¿QUÉ VISIBILIDAD ESTADÍSTICA?

Por: Francisco Ziga

Afroindoamérica. Red Global Antirracista

Buenas tardes,

Agradezco la invitación a participar en este conversatorio organizado por Afroindoamérica RGA y saludo a las compañeras Beatriz Amaro, Elia Avendaño y Sagrario Cruz, y a quienes siguen esta transmisión.

Primero, quiero reconocer el pertinencia de plantear una discusión como ésta, en la que es posible traer a análisis el ejercicio de inclusión censal de la población negro-afromexicana e ir más allá de la complacencia y apología que permean entre algunos actores que han tenido que ver con este proceso.

Planteo en esta exposición que la primera declaración sistemática de demanda de reconocimiento estadístico en México se definió el 21 y 22 de julio de 2007 en el Ejido Morelos en el marco del Foro Afromexicanos. Que los términos del planteo estaban referidos a la inclusión de la población negra en el marco del Estado y de la definición de políticas de ejercicio de derechos. Que la inclusión de 2015 estuvo mediada por el abandono del conteo como herramienta y que el formato de encuesta censal no permitió conocer con certeza estadística el número y condiciones de vida de la población negra. Que lo que ocurrió en 2020 constituye un acto de racismo al no considerar las categorías de autoadscripción de la población. Que una real inclusión que escuche e integre las múltiples voces y expresiones del pueblo negro tendría que darse en un contexto de multiculturalidad del Estado lo cual sólo puede ser posible a partir de una refundación del mismo.

En 2006 nos reunimos un grupo de representantes sociales y organizaciones de apoyo al movimiento en Costa Chica de Oaxaca. El tema era el de iniciar una discusión sobre una ley estatal de derechos de la cultura negra oaxaqueña. En la exigencia de reconocimiento establecida en la Declaratoria respectiva que se puede ver en las primeras páginas del libro “De Afromexicanos a Pueblo Negro” disponible en el portal del PUIC-UNAM, se suma una propuesta singular planteada en la mesa “programas y proyectos” que dice: “Los programas de los tres niveles de gobierno estarán manejados de manera conjunta entre los representantes de las instituciones y los representantes de los pueblos”. Esta propuesta, inspirada en el zapatismo de los Acuerdos de San Andrés, marcan la exigencia de los años siguientes en cuanto a la necesidad de consulta en el tema del reconocimiento jurídico y estadístico.

En 2007 nos volvimos a juntar, pero de una manera mucho más amplia y enriquecedora, trazando la ruta crítica y construyendo una agenda conjunta, en un evento que se nombró “Foro Afromexicanos. Por el reconocimiento constitucional de los derechos del pueblo negro de México”, ampliando la declaración de 2006 al incluir a (cito) “ … las familias afrodescendientes mexicanas que vivan dentro o fuera del país … a los muchos aportes a la cultura y la historia … Lo que debe concretarse en un cambio constitucional y la consecuente modificación concreta en legislación secundaria … nuestro derecho a la visibilidad, a vivir nuestra diversidad sin discriminación y sin xenofobia, a la eliminación de los actos de racismo y la afirmación positiva de nuestra identidad con una perspectiva de género.”(Concluye la cita). En la Mesa 3, Cultura y derechos, se insistió en la que (cito) “El Estado … debe garantizar leyes, políticas públicas y fondos para resarcir las diferencias que nos han mantenido en la marginación económica, educativa, social y política” (concluye cita) . El sentido del reconocimiento jurídico apunta entonces al derecho a la identidad, el respeto de la diferencia cultural, pero sobre todo a fortalecer la reproducción social de la comunidad, la familia, las personas, incluyendo la determinación de clase, que no eludimos en el Foro. En la propuesta “del qué queremos”, estaba perfilada “el cómo”.

En 2009, la Red de Organizaciones de Pueblos Negros se reunió en diversas ocasiones con el INEGI, con el tema de la definición de la pregunta específica para su inclusión en el censo del 2010. Allí se comprometieron realizar un censo piloto en dos comunidades negras de la región: Collantes y Mancuernas. Con este ejercicio la institución justificó la no inclusión porque (cito) “1.- No entendieron el término afrodescendiente, 2.- Anexar una pregunta más al formato implica un elevado costo, 3.- Incrementa el tiempo utilizado para el censo y 4.-Modifica drásticamente la base de datos y formato” (conclye cita) Pregunto ahora ¿No existe racismo institucional en esta respuesta? ¿No reitera la invisibilidad? ¿No reduce a coste y tiempo los aportes de una cultura magnífica como todas las demás originarias? El racismo aludido no es un “lugar común”, sino una práctica infame desplegada en el campo institucional y académico especialistas en el elogio y el ocultamiento.

Posteriormente el PUIC-UNAM y algunas asociaciones realizamos reuniones en las comunidades de la Costa Chica, donde la pregunta generadora fue ¿Cómo quieres aparecer en el censo?, donde de manera unánime se estableció el término “negro” con el que se identifican y se asumen. Esto sirvió para realizar en 2010-2011 una Encuesta Piloto en 22 comunidades negras de la Costa Chica de Oaxaca, en un ejercicio con participación de las comunidades que se tradujo en un libro coordinado por el Nemesio Rodríguez, además del primer estudio jurídico de la población negra en México, a cargo de la Dra. Avendaño.

En 2014 nuevamente fuimos convocados por INEGI a una llamada “consulta” en Cuajinicuilapa, Guerrero. Allí se nos tendieron las barajas respecto a la propuesta que consideraba una pregunta que no incluía las categorías de autodenominación propias del pueblo negro, además de que se abandonaba la modalidad censal del conteo, para realizar una encuesta intercensal. A todo ello nos opusimos, de lo cual quedó constancia en una “Declaratoria de las organizaciones participantes en consulta pública sobre la metodología de la encuesta intercensal 2015 del INEGI efectuada el día 14 de junio de 2014 en Cuajinicuilapa Guerrero”, en donde se denuncia como el Estado “ … dilata los procedimientos para el reconocimiento pleno de derechos de una población marginada e invisibilizada históricamente”.

En 2020 las cosas no cambiaron mucho. Nuevamente no se tomaron en cuenta las categorías con las que la población se llama a sí misma, con las que se asume y autocomprende, en un ejercicio de imposición de categorías de corte racista y excluyente. Esta exclusión forma parte de un conjunto de sesgos metodológicos que caracteriza la práctica censal de un Estado monocultural. Cobra una importancia más relevante el planteo de 2006, en el sentido que los temas que tengan que ver con los pueblos deben manejarse y resolverse de manera conjunta. Los “expertos” no pueden constituirse como los sujetos únicos de consulta. Los sujetos de consulta deben ser los pueblos.

La experiencia nos ha ido mostrando cómo en los ejercicios de reconocimiento jurídico y estadístico, se va más allá de la suplantación del sujeto por otro actor, sino que los actores presentes en las esferas institucionales y legislativas, se convierten en el sujeto central, en el sujeto mismo, en un ejercicio de simulación extrema; en un auto-engaño y engaño a los otres.

Lo anterior lleva a pensar que todo tipo de inclusión solo puede ocurrir en un contexto real de multiculturalidad del Estado, un Estado que reconozca y que integre horizontalmente a las naciones originarias, como lo proponen las voces del México profundo, dentro de las que se encuentran los pueblos de pendiente mesoamericana y las que se han tenido que reconstituir como es el caso de la población negro-afromexicana.

Al final, el planteo de reconocimiento va más allá de admitir la existencia de un pueblo y de su correspondiente juridicidad. Es el reconocimiento de la diversidad de naciones al interior de la formación social mexicana, lo cual trasciende los diseños y prácticas de la institución responsable de los censos. Atraviesa todo el campo estructural del Estado y en general, de las relaciones sociales que se configuran en la sociedad nacional.

En este ya iniciado tiempo de aguas, reciban un saludo desde Waspala, en la Costa Chica de Oaxaca.

Junio 2021.

Licencia JF Ziga 2021. CC-BY-SA. 4.0 Internacional.

Acerca de zigga

Hacktivista ambiental. Estudios sobre realidades en Afroindoamérica.
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