenta y algunos aspectos particulares que me parecen sumamente relevantes en su plan de exposición.

Desencuentro en un encuentro con tres siglos de relaciones sociales incubadas tanto en Mesoamérica como desde Europa y África. El libro arranca desde una revisión de estudios arqueológicos del Río Verde inferior y las formaciones culturales sumamente desarrolladas del señorío de Tututepec y sus relaciones con Tenochtitlan. Siguiendo la secuencia cronológica, la autora hace un recuento del proceso de conquista española, la destrucción de las formaciones sociales mesoamericanas y la emergencia de un sistema social impuesto desde el viejo continente; sobre los procesos de control político y económico a través de instituciones sociales como la encomienda, el repartimiento y sus mercedes reales; analiza también los procesos de producción alrededor del cacao, la cochinilla, el algodón y la ganaderización costera que dan paso de formas puramente extractivas a procesos de algo parecido a la “acumulación originaria” capitalista con el despojo legalizado de las tierras comunales de los pueblos al crear las grandes haciendas del periodo colonial. En un recuento de las respuestas indígenas, Daniela aborda dos rebeliones: la de finales del siglo XVII en Jamiltepec y la de Tlacamama a principios del XIX que darían pauta central al movimiento de Independencia. Destaca aquí el pasaje glorioso del héroe independentista Antonio de Valdés autoinmolado antes que rendido en el Cerro de Chacahua. El recuento concluye con la pacificación de la región acordada entre las elites mediante el Plan de Iguala y sus tres garantías: religión, independencia e igualdad.

El libro es un ejercicio de decantación. Los datos que aparecen consignados en Jamiltepec y sus alrededores y los nuevos que la autora incorpora, cobran vida en la condición de los actores; así el dato frío actúa a través de las intenciones y constitución de los sujetos cobrando nueva dimensión y formando parte de una historia construida colectivamente, recreando las variadas interpretaciones que significa la Historia.

Otro aspecto que despierta intensamente mi curiosidad es el manejo del tiempo. El libro no es el recuento historiográfico de nuestro entorno cultural, sino a cada momento la autora juega con el presente y el pasado y el presente y el futuro. Este ejercicio de presentización es un acercamiento a percibir el acontecer del ser superando las esencialidades del ser, y acercándose a la noción de estar, referido a presencia, estancia, de Ramón Xirau.

En desencuentro encontraremos una lectura interesante de las dinámicas de los actores, los mecanismos añejos y actuales de sometimiento y exacción, resistencia, tensiones y rupturas. Desencuentro no es solo rememoración, sino presencia; es una invitación a reencontrarnos en esa representación llamada Historia, historiándonos a nosotros mismos.

Si con Jamiltepec y sus alrededores Daniela se originaliza como la cronista de Jamiltepec, con el libro que ahora se presenta, se perfila ineludiblemente como la Cronista de la Costa Chica de Oaxaca y Jamiltepec como la capital cultural de la Costa Chica de Oaxaca

Felicidades a Daniela y a Ustedes por formar parte de este reencuentro.

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Analisis critico de la orientacion para la planeacion regional agropecuaria en la Costa de Oaxaca: 1990-2004.

Por: Francisco Ziga

Introduccion.

Uno de los instrumentos comúnmente utilizados por el Estado Mexicano en el ejercicio del poder, es la planeación, la cual está normada por una Ley Nacional, las disposiciones estatales y las de nivel municipal, e institucionalizada en las diferentes instancias de los tres niveles de gobierno. Los principios en que se fincan estas reglamentaciones tienen que ver con el carácter democrático del ejercicio de planear, sin embargo la práctica ha mostrado que la contradicción entre los intereses de los grupos económicos y políticos y lo estipulado en las Leyes, hacen inviables sus objetivos, en tanto que por sobre dichas normas se imponen las intenciones de las clases dominantes y que el discurso de “inclusión” a que ordinariamente se hace referencia, no es mas que parte del mecanismo de legitimación del mismo aparato Estatal.

En el presente ensayo trataremos de analizar críticamente tres planea regionales en lo que se refiere al sector agropecuario y forestal en la Costa de Oaxaca. Dichos planes fueron preparados directamente por los ejecutivos estatales en turno en coordinación con las instancias que tienen que ver con el sector, como veremos mas adelante.

I. Características generales de la región.

Lo que se denomina “Costa de Oaxaca” es un corredor de entre 40-50 km de ancho, por unos 250 de longitud, al Sur y Suroeste del Estado, comprendiendo los Distritos administrativos de Jamiltepec, Juquila y Pochutla. Limita al norte con los Distritos de Putla, Sola de Vega y Miahuatlán; al Sur con el Océano Pacífico; al Este con el Distrito de Tehuantepec y al Oeste con el Estado de Guerrero, y comprende unos 12,500 kilómetros cuadrados de extensión.

Rodríguez, et al (1986:90) ubican, sobre la base de un análisis de diversos componentes del medio natural, cinco tipos de condiciones fisiográficas: planicie, lomeríos, pié de monte, sierra y sabana. Su consideración es importante puesto que forman parte de la determinante natural sobre la que nos ocupan.

La planicie costera es una franja estrecha, de suelos aluviales que limita con el mar, siguiendo los cauces de los ríos que vienen de la parte alta y con alturas entre los 10 y 40 msnm; los lomeríos se acomodan por arriba de la planicie, con una anchura media de 20 km y con un rango de altitud entre 100 a 300 msnm, más seca que la planicie, por que las precipitaciones se escurren rápidamente hacia los ríos; el pie de monte es una franja de aproximadamente 25 km anchura entre 300 y 600 msnm, con precipitaciones de entre 1100 a 2200 mm y con temperaturas menores que en el lomerío; la sierra se acomoda arriba del pié de monte, con un rango de alturas de 700 a 2000 msnm, presenta las menores temperaturas y precipitaciones de hasta 2400 mm, la vegetación predominante es de pino-encino, y finalmente la sabana, ubicada al occidente de Jamiltepec, con altitudes de 40-80 msnm, de suelos profundos y con vegetación tipo sabana, con presencia de árboles de Tlachicón y Nanche y gran variedad de pastos nativos. (Ibid p. 100-103)

Los mismos autores al describir los procesos de producción agrícola, diferencían los siguientes sistemas:

La ROZA-TUMBA-QUEMA, consistente en un uso semipermanente del suelo sin que este se roture, sino que la vegetación se quema, utilizando instrumentos de trabajo de tipo manual y desarrollándose en casi todas las condiciones fisiográficas, pero fundamentalmente en las condiciones de lomeríos y pie de monte. Este sistema se caracteriza por un complejo de procesos de trabajo agrícola, donde se obtienen maíz, frijol, chile, jamaica, ajonjolí, calabaza, sandía, etc. Una parte de la producción es de autoconsumo y otra parte para la venta. La extensión puede variar entre 0.5 hasta 3 hectáreas, dependiendo de la disponibilidad de fuerza de trabajo y recursos económicos existentes en la unidad (p. 214-216).

Las PLANTACIONES SIN ROTURACION son aquellas cuyos ciclos de vida es mayor a dos años, y que durante su crecimiento y desarrollo no se realiza ninguna labor que implique la roturación del suelo, sino solo la apertura de una cepa u hoyo para su establecimiento. Se ubican en su mayoría en la condición fisiográfica de pie de monte, siendo los principales el café, la caña de azúcar, ciruela, la piña de sombra y los huertos familiares. Es el café el mas importante de ellos, pues del área cultivada en el Estado de Oaxaca, el 70% se ubica en la región de estudio. En cuanto a extensiones por unidad económica, varía desde 0.5 ha hasta 250 ha. En los Distritos de Juquila y Pochutla existen grandes plantaciones que datan desde el porfiriato y que aún hoy se conocen con sus nombres originales. (Ibid. 239-244).

Los CULTIVOS EN ROTURACION MECANICA Y MECANICA-ANIMAL implican la remoción del suelo, que se realiza con implementos de fuerza motriz o bien en forma mixta, es decir en combinación con tracción animal, interviniendo ésta en fases posteriores del proceso, generalmente después de la preparación del terreno. Se desarrolla en la condición fisiográfica de planicie, en algunos valles aislados o la sabana. Los cultivos que se desarrollan bajo este sistema se agrupan en: anuales como el maíz, cacahuate, ajonjolí, frijol, sandía, chile, jitomate, melón y jamaica, así como perennes como el coco, limón, mango, papaya y plátano. (Ibid. p. 270-273).

La misma fuente cita que la actividad ganadera puede ser agrupada en cinco tipos, considerando las especies que se manejan:

i. Ganadería bovina, la cual se subdivide en ganadería de agostaderos; de guamiles y de praderas artificiales, según el tipo de forraje para la alimentación y la intensidad de uso del suelo para el aprovechamiento.

ii. Ganadería de solar, con las especies de gallinas, guajolotes, patos y puercos.

iii. Ganadería caprina. Constituida por hatos de cabras pastoreadas en área de guamiles y/o agostaderos, confinándose al término del día.

iv. Ganadería ovina, constituida por ovinos de raza pelibuey y

v. Apicultura. (Ibid. P. 334-335).

En un estudio previo (Ziga 1988: 96) he considerado la existencia de 241 familias o empresas dominantes distribuidas en las siguientes actividades económicas: 42 en la ganadería; 85 en la agricultura; 57 en el comercio y 57 en los servicios. Los giros dominantes por actividad económica son: en la ganadería destaca una alta concentración de tierras para la producción de leche y carne bovina; en la agricultura la fuente de acumulación se desarrolla en los procesos agrícolas y agroindustriales de café y limón; en el comercio son la compra-venta de abarrotes, productos agrícolas y materiales de construcción y en los servicios los giros dominantes son la hotelería y restaurantes, ligados a la actividad turística.

Los principales inversionistas tienen creados grupos que hacen valer sus intereses sobre la sociedad y aglutinados por sectores donde participan. En el aspecto político imprimen su hegemonía administrativa-represiva por conducto de estructuras municipales, estatales y nacionales, en una unidad expresada en membresías e intereses comunes. (p. 97-98).

II. Tres planes: supuestos, contradicciones y debilidades.

A) El plan de Desarrollo de la Costa de Oaxaca 1990.

El programa de Desarrollo de la Costa de Oaxaca (PDCO) se publica en marzo de 1990, en el marco del Programa Nacional de Solidaridad en coordinación con el Gobierno Constitucional del Estado de Oaxaca, siendo gobernador Heladio Ramírez López. Está estructurado por un Balance General; acuerdos específicos sobre bienestar social y desarrollo urbano, pesca, turismo, desarrollo agropecuario y forestal, modernización de las comunicaciones; instrumentación del PDCO; acciones microregionales y municipales. Su primer debilidad consiste en que dentro de la subregionalización, al identificar las microregiones, confunde grotescamente e incluye dentro de una microregión a municipios que pertenecen a otra, como es el caso de las microregiones Pochutla y Huatulco. Esto da cuenta de que en realidad fue elaborado desde algún escritorio, sin ninguna validación y revisión seria.

En su “Balance General”, reducido a solo dos cuartillas, supone erróneamente que “Quizás por ahora, por primera vez, (esté la región) plenamente vinculada con el resto de la nación”, cuando que este proceso de vinculación viene de lejos incluso desde antes de la conquista española, y vinculada al sistema nacional y mundial con la producción colonial y su flujo hacia el exterior, situación que se agudiza en el Porfiriato y la etapa posterior a la Reforma Agraria.

En el apartado “Acuerdo Regional para el desarrollo Agropecuario y Forestal”, que como los demás acuerdos, quien sabe como, cuando, donde y entre quienes se suscribieron, se parte de sostener que… “no existe interacción entre los procesos de producción y comercialización”, cuando que la realidad es que existe un particular proceso de interacción.

En el apartado de diagnóstico agrícola se sostiene que un problema es de la “falta de insumos y semillas mejoradas…”, lo que implica de manera directa la visión de la Revolución Verde como el esquema a aspirar. La “falta de agroindustrias para el procesamiento de la producción agropecuaria” deja de lado que éstas sí existen, pero están en manos de empresarios privados que se relacionan verticalmente con los productores primarios.

Las estrategias, lejos de perfilarse, se reducen a la “necesidad de un reordenamiento territorial” y la definición de una “mecanismo de concertación sistemático y permanente”, sin mencionar de que tipo y entre que actores.

Los acuerdos básicos están plasmados sin que sus propuestas sean mediadas por estudios de factibilidad técnica. Esta idea de “compactar áreas de cultivo para aprovechar mejor los programas de asistencia al campo”, no aterriza en como acceder a la compactación, ni se plantea el problema de que si la dispersión pudiera presentar una ventaja para la diversidad biótica y contrarrestar los ataques por plagas y enfermedades de los cultivos.

Aun cuando se reconoce la necesidad de fortalecer la organización y descentralizar la infraestructura existente, transfiriéndola a las organizaciones campesinas, esto se traduce en un lenguaje vacuo si no se especifica particularmente de que organizaciones se está hablando.

En el renglón ganadero, se va aún mas allá, puesto que tal parece que toda problemática la padece la Unión Ganadera Regional, que ciertamente aglutina a las Asociaciones Ganaderas locales, pero que representa los intereses de los grandes productores que ejercen el control económico y político de la región.

En el renglón forestal, para el PDCO solo existe la explotación del pino, dejando de lado la problemática del condicionamiento institucional, las posibilidades de aprovechamiento del encino, la flora medicinal y especies no maderables.

Las acciones microregionales y municipales no dejan de representar una relación reducida de obras a desarrollar, sin que se muestre una coherencia de interacción entre los procesos y niveles de organización.

Un aspecto que llama la atención es que en ningún lugar se encuentra el problema de la producción alimentaria y de la necesidad de apoyar la economía campesina como una alternativa viable para el desarrollo regional.

B) EL PLAN ESTATAL DE DESARROLLO 1992-1998.

En mayo de 1993, es lanzado el Plan Estatal de Desarrollo (PED) 1992-1998, suscrito por el gobernador Carrasco Altamirano. Aquí se plantea ya la necesidad de un desarrollo equilibrado y el reconocimiento de una sociedad oaxaqueña pluriétnica, predominantemente indígena.

El PED se divide en cinco secciones: diagnóstico, objetivos, estrategias, acuerdos estatales y la descripción del Sistema Estatal de Planeación.

Aquí se reconoce, sin tapujos, que los “Acuerdos Estatales… (son) pautas de colaboración entre gobierno y sociedad”, es decir, simples líneas, distantes de consensos que involucran a los actores sociales intervinientes.

El diagnóstico forestal, aún cuando ubica la problemática puntual, no alcanza a cuantificar extensiones, metrajes, etc. La parte agropecuaria sigue insistiendo, al igual que el PDCO, en fincar su desarrollo en viejos esquemas, al afirmar que los “paquetes tecnológicos apropiados pueden incrementar la producción considerablemente”, también como si el problema fundamental de la agricultura fuera el incremento productivo.

Crece aquí la apuesta hacia un desarrollo fincado en la relación con el exterior: “Ante las posibilidades que ofrece el tratado de Libre Comercio con Estados Unidos y Canadá, tanto las frutas como otros productos agrícolas, tienen perspectivas de mercado, además de una serie de ventajas comparativas, para producirlas y darles valor agregado”.

De manera contradictoria con los objetivos de justicia social, aquí se reconoce que “En Tuxtepec, Costa e Istmo existen grandes extensiones dedicadas a la explotación de ganado comercial y de registro de raza Cebú y es factible la producción de doble propósito: leche y carne, a través de cruzas con razas americanas y europeas”. Obviamente que dichas grandes extensiones no están en manos de quienes debieran, y los esquemas productivos impactan negativamente el entorno, al fincarse en el establecimiento extensivo de gramíneas, arrollando la frontera agrícola y los sistemas campesinos.

Los objetivos del PED van mas allá, cuando se dice que “…es necesario modernizar el aparato productivo para acelerar el proceso de desarrollo”, y crear “…un clima atractivo para las inversiones de capital”. ¡Cuanta franqueza!, Y aquí cabe preguntarse: ¿Cuándo el desarrollo de las inversiones de capital han creado las condiciones de equidad que busca el PED si su proceso es por naturaleza polarizador?.

Atinan los autores cuando afirman que “El recurso humano y su cultura son las bases reales del desarrollo”, pero desatinan cuando las estrategias para conseguirlo se constriñen a: la educación, su vinculación con necesidades sociales y productivas del Estado y “el desarrollo físico y mental de la población”. ¡Qué prodigio!.

En los Acuerdos –que como ya vimos, no son tales– ya se plantea aquí la necesidad de conseguir la autosuficiencia alimentaria y se dice que se producirá primero para el mercado interno. Hay también aquí otra apuesta innovadora: la organización de asociaciones con capitales privados que accesen tecnologías y garanticen mercados. Otro aspecto interesante es que los problemas de la tenencia de la tierra han ocasionado bajos niveles de productividad, descapitalización y desaliento en los productores, cuando que éste no es el problema fundamental de la descapitalización.

La problemática ganadera se engloba en ciertos aspectos, sin considerar las diferencias existentes por tipos de productores. Se busca el incremento de la producción pecuaria para satisfacer las necesidades de consumo interno y externo, como si tal satisfacción dependiera del número de cabezas disponibles, y no de los ingresos de la población.

Las alternativas o líneas de acción no incorporan las variables técnicas de mejoramiento, por ejemplo, la utilización de leguminosas nativas para el incremento del índice de agostadero, que tal vez para los grandes productores no es necesario.

En el renglón forestal, se alcanza a proponer de manera correcta, el desarrollo de sistemas agrosilvopastoriles apropiadas para cada región, pero no se proponen las acciones específicas para lograrlo.

C) EL PLAN ESTATAL DE DESARROLLO (PED) 1998-2004: REGION COSTA.

Con el ascenso del gobernador José Murat, se propone el PED 1998-2004, el cual se disgrega en Planes Regionales. En este caso analizaremos el correspondiente a la Costa de Oaxaca.

El PED se estructura a partir de un marco de referencia y un panorama general, así como líneas de acción en los ámbitos de procuración de justicia y seguridad pública; ecología; agricultura, ganadería, silvicultura y pesca; minería e industria manufacturera; turismo; comunicación; desarrollo urbano y equipamiento; cultura; educación; salud y asistencia social y un apartado referido al Sistema Estatal de Planeación Democrática.

El plan en la Costa inicia con el mismo supuesto de todos los planes “…contamos en Oaxaca con vastos recursos humanos y naturales, frente a un rezago de formación bruta de capital fijo… será necesario generar confianza entre los agentes económicos para poder tener acceso a niveles crecientes y sostenidos de formación de capital…”.

Y continúa con la exposición sobre su concepto de ámbito regional “…entendiendo éste como el espacio geográfico en donde se dan las relaciones de producción… éste concepto trasciende los límites estatales e incluso nacionales para hacer frente a la irreversible internalización económica mundial”. De entrada éste concepto tiene implicaciones de reduccionismo, puesto que deja sin considerar, como dice Boissier (1994:154), “la complejidad estructural de un territorio organizado”.

Para este autor, “si el territorio organizado se visualiza como una estructura sistémica, sus dos características más importantes son precisamente su complejidad y su estado final. La complejidad se refiere a: i) la variedad de estructuras internas que es posible identificar en el sistema; ii) los diferentes niveles de jerarquía a través de los cuales se establecen mecanismos de retroalimentación y control del sistema, y iii) las articulaciones no lineales presentes en el sistema que generan estructuras disipativas… siendo el territorio organizado un sistema dinámico, su estado final depende si se trata de un sistema cerrado o abierto. En el primer caso, el estado final conlleva a la maximización de la entropía, en tanto que el segundo, el estado final equivale a la maximización de la sinergia”. (p. 184).

Superando la anterior identificación de las cinco microregiones de eJamiltepec Norte, Jamiltepec Sur, Juquila, Huatulco y Pochutla, se propone ahora, considerando las variables de diversidad cultural, climas, características físico-geográficas, dotación de recursos naturales y niveles de desarrollo, resultando 75 microregiones en todo el Estado y 11 para la región de la Costa de Oaxaca. En cada una de ellas se seleccionó una localidad eje, a fortalecer como centro urbano, dándole prioridad en la dotación de infraestructura y equipamiento de tipo urbano. A continuación se presentan las microregiones y localidades eje: Cacahuatepec, Huatulco, Jamiltepec,Juquila, Loxicha, Nopala, Pinotepa de Don Luis, Pinotepa Nacional, Pochutla, Puerto Escondido, Villa de Tututepec.

Esta propuesta, ha superado a la primera en términos de que, al incorporar las variables arriba citadas, resulta en unidades más o menos uniformes en términos de relaciones regionales; pero no se plantea la necesidad de desarrollo de la microregión como unidades autónomas y de la interacción e integración sistémica entre ellas.

Las premisas para con la ciudadanía oaxaqueña –participación social, autoridad con tolerancia, reconocimiento de su capacidad de desarrollo y adaptabilidad y definición de necesidades- siguen siendo insuficientes si no se plantean esquemas concretos de relación entre los actores sociales bajo el enfoque de sistemas.

En el aprtado que nos interesa –agricultura, ganadería, pesca y silvicultura- se plantea que los municipios agrícolas de mayor relevancia formarán ejes de desarrollo, que serán apoyados para el cambio estructural en el corto plazo, bajo el enfoque producto-región-proyecto. Sin embargo nunca queda claro que se entiende por cambio estructural y el enfoque producto-región-proyecto.

Se proponen 4 líneas de acción a nivel regional, en materia de: organización campesina, financiamiento, asistencia técnica y apoyos a la comercialización.

Los cultivos prioritarios a corto plazo son: maíz P-V, cacahuate PV, limón mexicano, renovación de cafetales, ajonjolí PV, maíz O-I, cacahuate y melón. En general se propone un incremento de 110,225 hectáreas de maíz en un 300%; de cacahuate en un 66%; de ajonjolí en un 50% y para el caso de melón, pasar de 8 a 140 tons/ha, con un incremento de 1,750%, todo ello a partir de la aplicación de la tecnología sugerida por el Centro de Investigación Regional del Pacífico Sur del INIFAP-SAGAR.

En el proceso de producción del maíz se propone “…la reconversión de áreas maiceras a cultivos más rentables en función de las capacidades agrológicas de los suelos, climas y del comportamiento de los precios”, y “…se dará impulso al uso de variedades e híbridos de maíces de alto rendimiento en áreas que por clima y suelos presentan un buen nivel de producción.

Este desprecio por el maíz, equiparable al que se genera hacia la economía campesina tiene sus bases en la búsqueda absurda de la rentabilidad; si la región no es autosuficiente en la producción del grano, bien valdría la pena conseguirla a través del apoyo a las estrategias de reproducción campesina e indígena. La insistencia hacia el uso de híbridos y la ignorancia de la existencia de variedades criollas con alto potencial, forman parte del mismo rechazo hacia las formas campesinas, dejando de lado que los híbridos están generando erosión genética en menoscabo de los germoplasmas campesinos.

Para el cultivo del café, si el PED fuera incluyente, debería incluir además de los municipios de los Distritos de Pochutla y Juquila –ciertamente donde se obtiene la mayor producción-, a los tres municipios del Distrito de Jamiltepec, ubicados en las cuencas del Río de la Arena y parte del Río Verde.

Esta pretensión de apoyar en la renovación de cafetales es una necesidad dentro de muchas, pero si se quiere con ello homogeneizar (sic) la calidad del café, ¿no se estará atentando contra la diversificación de mercados?.

Finalmente la apuesta tecnológica hacia la aplicación de paquetes tecnológicos sugiere la reproducción de los mismos paradigmas en la agricultura, sin considerar que las organizaciones han iniciado un proceso de producción de café orgánico, como son los casos de la Unión de Comunidades Indígenas “100 Años de Soledad” en Pochutla, la Organización Mixtecos-Chatinos-Zapotecos “MICHIZA” en Juquila y la Unión de Ejidos Cafetaleros “Zona Costa” en Jamiltepec, las cuales no son mencionadas ni por asomo en el plan.

Si para el café la carencia de diagnóstico y propuestas son sumamente grandes, para el cultivo de limón son aún más. Menciona únicamente que antes de ampliar su superficie “…deberá evaluarse su factibilidad económica y determinar el ritmo de crecimiento del área a cultivar”. Aquí se deja de considerar que según los productores, ha sido el limón el cultivo que ha permitido el mantenimiento de las economías de los campesinos medios, asegurando un ingreso mas o menos semipermanente.

En el ramo pecuario, las acciones se orientan fuertemente hacia la ganadería en gran escala, determinando el posible desarrollo de especies forrajeras y el establecimiento de pastizales cultivados a través de estudios integrales. El Grupo Ganadero de Validación y Transferencia de Tecnología GGAVATT es un ejemplo de ello, pero acceder a éstas formas solo los ganaderos con medianas y amplias posibilidades de capital.

En el renglón de la Silvicultura, las propuestas se centran en realizar estudios de factibilidad económica, factibilidad técnica para el desarrollo de aprovechamiento subsiguientes y para el establecimiento de industrias que utilizan estos productos. Tal pareciera que más que el desarrollo de propuestas serias, de lo que se trata es de seguir reproduciendo los mismos esquemas de relación entre ejidatarios y comuneros dueños de la materia prima, y los industriales del aserrío, quienes, a través del intercambio desigual se han beneficiado grandemente del recurso.

III. ¿Es posible la planeación en las actuales circunstancias?

Los planes de desarrollo bajo las condiciones de un desarrollo capitalista y polarizador, enmarcado dentro del proceso de globalización de las relaciones, que desestructura las regiones al incluir una nueva interfase dominante, no dejan de ser una planeación indicativa, pues, como menciona Guillén (1985:27).

“La planificación indicativa no pretende suplantar al mercado como mecanismo asignador de recursos. El plan desempeña un papel secundario. Tiene exclusivamente un papel orientador: es un soporte del mercado, no la base del sistema económico. Las decisiones económicas finales siguen siendo tomadas por los empresarios privados, en función de sus intereses particulares”.

Esta expresión, si bien es cierta, constituye el fenómeno global en que se ha desarrollado el proceso de producción y circulación general; pero en nuestras circunstancias particulares es necesario considerar que a partir del reconocimiento de que con la Reforma Agraria en la Costa de Oaxaca, a través de la dotación de Ejidos y restitución de tierras comunales, existen amplios sectores de campesinos medios y pobres poseedores de recursos, los cuales están actuando en la región, sin que lo anterior signifique que no existan neolatifundios y acaparamiento de los mejores espacios en manos privadas.

Solamente entonces, es posible la planeación no desde la vertiente institucional, externa e ignorante de los fenómenos que se están desarrollando, sino una planeación desde el proceso productivo, para lo cual se requiere el autoreforzamiento de las estructuras campesinas locales y regionales ya creadas y el desarrollo de procesos organizativos donde no existen. Se requiere asimismo un replanteamiento y resposicionamiento de la posición estatal, que deje de verse así misma como el eje en torno al cual deben girar todas las acciones.

La apuesta entonces está en la autogestión y el desarrollo autocentrado, mas que en la esperanza de nuestra incrustación en la economía globalizada, sin que implique renunciar a ella.

Bibliografía

1. Boissier, Sergio. Crisis y alternativas en los procesos de regionalización. En: Revista de la CEPAL 52.1994. Stgo. de Chile.

2. Gobierno del Estado de OAXACA-SEDESOL. 1990. Programa de Desarrollo de la Costa de Oaxaca. 93 pp.

3. Gobierno del Estado de Oaxaca. 1993. Plan Estatal de Desarrollo 1992-1998. México. 140 pp.

4. Gobierno del Estado de Oaxaca. 1999. Plan Estatal de Desarrollo 1998-2004. Región Costa. México. 90 pp.

5. Guillén, Arturo. 1985. Planificación económica a la mexicana. México. Nuestro Tiempo. 185 pp.

6. Rodriguez Canto, Adolfo, et al. 1989. Caracterización de la Producción Agrícola de la Región Costa de Oaxaca. México. UACh, 444 pp.

7. Ziga Gabriel, José Francisco, 1996. Clases y movimientos sociales en la costa de Oaxaca: 1973-1996. México. Tesis Profesional. UACh. 174 pp.

Subida: 2/28/2007

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La Union de Ejidos Cafetaleros Zona Costa: Una respuesta campesina ante la crisis

Jose Fco. Ziga Gabriel
Universidad Autónoma Chapingo
Maestría en Ciencias en Desarrollo Rural Regional

1.- Introducción.

En los actuales tiempos, en que se han puesto en cuestión muchas de las estructuras organizativas de convivencia humana y cuando la situación se torna más difícil para los habitantes del medio rural, se torna inevitable y necesario, la búsqueda de nuevos caminos y la construcción de espacios alternativos para acceder a un desarrollo centrado en la gente.

En ese contexto, el estudio de las situaciones y las formas que adoptan los movimientos en el campo son de gran utilidad, puesto que reflejan las estrategias que han implementado los productores rurales ante las dificultades inherentes al mercado y a su relación con las estructuras estatales.

Aún cuando pudiera esperarse un colapso de las economías campesinas como resultado de las fuertes presiones externas, lo que observamos, cuando menos en aquellas que cuentan con cierto potencial productivo y recursos mínimos, es que el reposicionamiento logrado como resultado del despliegue organizacional y la introducción de nuevas prácticas que modifican el itinerario técnico del proceso productivo, las coloca en una posición de ventaja relativa respecto a su pasado inmediato, pues las nuevas prácticas refuerzan los lazos entre el medio y los productores fomentando una cultura de respeto y protección de los agroecosistemas. Las nuevas necesidades creadas refuerzan asimismo las relaciones interpersonales, intra e intercomunitarias y han despertado la necesidad de continuar construyendo el poder desde las bases.

2.- La macroregión

La región denominada Costa de Oaxaca incluye tres Distritos administrativos: Jamiltepec, Juquila y Pochutla. Esta región es una franja de entre 40 a 50 km de anchura y 250 de longitud aproximadamente, con superficie total de 1,250,189 has (Rodríguez, et al. 1989:16)

La región se ubica en el complejo montañoso denominado Sierra del Sur, correspondiendo una parte a la condición fisiográfica de planicie costera. Si avanzamos del mar hacia la sierra la primera formación encontrada son dunas costeras o acantilados; posteriormente se observa la condición de planicie costera en Jamiltepec y Juquila y lomerío suave en Pochutla; la condición inmediata corresponde a lomerío suave generalizado; pie de monte y finalmente sierra. Existe asimismo una porción de sabana en los límites con el Estado de Guerrero.

En relación a la temperatura la región presenta carácter isotermal, es decir que la diferencia de temperaturas medias entre el mes mas caluroso y el mas frío, no es mayor a 5 ºC. Las isotermas están comprendidas entre 14 y 26 ºC, dominando en la mayor parte del área las superiores a 20 ºC. (Ibid:49).

En cuanto a la precipitación ésta se desarrolla en los meses de junio a octubre entre 800 y 3000 mm. Las menores precipitaciones se presentan en las partes bajas y las mayores en las partes altas (Ibid:54-55). Esta determina la agricultura de temporal y la posibilidad de obtener mayores rendimientos en frutales como el limón, cocotero y los beneficios a la ganadería.

Todos los ríos que atraviesan la Costa Chica de Oaxaca nacen en la sierra o Valles Centrales y desembocan en el Océano Pacífico. Destacan por su caudal e importancia para la irrigación, los siguientes: Río el Limón, Río de la Arena, Río Verde, Río Leche, Río Grande, Río Colotepec, Río Cozoaltepec, Río Tonameca, Río Coyula y Río Copalita. Todos ellos son permanentes existiendo también escurrimientos temporales que algunas veces sirven para la agricultura de “chagüe” (humedad residual).

Existen laguna costeras de importancia para la pesca. En el Distrito de Jamiltepec destacan Corralero, Santa Quilama, El Espejo y el complejo Monroy-Miniyoso. En Juquila el complejo Chacahua-Pastoría y Manialtepec. En Pochutla las pequeñas lagunas de Ventanilla-Colotepec y Coyula. En todos los casos se presentan problemas de exceso de salinidad, contaminación y un flujo deficiente entre los cuerpos lagunares y el mar, lo que ha ocasionado una disminución de su productividad.

Los suelos que predominan en la zona son de tipo Regosol en los Distritos de Juquila y límites con Jamiltepec y al Sureste de Pochutla y Combisol en la parte media de Jamiltepec y Sureste de Pochutla (Ibid:68).

En la planicie costera abundan los suelos profundos, especialmente los de tipo aluvial en las riberas de los ríos mas importantes; aquí se desarrolla la agricultura comercial de los cultivos de cacahuate, limón, copra, plátano, papaya, melón, ajonjolí y básicos. El resto de la región son suelos superficiales, sometidos a un severo proceso de erosión hídrica por efectos de la agricultura que allí se desarrolla (roza – tumba – quema), debido a la explotación forestal en la parte de la sierra y la eliminación de vegetación secundaria para la introducción de pastizales.

La región presenta una vegetación primaria sumamente alterada y la vegetación secundaria predomina ampliamente (Ibid:71). Los tipos vegetativos que se presentan son los siguientes: bosque tropical subcaducifolio, bosque tropical perennifolio, bosque mesófilo de montaña, bosque templado de pino-encino, sabana, palmar, manglar y matorral de dunas costeras. (Ibid:72-85).

Lo anterior refleja y explica la impresionante variedad de tipos florísticos desde las cactáceas de las dunas costeras hasta las hidrófitas en las partes más húmedas de la sierra.

3.- Introducción del cultivo del café en la mixteca de la costa.

En el distrito administrativo de Jamiltepec, que corresponde a la porción limítrofe con el estado de Guerrero, Herrera (1997:15) ha distinguido dos microregiones claramente diferenciadas considerando el elemento étnico: la Mixteca de la Costa, que incluye 17 municipios y la el territorio afromestizo, con siete municipios. Los mestizos se encuentran cohabitando en ambas microregiones, formando un interesante complejo pluricultural .

El area de interés del presente trabajo se ubica en los municipios de San Agustín Chayuco, Santa Catarina Mechoacán, Santiago Ixtayutla, San Juan Colorado, Santiago Jamiltepec, San Pedro Atoyac y San Lorenzo, en 14 comunidades productoras de café.

Respecto a la introducción y difusión del café en la costa, en 1868 se le encomendó al Prof. Basilio Rojas -comerciante de grana en Miahuatlán- hacer un estudio para conocer las posibilidades de introducción del café en Miahuatlán. Este arrojó que los terrenos propicios para su cultivo eran los de Pochutla. En 1873 se concluyó el proyecto para instalar una plantación en San Isidro del Camino, Distrito de Pochutla. En 1874 se formó la sociedad para tal fin con las siguientes personas: Ramón Ruiz (23 acciones); Juan Mario Mijangos (19); Juan Francisco Mijangos (19); Alejo Pérez (19); Jesús Sánchez (19); Eduardo Ramírez (5) y Nicolás Ramírez (5). Como en San Isidro del Camino encontraron resistencia, se dirigieron al Cerro de la Pluma. En abril de 1874 se establecieron allí los primeros almácigos que proporcionaron al año siguiente las primeras 40 mil plántulas de café que se sembraron en el estado. El primero de diciembre de 1880 se declaró instaurado legalmente el pueblo de Pluma Hidalgo (Rodríguez.1989:176-177).

En 1875 el gobierno del estado de Oaxaca expidió un decreto favoreciendo el cultivo de café. En 1877 se establecen nuevas fincas. Pedro Díaz fundó “La Sirena” en Pochutla, que producía el mejor café de la región. Jacinto Jarquín, yerno de Pedro Díaz, fundó la finca “Cafel oriente”, que se extendía en Pochutla y Tehuantepec. En 1878 el café se extendió a Juquila. Nicolás Jiménez y Ramírez plantó dos mil matas en San Pedro Mixtepec, Hilario Cuevas en San Gabriel Mixtepec fundó las fincas “Hidalgo” y “Morelos”, respaldados por los capitales de Gómez Hnos. de Jamiltepec. También se estableció la finca “El Porvenir” en San Gabriel Mixtepec. En Nopala estuvo la finca “Jamaica” y cerca de Cuixtlita, la “Río frío el Grande” y otra, cuyo nombre aparece, pero estuvo a cargo de autoridades locales.(Ibid).

El éxito del cultivo hizo que los grupos indígenas lo establecieran en pequeños predios en Pochutla y Juquila, recibiendo apoyo del gobierno del estado y autoridades distritales. Nuevas fincas o medianas plantaciones se establecieron en San Mateo Piñas, San Gabriel del Puerto, Huatulco, La Galera, San Isidro, Candelaria Loxicha, etc. (Ibid).

Hacia 1880 ya estaban plenamente establecidas las principales plantaciones cafetaleras en la costa. Solamente en la región mas importante de Pochutla, en la zona de Pluma Hidalgo, existían para ese año 28 fincas cafetaleras con un total aproximado de 800 mil plantas. Las fincas mas grandes eran “La Providencia”, de la Cía. de Miahuatlecos con 140 mil plantas y “La Trinidad”, propiedad de Vicente Ruiz, con 125 mil plantas (Ibid;179).

Para 1890 las compañías inglesas y alemanas se dedicaron intensivamente al cultivo. En Pochutla la Cía alemana Coruba, poseía la finca “La Soledad”, llegando a establecer fincas de 1,000 hasta 2,000 ha. Para 1892 ya existían 100 hectáreas en Cacahuatepec, Distrito de Jamiltepec y en Juquila ya estaban establecidas varias fincas importantes, con un total aproximado de 20 mil matas. (Ibid).

Karl Kaerger en su detallado estudio titulado “La Agricultura en América” (1986:85-86). Indica que la finca “Esmeralda” en Juquila “…cuenta con sistema de irrigación. Es propiedad de la Indian Rubber Company, que después de haber interrumpido sus funciones lo ha retomado recientemente”. Indica además que el Cónsul alemán en Oaxaca posee varias fincas cafetaleras en la zona de Juquila, lo que ilustra sobre la importancia que tuvo el capital extranjero, especialmente el alemán, en las plantaciones cafetaleras de Juquila y Pochutla.

La misma Indian Rubber contaba con una propiedad: la hacienda “Llano Juárez”, con una extensión de 23,040 ha en el Distrito de Pochutla, que contaba entre las 15 propiedades territoriales de mayor extensión en el estado de Oaxaca (Ruiz Cervantes 1988:349-50).

Kaerger (1986:89) menciona la presencia de capital financiero alemán, ya que “… cinco fincas -con 40 mil árboles- aún recientes y de buena producción y que tuvieron que ser tomadas a cargo de una empresa hamburguesa en lugar de hipotecarse”. Ese fenómeno también presentado en el Soconusco, Chiapas, pero mas en la costa Cuca en Guatemala, consistió en embargos por concepto de préstamos para capital de operación, otorgados por grandes empresas hamburguesas. De estas grandes plantaciones de café en el estado de Oaxaca la mayor cantidad se concentró en primer lugar en Juquila, Tehuantepec y Juchitán. Esta observación es efectuada por Kaerger en el mes de marzo de 1900, y abunda “…las sierras cafetaleras se encuentran en gran parte en manos de extranjeros, en su mayoría alemanes…” (p.90). “La mayoría del café producido en Pochutla también se destina a Alemania” (p.130).

Pluma Hidalgo se convirtió en el centro cafetalero mas importante de la República Mexicana, siendo la primera zona donde se instalaron beneficios húmedos y secos operados con maquinaria, de acuerdo a un informe de la Secretaría de Fomento de 1873. Aunque se empezó a despulpar con metate de mano, poco tiempo después llegaron las primeras despulpadoras de la casa J. Gordon de Inglaterra y su uso se generalizó rápidamente, desplazando también las retrillas de madera, movidas por troncos de mulas (Rodríguez 1989:178).

Para 1888 las fincas cafetaleras, cerca de la costa, se extendían desde La Galera hasta Huatulco; los finqueros pagaban a los Municipios 150 pesos por legua cuadrada al año, además de tener la primacía en adquirir estos terrenos a bajo precio (Esparza 1988:302)

La introducción y generalización del cultivo creó una serie de conflictos no solo entre comunidades-finqueros, sino también en contra del gobierno. En 1881 en Juchitán y Pochutla hubo protestas en contra de la Ley Hacendaria de 1880, siendo finalmente reprimidas. En 1896 otra Ley Hacendaria generó protestas en Juquila y otros pueblos chatinos, situación que se agravó con las condiciones de los peones en las fincas cafetaleras. Al grito de “mueran los catrines” fueron ultimados el juez, el secretario del Juzgado y el Jefe Político del Distrito. El antagonismo de clases se reforzó como étnico cuando el nuevo Jefe Político, Carlos Woolrich, exigió que los indios vistieran pantalón y chaqueta al entrar a los pueblos. La represión continuó con fusilamientos en Quiahije (Esparza 1988:321).

Para 1896 el gobierno estatal decretó una nueva Ley de Hacienda, mediante la cual los capitalistas deberían pagar 10 al millar del valor de los cafetos y de terrenos. Esto generó levantamientos en Juquila y Pochutla. En este último José Zorrilla y el General Ignacio Mejía solicitaron al gobernador Martín González, la exención de impuestos para los plantíos de café. Este se negó demostrando con cifras lo poco que les afectaban las nuevas disposiciones en tanto sus exorbitantes ganancias daban para más.

Kaerger en sus observaciones de campo no toma una posición de crítica hacia las condiciones de vida de los jornaleros mexicanos; menos podía hacerlo cuando precisamente el investigaba las posibilidades de colonización de Alemania en América. Sin embargo sus descripciones detalladas nos permiten reconstruir en parte la dramática situación de los trabajadores de las fincas. Por ello reproducimos textualmente lo siguiente:

“El jornal supera aquí -Pochutla- en un real al del Juquila, diferencia que corresponde a la mayor demanda de trabajadores. Asciende a 50 centavos por día o tarea. La excavación de las hoyas para las plantas se realiza aquí a destajo propiamente dicho… por cada hueco del mismo tamaño como en Juquila (1/2: 1/2: ¾ de vara) se paga de 1 ½ a 2 centavos, dependiendo de la dureza del suelo… por un almud de granos cosechados se pagan 6 centavos es decir un centavo más que en Juquila, no obstante que no existe aquí escasez de mano de obra mucha gente viene al trabajo desde los pueblos mas altos en parte por su propia cuenta o por mediaciones muy bien remuneradas del Alcalde denominado Presidente Municipal… se desplazan siempre con sus esposas para que muelan el maíz, echen tortillas y preparen los frijoles. Se les proporciona una galera para varios de ellos, se les presta un petate para dormir, un metate y un tenate y un costal para los granos muy maduros. Se les paga los salarios usuales y un pequeño anticipo de aproximadamente 10 pesos. En caso de que estas personas huyan se dirige uno al Alcalde de su pueblo, quien se responsabiliza de su regreso a cambio de un pago. Sin embargo este sistema no es muy usual en todas las fincas, ya que en muchas de estas lograr entenderse con los trabajadores que viven en ellas o en los pueblos vecinos”. (P.94).

En el caso de Juquila, el mismo autor menciona que debido a la reducida extensión del cultivo de café, no existe una fuerte demanda de mano de obra resultando difícil para las fincas grandes motivar a la gente para convertirse en peones acasillados. El jornal y el salario para el trabajo a destajo (tarea) realizado durante el día asciende a 3 reales (37 ½ cvos.) sin el alimento. Tales tareas consistían por ejemplo en cavar 40 hoyas para las plantas o 50 en el caso de suelos mas ligeros, sobre una superficie de media vara en cuadro y tres cuartos de vara de profundidad; o bien por la limpieza de 26 varas en cuadro, en sentido figurado también llamado “tarea” o también consiste en la limpieza de una tarea y media con machete. La cosecha, se paga a 5 centavos por almud, medida que aproximadamente contenía 8 kg de granos frescos y maduros (Ibid 88-89).

Ruiz Cervantes (1988:349-51) menciona que el trabajo era medido a los peones a través del sistema de tareas, de una extensión aproximada de 500 metros (cuadrados), cuya limpieza debería realizar en 8 horas. Este sistema permitía que los jornaleros trabajaran con mas actividad, de allí que hubiera mozos que hicieran hasta dos tareas.

Esparza (1988:323-24) dice que los peones recibían en lo general salarios muy bajos: 0.31 pesos en Jamiltepec; entre 0.37 y 0.50 en Juquila y entre 25 y 50 Pochutla. En algunas haciendas se usaba el arrendamiento de parcelas de las fincas a los terrazgueros, pagando éstos un derecho de piso como una parte de la cosecha y dando un servicio personal a las labores de la finca. En 15 haciendas de Juquila el número de trabajadores fluctuaba de 6 a 18 y en otras de 50 a 150. En temporadas de pizca de café se aumentaba el número de peones de 20 a 80. Se exigía la faena de dos horas los domingos. Por lo general en las fincas cafetaleras no se daba el sistema de aparcería y el trabajador era “libre” con jornal mas alto.

El café, como cultivo típico del porfiriato en Oaxaca llevó a la entidad a ocupar el segundo lugar a nivel nacional. Para el bienio 1909-1911 se produjeron 2,370 toneladas. La región pricipal en producción, fue la costa, pues lo cosechado en los cafetales en Juquila y Pochutla constituía casi el 70% del monto total, con una producción de 1,605 toneladas y un valor de $472,118.80. En Pochutla la producción tenía como vía de salida marítima Puerto Angel, en la parte mas meridional de la costa Oaxaqueña (Ruiz Cervantes. 1988:343).

De 1868 a 1872 la producción de café se mantuvo al aumento; en 1895 alcanzó su máxima producción, para mantenerse en una relativa estabilidad, aunque a niveles muy inferiores a 1895 cuando se produjeron mas de 10 millones de kilos. Este descenso en la producción y la baja del precio del café en el mercado internacional se ha visto como una crisis terminante para Oaxaca. Muchas gentes abandonaron sus fincas por incosteables (Esparza 1988:302).

El café era vendido en Oaxaca a $20.00 por quintal; si los costos de flete eran de $1.25 por quintal y los de producción de $5.00, el finquero se quedaba con una ganancia de $13.75 por quintal. En 1890 el precio subió a $35.00 por quintal y los costos subieron únicamente a $10.00. Esta situación no favoreció al indígena, que tenía que vender necesariamente a la finca. La época de oro de los cafetales llegó a su fin en 1896-97 cuando el precio cayó de $35.00 a $6.00 por quintal. Muchos finqueros abandonaron sus posesiones, las vendieron a precios muy bajos o se las entregaron a sus acreedores. De esta forma, empresas alemanas se adueñaron de las mejores fincas y de los beneficios establecidos. Hacia los primeros años del siglo XX el café se recuperó hasta $16.00 y $20.00 por quintal de pergamino puesto en Oaxaca aunque también en Pochutla se empezó a recepcionar la producción de algunas fincas de Pluma Hidalgo, el Bule y Candelaria, café que era embarcado en Puerto Angel hacia Mazatlán, Estados Unidos y Europa (Rodríguez 1989:179-80).

La proliferación de beneficios desde principios de siglo creó una masa de trabajadores de la agroindustria cafetalera, tanto en las fincas como en Pochutla; además de incorporarse el trabajo de la mujer en este proceso a través de las “escogedoras”, quienes quitaban el grano pequeño o dañado para tener una calidad aceptable en la exportación.

Otro sector creado es el de los cargadores o estibadores en Pochutla y en Puerto Angel, moviendo toda la producción en el transporte terrestre o marítimo.

Con lo anterior queda claro que el café se constitutye como un proceso estructurante desde antes del porfiriato, irrumpiendo con la expropiación de tierras comunales de los indígenas zapotecos. Es claro también que desde inicios de siglo se había difundido hasta Jamiltepec, aunque en los actuales territorios cafetaleros de éste distrito, fue de gran importancia la actividad ganadera, aunque quienes controlaban económicamente el distrito, los señores Gómez Hermanos, respaldaron las inversiones de algunas fincas en Juquila. Dichos empresarios o sus familias fueros los dueños de una gran propiedad que comprendía desde el Cerro del Gavilán, hasta al sur de la finca La Natividad y desde La Muralla hasta El Paso de la Reyna. Dichos terrenos serían posteriormente afectados para dotar a los actuales ejidos cafetaleros.

Para 1950 se reportaron 19,775 hectáreas en los tres Distritos, el 66.54% localizados en Pochutla, 30.36 en Juquila y 0.06% en Jamiltepec. Para 1982 se reportan 75,269 hectáreas de las cuales 64.24% corresponden al Distrito de Pochutla y el 33.72% y 2.06% a Juquila y Jamiltepec respectivamente. Es Pochutla el Distrito que ha contado con mas del 60% de la superficie plantada desde 1950, por contar con aproximadamente el 50% de tierra a nivel de la costa aptas para el cultivo de café (Rodríguez 1989:243) respecto variedades cultivadas en Jamiltepec la única variedad es la criolla, en cambio en Pochutla ya existen de diez a doce entre criollas y mejoradas, por contar aquí con un mayor apoyo técnico, financiero e institucional en relación con los otros Distritos.

Para 1958 ante la necesidad de apoyar al sector, se decreta el 30 de diciembre, la creación del Instituto Mexicano del Café INMECAFE, para suceder a la Comisión Nacional del Café. Dicho organismo consideraba la participación de las instituciones como de los productores, los exportadores y los torrefactores. El objetivo consistía en promover y difundir en el país, mejores sistemas de cultivo, analizar los precios a fin de tomar medidas para la defensa de productores y consumidores y otros que se juzgaron convenientes en su momento. El instituto se constituyó así como el como el aparato normativo y de control campesino a través de las Unidades Económicas para la Producción de Café, las UEPCs. Otra gestión importante sería la celebración del Convenio Internacional del Café a Largo Plazo, en 1963, con el objeto de acabar con las contínuas fluctuaciones de los precios. Así se acordó limitar la oferta de los países productores, que superaba la demanda (Rojas 1996:117-120)

En la comercialización, el INMECAFE, para 1982 concentraba su actividad en el Distrito de Juquila y Pochutla y no así en Jamiltepec, donde es responsabilidad del mismo productor (Ibid.244).

Actualmente existen organizaciones de productores que comercializan directamente el producto. En Pochutla existe la Unión de Comunidades Indígenas “100 Años de Soledad” (UCI-100); en Juquila tenemos cuatro organismos que son la “SHA LYU KYA S.C.”, la “KYAT NUU S.C.”, la “CHATI NAA S.C.” y la “YUKU CAFE” constituidas como Unión de Comunidades de Producción Ilimitada y en el Distrito de Jamiltepec se encuentra la Unión de Ejidos Cafetaleros “Zona Costa”.

En cuanto a la superficie cultivada por productor, se tiene una variación a nivel regional que va desde 0.5 hasta 250 hectáreas. El tamaño del cafetal tiene mucha relación con el tipo y organización de la fuerza de trabajo, con la orientación del apoyo institucional, el grupo étnico, el conjunto de actividades económicas del productor, diferenciándose 3 tipos de productores: los que poseen de 500 a 5,000 plantas de café (aproximadamente de 0.5 a 5 hectáreas), localizados en Jamiltepec; los medianos productores, de mas de 5,000 hasta 20,000 matas, y los grandes productores o finqueros, aquellos que son dueños de mas de 30,000 plantas, los cuales se concentran el Distrito de Pochutla, llegando a poseer incluso como el dueño de la finca “Dolores” de Pluma Hidalgo, hasta 250,000 cafetos en producción (Rodríguez 289:244).

A nivel de tipo de productor, para la realización de las labores de cultivo, de limpia, fertilización y cultivo en general, existe una diferenciación en cuanto a la fuerza de trabajo; en los pequeños productores es solo familiar, auxiliándose ocasionalmente de uno o dos “mozos” (peones); en los medianos productores intervienen éstos y hasta diez mozos; en cambio en las fincas, los mozos son los que realizan todas las actividades a cambio de un salario que apenas si les alcanza para vivir (Ibid.250).

La pizca se realiza en los meses de noviembre y enero, recogiéndose en canastos de carrizo, de 20 kilos de capacidad. Generalmente se realizan dos cortes; uno en noviembre y otro en enero. Este café-cereza, se somete a un proceso de despulpado. Los pequeños y medianos productores poseen despulpadoras manuales y los finqueros con construcciones, despulpadoras grandes movidas con motor de gasolina o eléctrico. Posteriormente se procede al secado, existiendo en las fincas grandes plantas secadoras que facilitan enormemente la obtención del café pergamino (Ibid 250-251).

En el periodo de pizca se presenta el fenómeno de la inmigración de jornaleros agrícolas. En Juquila llegan indígenas chatinos procedentes de Yolotepec, Yaitepec, Tiltepec y otras comunidades al norte de la zona, incorporándose a la pizca en los medianos y grandes cafetales; en la zona de Pochutla llegan zapotecos del valle de Miahuatlán, sobre todo a los municipios de Pluma Hidalgo y Candelaria Loxicha; se dan casos en que se traslada toda la familia para intervenir en esta actividad. La retribución de la fuerza de trabajo indígena depende de la cantidad de canastos pizcados, pagándose cada uno a $20.00 o $30.00 según la oferta de fuerza de trabajo; una persona puede cortar hasta 15 canastos, siendo seis u ocho lo mas común. Toda esta gente al terminar la pizca regresa a su lugar de origen o emigra a otros lugares en busca de mas trabajo. En la zona de Jamiltepec el propietario y su familia, a lo suma auxiliado de uno o dos peones, se encargan de la cosecha y el resto de actividades que demanda el cafetal (Ibid 250-252).

Respecto a la comercialización, en 1982, en Jamiltepec se vendía a los comerciantes de Pinotepa Nacional, Pinotepa de Don Luis, Cacahuatepec y Jamiltepec o a pequeños intermediarios en Zacatepec y Putla; el INMECAFE tenía centros de recepción en Chayuco y San José de las Flores, pero la producción recibida era reducida. En Juquila y Pochutla también INMECAFE acaparaba los pequeños y medianos productores. En Pochutla existe BECAFISA (Beneficiadora y Exportadora de Cafés finos, S.A.), en la cual se agrupa la mayoría de los finqueros y a través de ella venden su producto. Algunos finqueros compran café a otros productores, beneficiándose aún mas con ello. Los finqueros concentran su producción en Pochutla, para ser exportado previa autorización del INMECAFE. El café se exporta en orden de importancia a Estados Unidos, Alemania, Suiza y Japón (Ibid 252-254).

4.- La crisis mundial y el retiro del INMECAFE.

Después de creada la Organización Internacional del Café, y suscrito el primer acuerdo en 1962, se renovó en 1968, 1976 y 1983. si bien se tuvieron importantes resultados en la regulación de la oferta y la demanda, también se observaros resultados negativos como la sobreproducción mundial; el acuerdo solo funcionaba a la baja y cuando era a la alza, los países productores se negaban a intervenir; en las estructuras gubernamentales dentro de los países productores se favoreció la corrupción; no se promovió las mejoras de calidad y productividad y los países productores, al tener volúmenes de ventas seguros, descuidaron toda estrategia comercial (Herrera 1997:10).

El 3 de julio de 1989 se suspendieron las cláusulas económicas de la OIC, iniciando un régimen de libre mercado; la exportación indiscriminada del grano, una sobreoferta del producto y una reducción severa de los precios. El control es retomado por ocho grandes empresas comercializadoras que dominan más de la mitad del comercio mundial (Ibid:11).

A partir de la cosecha del ciclo 1990-1991, el estado deja de participar en la comercialización del grano y una gama de intermediarios empiezan a cubrir la mayor parte del espacio antes ocupado por el INMECAFE y solo en escasa medida ha sido cubierto por organizaciones de productores.

La compra, beneficiado y exportación de café en los últimos años se ha concentrado en cinco grandes empresas con capital extranjero: ROTPHOS, BECAFISA, MERCON, TARDIVAT Y OMNICAFE, que operan en las principales regiones productoras y proporcionan recursos para la operación de beneficios a cuenta del producto. Ahora los beneficiadores trabajan gracias a ellas, pero ya no en un papel de independencia como era el caso antes de la crisis, sino subordinados a la lógica de éstos “macro” negociantes de café (ibid:11).

5.- El proceso de constitución de la organización.

El nacimiento de la organización se remonta a finales de 1989 con la denominación de Unión de Cafetaleros de la Costa “Al Pié de la Montaña Verde”, cuya cobertura era de cuatro localidades en tres municipios, con membresía de 192 productores y con una superficie de 490.01 ha. En este proceso participó activamente un equipo de asesores del consejo comunitario de abasto de San Andrés Huaxpaltepec y personal del Instituto Nacional Indigenista de Santiago Jamiltepec.

En 1990 modifican su denominación, quedando como Unión de Cafetaleros de la Costa y que para entonces agrupaban a 11 localidades de cinco municipios, con membresía de 581 productores y una superficie total de 1690 ha. En 1992 inician el proceso de constitución formal con apoyo de la Secretaría de la Reforma Agraria y del INI. Para marzo de 1992 se logra el reconocimiento con al denominación de Unión de Ejidos Cafetaleros “Zona Costa” integrándose formalmente por siete ejidos, ademas de participar una sección y dos ejidos participantes que estaban inscritos cada uno en forma independiente en Unidades Económicas Especializadas de Aprovechamiento Forestal. De ésta forma eran diez localidades participantes, con 572 productores y 1,667 ha de café.

Con el retiro del INMECAFE, por presiones de las organizaciones se crea el Programa Especial de Apoyo a Organizaciones Cafetaleras en Zonas Indígenas, coordinado por el INI, con recursos del Programa Nacional de Solidaridad. Esto significó la institución de los Comités Locales de Solidaridad como una nueva forma de control campesino, recibiendo un escaso apoyo económico por ello. Posteriormente se ampliaron hacia programas de acopio y comercialización; apoyo a la producción, corte y acarreo, asistencia técnica, apoyos directos y algunos recursos canalizados a los Consejos Operativos Regionales, como instancias de representación para facilitar la instrumentación de los programas.

Para 1994, con recuperaciones de los apoyos otorgados y con recursos adicionales del Fondo Nacional de Empresas en Solidaridad FONAES, se crea un instrumento financiero denominado Caja Solidaria de Cafetaleros, cuya finalidad sería la de capitalizar la organización para acceder a recursos propios y generar un espacio de ahorro y préstamo en manos de los mismos productores.

6.- Del café convencional al café organico.

A partir de su participación en la Coordinadora Estatal de Productores de Café del Estado de Oaxaca, Asociación Civil, que consiste en una red de 46 organizaciones regionales en el estado, por experiencia de otras agrupaciones, en 1999 la Unión de Cafetaleros Zona Costa determinó iniciar con el proceso de producción de café orgánico. Aunque a decir de los mismos productores, en la última década casi no se han aplicado productos químicos debido a la escasez de recursos financieros; es decir se estuvo efectuando lo que ellos llaman una “producción tradicional”. En un inicio arrancaron 200 productores bajo éste sistema y actualmente son 300 los que han obtenido la certificación de OCIA INTERNACIONAL y CERTIMEX. La meta en un futuro próximo es alcanzar la certificación de 800 productores y consolidar a la organización como productora de café orgánico, con una producción de entre tres mil a cuatro mil quintales por cosecha.

Hay que decir que este proceso de conversión ha recibido una respuesta favorable de parte de los productores, pues ha despertado el entusiasmo que generan la obtención de un sobreprecio por su producto; la adopción de técnicas basadas en el aprovechamiento de los productos locales y la sinergia que representa la relación con agentes externos preocupados también por el cuidado del medio natural.

Y en la misma preocupación de asegurar mercados, han vuelto los ojos hacia la misma región, con un proyecto de instalación de una microtorrefactora que permita el tostado y molido del grano para abastecer el mercado regional con un producto orgánico de calidad.

La organización también se ha preocupado por la implementación de alternativas productivas como el desarrollo de la ganadería bovina, la introducción de la vainilla y la creación de infraestructura propia de la organización para asegurar se continuidad.

7.- Perspectivas y conclusiones.

En la configuración del futuro existen las nociones de trayectoria y forma de la energía, propuestos por Galindo (1998:36). Así los “mundos posibles”contenidos en la actual configuración socio-ecológica del territorio de éstos pueblos, dependerá de la dinámica que adopte el juego de éstos tres componentes. Por lo pronto podemos afirmar que el camino iniciado hace 10 años por ésta organización difícilmente podrá abandonarse, puesto que los resultados de este proceso de desarrollo rural están a la vista. Es claro que todo proceso de relaciones implica también la generación de nuevas contradicciones, que por fortuna se han logrado zanjar mediante la participación de los productores.

Finalmente podemos concluír que el proceso de desarrollo regional desatado por la Unión de Ejidos Cafetaleros Zona Costa surgió como una respuesta campesina a la crisis mundial de sobreproducción; del abandono de políticas de protección estatal hacia el sector; de la liberalización comercial urgida por las grandes transnacionales y por adopción de nuevas estrategias de sobrevivencia de los productores cafetaleros de la Costa Chica de Oaxaca

Bibliografia

1) Esparza, Manuel. Los proyectos de los liberales en Oaxaca (1856-1910). En Historia de la Cuestión Agraria Mexicana. Estado de Oaxaca (coordinadora: Leticia Reyna). Vol I, México, Juan Pablos Edit., 1988, 391 pp.

2) Kaerger, Karl. Agricultura y colonización en México en 1900. México, UACh-CIESAS, 1986 349 pp.

3) Rodríguez Canto, Adolfo. Et al. Caracterización de la producción agrícola de la región costa de Oaxaca. México, UACh, 1989, 444 pp.

4) Ruiz Cervantes, Francisco José. De la bola a los primeros repartos. En Leticia Reina (coord.) “Historia de la Cuestión Agraria Mexicana. Estado de Oaxaca”, vol II, México, Juan Pablos edit., 1988, 391 pp.

5) Rojas, Basilio.El café. Historia suscinta de una deliciosa rubiácea. México. SAGAR-CMC. 1996.

6) Herrera Aguilar Abel F. Desarrollo y perspectivas de la organización de cafetaleros de la Mixteca Oaxaqueña. UACH. Tesis profesional.1997.

7) Galindo Cáceres Luis Jesús. Sabor a ti.Metodología cualitativa en investigación social. México. Universidad Veracruzana. 1998.

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LA UNION DE EJIDOS CAFETALEROS ZONA COSTA: UNA RESPUESTA CAMPESINA ANTE LA CRISIS. Licencia JF Ziga 2023. Creative Commons. Creative Commons-BY-SA 4.0 Internacional

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Los Tejorones de Santa Catarina Mechoacán y la desestructuración de los complejos rituales

J Francisco Ziga, MC.

En el Carnaval 2007 tuve la oportunidad, por vez primera, de observar el baile de Tejorones de Santa Catarina Mechoacán en su presentación en la explanada central del pueblo. Se me reveló la diversidad de representaciones que involucra la danza al interior de la región cultural llamada “Mixteca de la Costa”. Es evidente que el Carnaval no se constriñe solo al martes, sino es una serie de eventos que van hilados, incluso mas allá del sábado anterior, cuando arranca el baile en estos días, y del miércoles que concluye. En esta ocasión puedo diferenciar tres momentos desde la irrupción en la explanada hasta la disolución del grupo una hora después.

Acto primero

Pequeños grupos de gentes, entre niños y jóvenes, gente mayor, van concentrándose en la explanada; algunos llegando por que ya saben que bailarán los Tejorones, otros respondiendo al llamado de las autoridades por los altavoces, invitando a todos a disfrutar de “la Carnaval”. Los Tejorones llegan en grupos pequeños, otros solos, después de recorrer las cruces del pueblo, en procesión, remedando lo que ocurre en Semana Santa, representando las “caídas” de Jesucristo, “rezando” y acompañando al conjunto con “música de viento” y “clarín” vocalizado. El “encabezado” del grupo ha traído de su casa una estatuilla de madera del cuerpo de Jesucristo, que aparentemente se trata del Señor de La Columna, y que cargan los Tejorones en un anda improvisada con una silla de madera y unos palos atravesados. El santo de los Tejorones ha sido adornado con algunas flores y bulbos naturales del monte. Unos Tejorones se “santiguan” y “persignan” frente a su santo en notable burla. Otros Tejorones jóvenes llevan cruces improvisadas con palos y adornadas con flores y viejos muñecos representado a Jesucristo. Los que no traen cruces se acercan a los maderos, se persignan y en un acto irreverente dan la espalda a las cruces y friccionan entre los glúteos las maderas de las cruces. Al sonar unas campanadas de la iglesia, los Tejorones se dan un saludo especial, que consiste en un abrazo lúbrico y se cargan unos a otros, remedando el saludo de la gente mayor al sonar “la oración” de las 5 de la mañana y las 6 de la tarde los días miércoles y sábados. Un Tejorón porta un incensario improvisado de un fruto de jícaro y quema en su interior chiles secos para molestar a los Tejorones y a la gente que participa como público. Las “Catalendas” observan todo, apostadas cerca de la puerta de la vieja iglesia.

Acto segundo

Intempestivamente los Tejorones que llevan sus cruces de varas adornadas con flores empiezan a lanzar gritos y aventar violentamente las cruces hacia arriba. Caminan, las recogen y nuevamente las lanzan por los aires. Algunos niños del público toman las cruces en medio de la emoción del público presente. Luego los Tejorones se abrazan por pares o tercias y se tiran al suelo, se funden en abrazos y ruedan por el piso para después quedar en descanso, unos abrazados, otros boca arriba o boca abajo. Todo es expectación entre el público allí quedan como fulminados.

Acto tercero

Un violín y una guitarra inician un son de entrada y poco a poco los treinta Tejorones y las dos Catalendas van tomando sus sonajas y haciéndolas girar, retoman y acompañan el ritmo de las cuerdas. Poco a poco se van formando en dos hileras y el sonido de las sonajas se va haciendo uniforme. De repente de una cabeza de las hileras alguien inicia con ciertos pasos que van retomando los demás. Los pasos se van tornando uniformes y al rato todos bailan. La música es monótona, no así los pasos, puesto que en los sones larguísimos que siguen se van haciendo evoluciones donde las parejas se van cambiando de sitio y el que está en un extremo tiene que llegar al otro opuesto. Luego una hilera se dirige hacia un extremo del escenario y otro grupo hacia el opuesto para dar vuelta luego y volver a encontrarse en las dos hileras. Unos Tejorones pequeños de entre seis u ocho años se equivocan en pasos, que son retomados al instante por los llamados de atención de los mayores. La mayoría baila con deleite y traslucen un gozo único que contamina al público. El baile termina en este día martes en medio de la algarabía total y algunos familiares pasan agua o algún refresco a los cansados Tejorones. Mañana volverán a bailar.

Final

Los Tejorones están mostrando que el proceso de desacralización que utiliza el grupo va más allá de la crítica inmediata acerca de los sistemas de creencias cotidianos; su núcleo está en la desestructuración misma de los sistemas rituales en los que se basa la práctica ideológica, pasando por la destrucción de símbolos nucleares como la cruz y transitando por una reconstitución del grupo a través de la práctica lúdico-lúbrica de la danza. El desplazamiento simbólico del ritual teatralizado del santo de los Tejorones hacia la centralidad de los femenino representado en los dos Catalendas pone de manifiesto la mayor importancia otorgada a lo viviente sobre lo muerto e inerte.

Por otro lado la diversidad de representaciones en la región cultural nos remite a complejos culturales diferenciados entre comunidades, que cuestionan la idea de danzas compartidas con los mismos sistemas de significación.

Santa Catarina Mechoacán, Oaxaca.

Dos de la mañana del 21 de febrero del 2007.

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Los Tejorones de Santa Catarina Mechoacán y la desestructuración de los complejos rituales, Licencia JF Ziga 2023. Creative Commons. Creative Commons-BY-SA 4.0 Internacional

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La curiosidad

La fusión de los tres reinos
Animales, vegetales, minerales
Hombre-tierra, peces-duales
Meristemo en crecimiento
Flujo-savia-germen
El submundo mineral, su basamento
La masculinidad arriba
Abajo el agua-pez-vidaoriginaria
El centrofemenino
Recostada en plumas de ave
Muestra sus piernas entreabiertas
Se abren los tres reinos
En pares de miradas
Dos mundos, dos lecturas,
El mirar de la africanidad
El “ver” de los Ñuu Savi
Los hombres de la lluvia
Diversifican los submundos
Se constituyen juntos
La vistamirada campesina
Abre el mundo y lo arrulla
Es “La curiosidad” de Noel Ángel
Despertando el “Ver” del mundo
Y “La Curiosidad” de quien lo “Mira”

Francisco Ziga, Jamiltepec, 8 de octubre del 2006
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